"No hay día que no llegue ni plazo que no se cumpla". El dicho entero incluye "ni deuda que no se pague", pero esta parte la omito porque hay gente que no paga lo que debe. Estamos en la semana del Super Bowl con un equipo de todos esperado y otro que algunos anticipaban al inicio de la temporada, pero no todos.
La semana pasada escribí acerca de la gran dinastía que son los Patriotas y de la mentalidad ganadora que permea en la institución. Uno de los tres factores clave que los ha convertido en la mejor dinastía en la historia de la NFL es su entrenador en jefe Bill Belichick. La noche antes del Super Bowl, la NFL dará a conocer a los ganadores de varias categorías, jugador más valioso, mejor entrenador, novato del año, etc. No he sabido de muchos comentarios a favor de Belichick como candidato a este honor que ha ganado en tres ocasiones, en el 2003, 2007 y 2010. Su equipo ha llegado a siete Finales de la AFC seguidas y en ese lapso otros han sido reconocidos. No tengo voto en estas designaciones, pero si los tuviera, mis finalistas para "Coach of the Year" y Jugador Más Valioso (MVP) serían Bill Belichick y Doug Pederson, y Tom Brady y Carson Wentz respectivamente.
El argumento por Belichick fue el tema de la nota anterior. En su gestado al frente de los Pats, ha creado una mentalidad ganadora que se ha convertido en hábito. Este año, más que nunca, ganó con una defensiva repleta de jugadores anónimos. Eric Lee, Lawrence Guy, Ricky Jean-Francois, Marquis Flowers, Johnson Bademosi y Adam Butler son jugadores que Belichick encontró en los "outlets" de la NFL. Eran jugadores que estaban desempleados o que pasaban desapercibidos en sus equipos. Kyle Van Noy y Eric Rowe eran suplentes en Detroit y Filadelfia respectivamente y ahora son titulares cuando Nueva Inglaterra usa la defensiva nickel. Brady ya tenía excelentes opciones en Rob Gronkowski, Chris Hogan, James White y Danny Amendola. Esta temporada le trajeron a Brandin Cooks, Phillip Dorsett, Mike Gillislee y Rex Burkhead.
La defensiva perdió jugadores. Matt Patricia, el coordinador defensivo, se benefició con la llegada en agencia libre de Stephon Gilmore, pero nada más. Un par de novatos llegaron en el draft, Deatrich Wise y Jordan Richards, pero tuvo que hacer, como diría mi colega Álvaro Martín, "de tripas corazones". No es casualidad que la defensiva es la especialidad de Belichick, quien participa en el diseño del plan de juego y seguido hace los ajustes durante el partido. Esta temporada tardaron en carburar. Las primeras cuatro semanas eran la peor defensiva de la NFL. Tenían problemas de comunicación y fallaban tacleadas.
A partir de la Semana 5 hilvanaron ocho partidos permitiendo 17 puntos o menos, algo que no había ocurrido antes en la era de Belichick. Los Pats llegan al Super Bowl de manera consecutiva y en tres de los últimos cuatro años. Jugar partidos de playoffs representa un desgaste físico y mental. Por eso muchos equipos que ganan repiten, y en algunos casos, no califican a playoffs. La fortaleza mental, sobre todo, es lo más difícil de desarrollar en un equipo y Belichick lo ha hecho mejor que nadie.
Doug Pederson merece la misma consideración. El año pasado Filadelfia terminó en último lugar de su división. La directiva, al mando de Howie Roseman, llevó talento al equipo en la agencia libre y también con canjes. Llegaron Alshon Jeffery y Torrey Smith para darle más opciones a Carson Wentz, por quien Roseman hipotecó el futuro de la franquicia pero quien se perfila como un jugador estelar para muchos años. Volviendo a Pederson, lo considero el entrenador en jefe equivalente a Belichick pero del lado ofensivo. Con la excepción de Tom Couhglin, contra cuyo equipo perdieron dos veces, Belichick ha sido muy superior a los entrenadores de sus rivales de Super Bowl. Mike Martz era un genio, pero también temperamental e indisciplinado. Andy Reid, pues es Andy Reid. Un excelente entrenador que se complica la vida él mismo. Pete Carroll es excelente, pero tiende a ser impulsivo y eso le costó en el Super Bowl XLIX. Dan Quinn, es buen líder, pero toma malas decisiones en momentos clave.
Pederson es cerebral, calculador y frío al decidir. Es quien escoge las jugadas ofensivas de su equipo. En postemporada, los coordinadores defensivos de Atlanta y Minnesota no pudieron ajustar porque cuando lo hacían, Pederson ya estaba usando otro concepto ofensivo. Sufrió la baja de su QB titular, quien era el favorito para ser MVP de la liga. Antes, sufrieron la baja de Jason Peters, uno de los mejores tackles ofensivos en la NFL, Jordan Hicks, su mejor linebacker, y Darren Sproles, un excelente corredor y jugador de equipos especiales.
