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Ed Reed celebró su inmortalidad con un largo discurso

Nunca faltaron los momentos grandes para Ed Reed en la NFL.

No obstante, el mayor de ellos llegó este sábado cuando fue enaltecido de manera oficial al Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional.

"No hay un jugador más grande de todos los tiempos en este juego, porque ninguno de nosotros puede hacer esto sin nuestros compañeros", declaró Reed. "Tendrán que disculparme, acabo de escribir esto sentado justo allí en esa silla".

Un versátil safety reclutado en la primera ronda del Draft 2002 por los Baltimore Ravens, procedente de la Universidad de Miami, es difícil pensar en un safety más completo que él a lo largo de la historia de la liga. Sin embargo, Reed ni siquiera fue el primer safety seleccionado en su año de reclutamiento colegial. El dos veces All-America debió esperar hasta el turno N° 24 de la primera ronda para escuchar su nombre, 16 turnos después que el estelar de Oklahoma, Roy Williams.

"No se suponía que este chico debía estar aquí", indicó Reed, hablando sobre los obstáculos que enfrentó para triunfar en su carrera. "Fui un atleta de dos estrellas. Fui pasado por alto. Debes rodearte de la gente adecuada. Es la única manera de llegar aquí".

Reed no hizo esperar tanto a Baltimore para rendir sus primeros frutos.

Inició los 16 partidos de su campaña de novato, interceptando cinco pases y sumó su primera captura de quarterback. Sus números solamente mejoraron al segundo año, consiguiendo siete intercepciones y anotando su primer touchdown defensivo. Ese desempeño le valió su primer viaje al Pro Bowl, uno de nueve totales que realizaría a lo largo de su trayectoria.

"Siempre dije que quería convertirme en un maestro de mi juego, como Bruce Lee", sentenció Reed durante su discurso de 36 minutos. "Dominé mi arte del fútbol americano porque eso es lo que realmente es cuando lo entiendes".

Probablemente, su mejor campaña profesional fue la del 2008, cuando interceptó nueve pases del contrario --empatando una marca personal--, y anotó tres touchdowns, dos en devolución de intercepción y uno en regreso de balón suelto. En la postemporada de ese año, interceptó dos envíos más, devolviendo uno de ellos hasta el touchdown. Ese año, Reed obtuvo solamente ocho de los 50 votos disponibles para el honor de Jugador Defensivo del Año --premio que ya se había adjudicado en el 2004--, quedándose corto ante los 22 de James Harrison de los Pittsburgh Steelers, y 13 de DeMarcus Ware de los Dallas Cowboys.

El mejor premio que Reed podía obtener sobre un emparrillado de la NFL debió esperar otros cuatro años hasta que, en el 2012, finalmente pudo alzar el Trofeo Lombardi luego de que los Ravens vencieran a los San Francisco 49ers en el Super Bowl XLVII, con un marcador de 34-31. En el camino hacia la consecución de su único anillo, interceptó un pase a Colin Kaepernick en el juego, sú último balón robado en un uniforme de los Ravens. Reed repartirá la campaña del 2013, su útlima en la NFL, entre los Houston Texans y New York Jets.

"Baltimore, amo esa ciudad", indicó Reed. "Todos ustedes son la razón por la que lo hice tan duro, por lo que di tanto en ese campo de fútbol americano".

En total, Reed jugó 12 campañas de NFL, registrando 64 intercepciones y anotando nueve touchdowns defensivos. A eso le añadió un touchdown en equipos especiales, devolviendo una patada de despeje. Por si fuera poco, añadió nueve intercepciones de postemporada. Junto a sus nueve viajes de Pro Bowl, fue designado al primer equipo All-Pro en cinco ocasiones, y Jugador Defensivo del Año en el 2004.