El equipo que contrató a Franco Colapinto como reserva para este año tuvo un pésimo inicio en la temporada anterior y sobre el final pegó un salto. Su director técnico explica qué pasó.
David Sanchez se graduó como ingeniero en la École Nationale Supérieure de Mécanique et d'Aérotechnique y en 2005 ingresó al equipo Renault de Fórmula 1 como aerodinámico junior. Dos años después se mudó a McLaren, donde llegó a ser jefe de aerodinámica. Su paso por Woking se cortó para vestirse de rojo Ferrari en octubre de 2012. Su escalera en Maranello lo llevó hasta el puesto de director de concepto y jefe de aerodinámica de la Rossa. Sorpresivamente, el francés presentó su renuncia en los primeros compases de la temporada 2023, tras un fallido arranque del modelo SF-23 y puso proa en su retorno a McLaren para 2024, tras el período de gardening. Sin embargo, su unión con el equipo inglés duró apenas tres meses: el acuerdo se disolvió de común acuerdo y abrieron las puertas para que Sanchez encontrara una propuesta más tentadora. Y llegó desde Alpine, el equipo que acaba de contratar a Franco Colapinto como piloto reserva para este año.
Sanchez asumió de manera inmediata en el equipo de Enstone como director técnico ejecutivo, depende directamente de Oliver Oakes (el director de la escudería) y tiene bajo su órbita a los jefes de los sectores de desarrollo de los autos: Claron Pilbeam (jefe de rendimiento), Joe Burnell (de ingeniería) y David Wheater (de aerodinámica). Allá por mayo de 2024, cuando el ex-Ferrari llegó a Alpine, el equipo estaba a la deriva. Habían pasado cinco carreras sin ningún punto y los franceses navegaban en el sótano de la tabla de Constructores. Sanchez comenzó a trabajar y los frutos llegaron en la segunda mitad de la temporada, con las 65 unidades que les permitieron a los galos finalizar en el sexto puesto de Constructores y con el doble podio de Brasil (Esteban Ocon fue segundo y Pierre Gasly, tercero) como el punto más alto.
En declaraciones a Motorsport.com, Sanchez explica cómo resurgió el A524. “El coche no rendía porque al principio del año era muy pesado, y aerodinámicamente estaba un poco arrinconado. Así que, antes de incorporarme, ya habían hecho un muy buen trabajo en el ahorro de peso. Eso está claro. El coche estaba de nuevo cerca del límite y dirigimos completamente la dirección del desarrollo aerodinámico. El chasis y el peso del monoplaza eran una cuestión, y las características aerodinámicas eran otra. En conjunto, no fue un buen comienzo de año. El chasis se arregló, el peso se recuperó, y ahora parece que hemos recuperado la mayor parte de la aerodinámica”, dijo el ingeniero.
Alpine sumó 54 de sus 65 puntos después del parón por el verano boreal y 35 los acumuló en San Pablo. A los problemas de peso y aerodinámica que acarreaba el A524 se le debe sumar la falta de potencia de su motor, el más débil de los cuatro que hay en la parrilla y que llevó a los popes a tomar la decisión de cerrar su planta de impulsores al cierre de 2025 y ser cliente de Mercedes a partir de 2026. "Creo que estamos volviendo a tener un nivel razonable. Pero yo no diría que es donde el equipo debería estar, porque si tienes la gente, tienes la infraestructura, ¿dónde aspiras a estar?", dijo Sanchez.
Para cerrar, el francés dejó claro hacia dónde apunta Alpine: “Pienso que algunos equipos se conforman con estar en la zona media de la parrilla. No es ahí donde nos gustaría estar. Tenemos recursos para ser competitivos. Así que, por ahora, digamos que nos hemos recuperado del mal comienzo de temporada. Ahora sólo tenemos que seguir adelante, continuar y seguir mejorando".