“A veces se aprende más de una derrota que de las victorias", repite Martín Demichelis. Ese lema formativo explica, en parte, su filosofía como entrenador. La que comienza es apenas su segunda temporada como DT de mayores. Su primer año en River Plate tuvo muchas victorias, con un par de títulos, pero también acumuló derrotas. Sobre todo en la gestión del plantel y de sus juveniles. Todas, lecciones vitales para el 2024 que se viene.
Demichelis llegó a River en 2023 con enormes exigencias: ponerse el saco de entrenador que acababa de colgar Marcelo Gallardo, el mejor DT en la historia del club; e iniciar la renovación de un plantel extenso y veterano. Todo, para un técnico primerizo que sólo tenía como experiencia unos años entrenando a juveniles en el poderoso y lejano Bayern Munich.
El inicio fue arrollador. El primer semestre del River de Demichelis rozó la perfección. El equipo fue campeón de la Liga Profesional con una enorme ventaja, en juego y en puntos, sobre sus perseguidores. El discurso de Micho, de exigencia y buen juego, con mucho "ADN River", como le gusta decir, encontraba sintonía perfecta en el club.
Todo se complicó en el segundo semestre, tras la eliminación en la Copa Libertadores, por penales y en 8vos de final ante Inter de Porto Alegre. Una conversación privada del DT con periodistas, que se volvió pública, rompió la armonía del vestuario. El cisma se recompuso, en parte, con el tiempo pero ya nada volvió a ser igual. River ya no jugaba tan bien. Las cosas ya no fluían.
Las lecciones de la venta de Echeverri
Demichelis pasó los primeros 14 años de su vida en Justiniano Posse, el pequeño pueblo cordobés donde nació. Luego de unos años en Santa Fe, vivió 5 años en Buenos Aires, jugando para River. El resto de sus 43 años estuvo casi siempre en Europa, sobre todo en Múnich, donde terminó de formarse como futbolista y como persona.
La década que pasó en Alemania, como futbolista y como entrenador, determinaron su manera de ver el fútbol. "Como jugador del Bayern aprendí que sin disciplina no hay éxito. Los chicos tienen que aprender a llevar su talento futbolístico al campo con corazón y compromiso. Entonces, cada individuo y nosotros como equipo tendremos éxito”, asegura.
Ese aprendizaje necesita tiempo, que en el fútbol argentino escasea. En la cabeza bávara de Demichelis, la formación de futbolistas, la manera correcta de modelar el talento joven, es a fuego lento. Así lo hizo en Bayern con talentos como Jamal Musiala, que llegó al club desde Chelsea, que debutó primero con Micho en el Bayern II, con 17 años, y luego en la mayor. Con 18 años cumplidos subió al equipo mayor y, recién ahí, firmó su primer contrato profesional.
La experiencia alemana en la gestión de juveniles, con más recursos y menos presiones, alteraron la percepción de Demichelis sobre el fútbol juvenil en Argentina. Las cosas cambiaron mucho desde que Micho se fue de River a Bayern con 23 años. Aquí, las urgencias y los incentivos para emigrar de forma precoz se multiplicaron. El caso de Claudio Echeverri es el mejor de los ejemplos. El chaqueño, que acaba de cumplir 18 años, lleva casi una década en la boca de hinchas y periodistas que se relamen proyectando su talento de zurdo gambeteador. Cuando Demichelis asumió en River estaba claro que el Diablito necesitaba jugar al máximo nivel para explotar toda su habilidad.
Ante la presión que se sentía en los pasillos del Monumental, en abril de 2023, Demichelis debió hablar sobre Echeverri. “Hay que bajar un poco las expectativas, no deja de ser un jovencito y desde ese lado hay que llevarlo", afirmó con pausa alemana. En su mente, aún faltaba para que el juvenil hiciera su debut profesional. “Queremos que siga entrenando, creciendo, que se ponga a la par de los profesionales porque es otro ritmo”, agregó.
Ya en junio, como la expectativa no dejaba de crecer, Demichelis volvió a hablar de Echeverri: "Hay que acompañarlo, cuidarlo. Ya llegará el momento de su debut: estoy buscando el mejor momento”. Después de ir 4 veces al banco, Echeverri debutó el 22 de ese mismo mes. Ingresó en los minutos finales de la victoria ante Instituto y mostró que estaba listo para ser profesional. “Me llena de orgullo darle lugar a un chico como él. La gente está ansiosa con Echeverri", dijo Demichelis.
