TAMPA -- Durante el Combinado de Talento de la NFL del mes pasado, al head coach de los Tampa Bay Buccaneers, Bruce Arians, se le preguntó, de todos los quarterbacks agentes libres, ¿a cuál le gustaría llamar por teléfono para reclutar? No dudó.
"Tom Brady", dijo Arians, riendo.
Tres semanas más tarde, en lo que podría ser recordado como uno de los movimientos más improbables en la historia de los deportes, el intento de pase 'Ave María' de Arians cayó sobre el seis veces ganador del Super Bowl y quizás mejor jugador de todos los tiempos.
Aparte de uno o dos expertos a nivel nacional que mencionaron a los Bucs como caballo negro para quedarse con Brady, los Bucs parecían una improbabilidad. No han ido a la postemporada desde el 2007, y han producido apenas dos temporadas ganadoras en la última década.
Pero los Glazers, que han sido propietarios de los Bucs desde 1995, siempre han abanicado buscando el jonrón, incluso si significa verse ponchados. Aunque les gustaba el quarterback Jameis Winston, no se necesitó mucho para convencerlos con Brady, que inmediatamente puede energizar a una franquicia que hace no mucho tiempo veía apagados sus partidos en mercados locales gracias a las pobres entradas.
Se trata de la misma organización que persiguió a los head coaches Bill Parcells (dos veces) y Bill Cowher, y casi se queda Chip Kelly antes de conformarse con Greg Schiano. Los Bucs también orquestaron movidas masivas por Jon Gruden y Keyshawn Johnson, para ganar un Super Bowl en 2002.
Ahora, Brady deja a New England por el clima más cálido en un estado sin impuestos sobre la renta. Eso es atractivo, pero fue Arians de 67 años de edad --dos veces Entrenador del Año de la NFL, conocido por recibir a sus jugadores con un, "Ey babe", y celebrar triunfos en el estacionamiento después de los partidos-- que ofreció a Brady el mayor atractivo: un cambio de escenario y un estilo totalmente diferente al de Bill Belichick. No nos equivoquemos: los equipos de Arians trabajan duro y son dirigidos con firmeza, pero se divierten, también.
Existe una cierta ironía, dado que la llegada de Brady oficialmente señala el final de la estadía de Winston como quarterback titular de Tampa Bay. Winston ha considerado desde hace mucho tiempo conocer a Brady como uno de los puntos más brillantes de su joven carrera. Ambos se enfrentaron en un partido televisado a nivel nacional en el 2017, jueves por la noche, con los Patriots de Brady venciendo a los Bucs por 19-14.
Winston dijo en su momento, "Sueño ser capaz de ser el tipo de quarterback que él es, para nuestro equipo".
Los Bucs esperaban que Winston pudiera convertirse en ese quarterback franquicia, seleccionándolo primero global en el draft del 2015. Pero las entregas de balón lo plagaron de la misma manera que en el colegial. Sus 88 intercepciones y 111 entregas de balón son la mayor cantidad para cualquier jugador en la liga desde el 2015.
Winston lideró a la NFL con 5,109 yardas por pase en el 2019, pero también se convirtió en el primer pasador de la liga en tirar 30 touchdowns y 30 intercepciones, y esas 30 intercepciones simplemente fueron demasiado para una organización que insistía no estaba reconstruyendo, sino buscaba "ganar ahora" bajo Arians.
Las preguntas que debe responderse ahora son: ¿Puede Brady replicar su magia de los Patriots sin Belichick? ¿Cómo se ajusta el sistema de Arians --"Sin riesgo no hay premio"-- para el pasador de 42 años más conocido por quemar a los equipos con pases cortos?
Winston promedió 8.16 yardas por intento el año pasado --el sexto mayor número en la liga-- y Brady promedió 6.62, colocándose N° 27. Solamente en dos ocasiones, ofensivas de Arians han promediado menos de 7 yardas por intento en una temporada. Winston también intentó 48 pases de 30 o más yardas-aire la temporada pasada, y Brady intentó menos de la mitad, con 19. Los equipos de Arians nunca han intentado menos de 26 pases de 30 o más yardas-aire en una temporada.
Así que, sí, Arians tendrá que ajustar su sistema para Brady. Pero, por mucho que a Arians le encanta hacerlo volar, tiene otro lema --"No puedes irte a la quiebra poniendo más en el banco"-- significando que cualquier pase completo es una jugada positiva. El intercambio es que recibe a un quarterback que jamás ha tirado más de 14 intercepciones o entregado el balón más de 17 veces en una temporada. Y ese quarterback contará con una de las mejores duplas de receptores abiertos en la liga, con Mike Evans y Chris Godwin.
¿Cómo funcionará detrás de una línea ofensiva que cedió 47 capturas el año pasado, a una de empatar el liderato de la liga? Existe una buena posibilidad de que los Bucs inviertan una selección alta de draft en un tackle ofensivo, posiblemente en la primera ronda, en abril. También buscan una mejoría para un juego terrestre que promedió apenas 3.72 yardas por acarreo la temporada pasada, N° 28 en la NFL.
Esta pregunta debe ser presentada, y no será respondida por algún tiempo: ¿Cómo afectará al legado de Brady como el mejor quarterback de todos los tiempos, si no puede convertir a Tampa Bay en un ganador?