Lo que ha hecho Pederson con Foles también ha sido admirable. Vale la pena mencionar que Pederson fue QB suplente a lo largo de su carrera en la NFL con muy pocas titularidades. Sabe de primera instancia la importancia de esa posición. Su mejor logro fue ganar el partido N° 325 de Don Shula para imponer marca de victorias en la NFL. Cuando era asistente de Andy Reid, Pederson fue a Austin, Texas, a hacerle un tryout a Nick Foles antes del draft de 2012. Ahí empezaron una relación que está dando frutos. Esta temporada Foles no había visto acción antes de la baja de Wentz. Una lesión en el codo le impidió jugar en pretemporada y cuando se recuperó su responsabilidad era con el scout team. Pederson limitó el número y la complejidad de jugadas de Foles en sus primeros partidos. Jugó bien contra una defensiva parchada de los Gigantes, pero fue inconsistente contra Oakland y los minutos que jugó frente a Dallas. Contra Atlanta empezamos a ver un mejor desempeño con un esquema basado en jugadas de Run-Pass-Option (RPO). Estas jugadas son un legado de la era de Chip Kelly con quien Foles tuvo una temporada de Pro Bowl en el 2013, lanzando 27 pases de touchdown con sólo dos intercepciones.
Son diferentes al zone read en las que el QB lee al ala defensiva. En las RPO, el QB lee a los linebackers y el safety, si está cerca de la línea de golpeo, y decide si le deja el balón al corredor y si lo mantiene y lanza un pase que son por lo general rutas sesgadas (slants), rutas hacia afuera (outs) o de curva (curls). Son pases de poco riesgo y de pocas yardas, pero que mueven las cadenas. Seguro serán parte del plan ofensivo contra Pats, quienes se las vieron duras con esta jugada contra Houston. Contra Minnesota, Pederson abrió todo el libro de jugadas para Foles, quien fue devastador. Antes de ese partido había lanzado sólo 10 pases de 20 yardas o más sin completar uno solo. Contra Minnesota completó cuatro de seis incluyendo touchdowns de 41 y 53 yardas. Hay que añadir la confianza que le dio Pederson, no sólo a Foles, sino al resto del equipo cuando nadie creía en ellos.
Otros candidatos a entrenador del año son Sean McVay por su trabajo con los Carneros de Los Ángeles, y Doug Marrone por el éxito de Jacksonville. Ambos tienen mención honorífica, pero todavía les falta temple para estar entre los grandes. Me refiero a los resultados que ambos tuvieron en playoffs, sobre todo Marrone quien se arrugó frente a Nueva Inglaterra. Estos premios están basados en los logros durante la temporada regular, pero esta es mi columna y yo pongo mis reglas, jaja. Tanto Belichick como Pederson serían ganadores justos, pero me quedo con Belichick porque el plantel es menos talentoso que el de Filadelfia y porque es más difícil mantenerse en la cima que llegar a ella.
Respecto al jugador más valioso, es necesario incluir a Antonio Brown y Todd Gurley en el debate. Brown es un fuera de serie, pero no puedo ir por un jugador que toca el ovoide cerca de 10 jugadas por partido. Se puede hacer el argumento que en las otras jugadas atrae la marca de sus rivales o que bloquea, pero no es el protagonista. Gurley fue debatiblemente el mejor jugador ofensivo al final de la temporada, pero hubo varias semanas en las que desapareció. El MVP es constante a lo largo de la temporada, por eso yo voy con Wentz. Las Águilas eran una maquina ofensiva antes de su lesión. Sufrieron un descalabro en Seattle, en gran parte por un balón suelto de Wentz cerca de las diagonales, pero movieron el ovoide. Brady fue grande y en postemporada está brillando otra vez. Su nivel bajó un poco cuando sufrió una lesión en el tendón de Aquiles que afectó su rendimiento.
Tener a favoritos para entrenador en jefe en el Super Bowl es augurio de un gran partido. Si las jugadas RPO siguen teniendo el mismo resultado contra Pats, como lo tuvieron contra Atlanta y Minnesota, el partido se le complicará a Nueva Inglaterra. De igual manera, si Filadelfia usa el mismo esquema defensivo contra Pats, que usó contra Atlanta y Minnesota, Brady los va a hacer pedazos. El esquema está basado en usar la cobertura-3 (C3) con los esquineros retrasados 10 o 12 yardas con un solo safety a 15 yardas o más. Eli Manning tuvo éxito contra este esquema, como lo tuvieron QBs de buen nivel que enfrentó Filadelfia (Alex Smith, Kirk Cousins, Philip Rivers, Manning, Russell Wilson, Jared Goff). En todos estos partidos, con la excepción de la primera semana ante Washington, la defensiva de Filadelfia permitió al menos 24 puntos.
Al final, anticipo que el partido se va a decidir por el equipo que maneje mejor las situaciones especiales, o como dicen en Inglés, "situational football". Estas situaciones incluyen jugadas en tercera oportunidad, dentro de la yarda 20, ofensivas en serie al final del segundo o último cuarto y en equipos especiales. Ambos equipos fueron devastadores en situaciones especiales en sus respectivos partidos de playoffs, mientras que sus rivales se atragantaron en los momentos de presión. Con los dos mejores entrenadores esta temporada frente a frente, este es un duelo que podría ser apoteótico.
Sin más, ¡Ya en Minnesota! Los espero este domingo en la transmisión.