En ese primer semestre, Echeverri ingresó 3 veces más. En total, sumó apenas 19 minutos. Se esperaba que en el torneo siguiente tuviera más protagonismo. Antes de irse a jugar el Mundial sub 17 fue suplente 4 veces pero no ingresó nunca. Tras el torneo en Indonesia, donde fue figura y llamó la atención de los grandes de Europa, apenas ingresó en un partido y sumó 21 minutos.
La primera titularidad llegó en el Trofeo de Campeones. En el triunfo ante Rosario Central jugó 62 minutos, más que todo lo que había jugado en los 5 partidos en que había ingresado. Era demasiado tarde. En medio de los festejos, Echeverri, con la sinceridad desmedida de un chico de 17 años, afirmó: “Tenía muchas ganas de jugar acá, la ilusión de jugar más minutos. Lamentablemente no pude hacerlo. No voy a renovar pero sí me voy a quedar seis meses o un año más”. La venta a Manchester City, que se hizo oficial unos días después, ya estaba casi cerrada.
El River juvenil que proyecta Demichelis para 2024
La necesaria renovación del plantel y la experiencia del caso Echeverri determinan el River modelo 2024 de Demichelis. En este mercado se fueron referentes históricos del equipo, como Enzo Pérez, Maidana y De la Cruz, y futbolistas experimentados, como Mammana, Matías Suárez, Rondón y Zuculini. A su vez, subieron al plantel profesional varios juveniles que aún no debutaron en Primera, como Lucas Lavagnino, Santiago Beltrán, Daniel Zabala, Tobías Leiva, a los que se suman los que se destacaron en el Sub 17 con Echeverri, Franco Mastantuono, Ian Subiabre y Agustín Ruberto.
River no tuvo grandes intervenciones en el mercado de pases, ya que apenas se confirmó la llegada del uruguayo Fonseca, que había sido pactada hace meses. Además, en el comienzo del año sufrió una epidemia de lesiones: Pity Martínez se rompió los cruzados, Lanzini se desgarró, Casco se lastimó los meniscos, Simón se fracturó una mano. Para colmo, comenzará el campeonato sin los convocados al Preolímpico: Boselli por Uruguay y Solari y Echeverri por Argentina. Entonces, los juveniles ganan protagonismo antes de lo que Demichelis querría.
Aunque el discurso es el mismo del año pasado, “son muy talentosos pero hay que tener paciencia”, afirmó Demichelis al ser consultado sobre el crecimiento de Ian Subiabre, el puntero izquierdo que enamoró en el Mundial Sub 17, se nota que las cosas serán distintas en este 2024. En esta pretemporada ya se vio que quiere darle más rodaje a los pibes. Además de Subiabre, que le dará desequilibrio y frescura por la banda izquierda, vimos jugar con los mayores a Ruperto, el goleador del Mundial 17. El 9 se mostró habilidoso y enérgico. También se presentaron Zabala, central zurdo, y Leiva, interior de buen manejo, ambos son un recambio necesario para un plantel con menos jugadores en esas posiciones que en 2023.
Otro que sumó minutos en esta gira por EEUU es Mastantuono. El juvenil bonaerense, el más pequeño de la camada, es el que más ilusiones genera. Incluso entre sus compañeros: "Los juveniles son todos muy buenos y muy dinámicos. Pero yo tengo una debilidad por Mastantuono. Es muy chico pero lo veo muy bien, con un físico muy armado. Hay que llevarlo de a poco e ir hablándole y enseñándole", afirmó Nacho Fernández. Un año más chico que Echeverri, muchos hinchas, despechados con el Diablito por su venta, consideran que Mastantuono es aún mejor. Para Demichelis es otro elemento creativo, muy dinámico y de gran pegada, para poner en la cancha cuando es necesario desarmar alguna defensa muy nutrida.
Los cuatro cracks del Sub 17, Echeverri, Ruberto, Subiabre y Mastantuono, son jugadores ideales para imponer con mayor naturalidad que en 2023, la idea de juego de Demichelis. Un fútbol dominante, fuerte en la técnica pero también en la dinámica. Que es dueño del balón para atacar rápido y no para dormirse con la pelota en los pies. Donde el pase largo es la última opción y la presión de los delanteros, rápidos e infatigables, es la primera defensa.
Toda esta sangre joven tiene el talento, la juventud y las ganas necesarias para motorizar estas ideas de juego. Sea por la necesidad, ante lesiones o falta de refuerzo, o por la urgencia, de los juveniles por jugar y del club por no perderlos, en este 2024 será imposible que Demichelis no les haga un lugar en su once. El River que viene será joven o no será nada.