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No es momento de pánico para 49ers, aun después de otra derrota

Paciencia es la palabra clave para San Francisco, a pesar de la mini-crisis por la que atraviesa el quarterback Brock Purdy.


Dos derrotas en fila, y a hacer sonar las sirenas, ¿no es así?

No, no es para tanto, hablando de los San Francisco 49ers.

Seguro, cayeron ante un equipo con marca de 1-4 sin su mejor jugador este lunes, una jornada después de perder el invicto, pero hay atenuantes.

Los Niners, y sobre todo su quarterback Brock Purdy, tuvieron una noche poco característica en casa de los Minnesota Vikings durante el "Monday Night Football" que pone punto final a la Semana 7. Saltaron al campo sin el receptor abierto Deebo Samuel ni el tackle ofensivo Trent Williams, aunque el corredor Christian McCaffrey sí pudo jugar un partido que originalmente estaba en duda.

San Francisco comenzó de gran manera, con una intercepción notable de Charvarius Ward, arrancándole el balón al novato Jordan Addison de las manos cerca del medio campo. Pero, prácticamente de inmediato comenzaron los problemas de San Francisco, con balón suelto perdido de McCaffrey cuando los 49ers estaban con primera oportunidad en la yarda 15 de Minny.

Los Vikes aprovecharon esa entrega de balón para conseguir el primer touchdown del juego, en una jugada extrañamente similar a la intercepción de Ward, pero en sentido opuesto, con Addison arrebatando el ovoide al esquinero para llevarlo todo el camino hasta la tierra prometida.

En la serie subsecuente, los Niners erraron un gol de campo que a su vez volvieron a responder los Vikings con puntos, un gol de campo propio.

Repentinamente, San Francisco estaba abajo por doble dígito ante un rival muy menospreciado en las quinielas de la jornada.

Minnesota no fue dominante, ni cerca, pero de poco en poco fue agregando unidades a su causa, vía goles de campo. El colapso de San Francisco llegó en la segunda mitad, cuando Purdy lanzó, por primera vez en su carrera, dos intercepciones en el mismo juego, cuando los Niners esperaban remontar una desventaja de 5 puntos que terminó siendo final.

Hace apenas dos semanas, San Francisco se alzaba como el equipo más dominante de la NFL. De vuelta al presente, se destaparon puntos vulnerables en la armadura.

Purdy, viniendo de un juego de apenas 12 completos de 27 intentos para 125 yardas y un touchdown contra una intercepción ante los Browns, jugó mejor, pero no lo suficiente. En Minny, conectó en 21 de 30 envíos con un touchdown, y solo fue capturado en una ocasión, pero San Francisco extrañó las jugadas grandes de otros encuentros. Fuera de McCaffrey, solamente Elijah Mitchell acarreó el ovoide una vez, entre corredores, y logró -1 yarda. Ningún jugador de los Niners logró más de cinco recepciones, con George Kittle, Brandon Aiyuk y Jauan Jennings empatando con esa cifra de balones atrapados.

Las jugadas de impacto favorecieron a los locales. San Francisco arribó al duelo con el mejor margen de entregas de balón en la liga, un +8, para medirse ante uno de los peores, unos Vikings estancados en un -7 solo superado por el -8 de Browns y New England Patriots.

Siendo justos, es apenas la primera crisis --o mejor dicho, minicrisis, hasta ahora-- en la joven carrera de un Purdy que ha demostrado, más que cualquier otra cosa como profesional, una notable fortaleza mental.

¿Son los 49ers el mejor equipo de la Conferencia Nacional? Quizás lo fueron al inicio de la campaña, y quizás no lo sean más en el punto de la séptima jornada. Sin embargo, están muy cerca de quien lo sea, posiblemente los Philadelphia Eagles.

No hay por qué perder la cabeza por un juego por debajo de lo esperado antes del punto de media temporada. El pánico hay que guardarlo si la racha de derrotas pasa de dos a cuatro, por ejemplo, o si la picada de los Niners es notable en la segunda mitad de la campaña, cuando los equipos buscan repuntar.

Mientras tanto, hay margen de error para San Francisco.