Mientras dirigía a los Kansas City Royals a dos viajes consecutivos a la Serie Mundial en 2014 y 2015, Ned Yost parecía haber descubierto el plan perfecto para octubre: hacer que sus abridores trabajaran cinco o seis entradas y luego entregar el juego a tres o cuatro lanzadores de relevo dominantes.
En 2014, fueron Kelvin Herrera, Wade Davis y Greg Holland. En 2015, fueron Luke Hochevar, Ryan Madson, Herrera y Davis. Todos eran derechos, lo que facilitó aún más el trabajo de Yost. No tenía que preocuparse por los enfrentamientos, dónde estaba el equipo contrario en el orden, o esperar a que su abridor se metiera en problemas. Los Reales tuvieron marca de 22-9 en las dos postemporadas, incluido un título en 2015, y esos cinco relevistas se combinaron para tener marca de 9-0 con 11 salvamentos y efectividad de 1.18. Los abridores de los Reales tuvieron una efectividad de 4.56.
Con los relevistas impactando el juego más que nunca y los días en que Bob Gibson y Sandy Koufax lanzaban juegos completos en la Serie Mundial hace mucho tiempo atrás, esta iba a ser la fórmula para el futuro. Después de todo, ciertamente era más fácil en teoría encontrar tres o cuatro relevistas superiores que cuatro abridores que pudieran profundizar en un juego a través de múltiples series de playoffs.