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La defensa insuficiente del 'Cholo' Simeone

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Manu Martín: Un juego en el que las dos partes se van contentas (3:56)

Con un marcador de 1-0 a favor del Man. City frente al Atlético d Madrid se da la ida de los cuartos de final en la UCL. (3:56)

La era Simeone en Madrid transformó la defensa en una destreza irrebatible e incontestable, cuando el futbol se movía en la tendencia del toque y la posesión

La era Diego Simeone en el Atlético de Madrid, especialmente los primeros años, transformó la defensa en una destreza irrebatible e incontestable cuando el futbol se movía en la tendencia del toque y la posesión, como propuso este martes en el partido de ida de los cuartos de final de la Champions League contra el Manchester City, con 69 minutos en los que no ocurrió nada hasta la aparición de Kevin de Bruyne, que evidenció que, a estas alturas de la competición, no es suficiente nada más con contener.

El futbolista de más talento del terreno de juego, el mejor de todos cuando se trata de manejar la pelota, arruinó entonces el planteamiento del conjunto rojiblanco en el estadio Etihad, cuando Phil Foden recibió entre líneas, invitó a salir a Reinildo Mandava -impecable hasta entonces-, mientras De Bruyne tomaba la espalda y se desmarcaba al espacio para recibir el pase de su compañero y marcar el 1-0 ante la salida de Jan Oblak.

El Manchester City no tiró ni una sola vez a portería en todo el primer tiempo. Hasta el minuto 54 no conectó un disparo entre los tres palos, en un lanzamiento de falta directa de Kevin de Bruyne, que repelió Jan Oblak con las manos, para después, en el rechace, alejarlo de ahí con una reacción inmediata con el pie. El equipo celeste promediaba 6.38 remates a portería en sus ocho encuentros precedentes en esta edición de la Champions League. En este encuentro bajó hasta dos, según las estadísticas oficiales de la UEFA.

Hasta el 1-0 de De Bruyne apenas pasó nada. Por más que lo intentó el City, por más vueltas que le dio a su equipo Pep Guardiola, con otro futbol opuesto, con el balón y la posesión, pero tan lenta, tan previsible, también por el mérito del conjunto madrileño; por más sorpresa que rebuscó el técnico local en la configuración de su alineación; por más que la posición inicial de Joao Cancelo promovió un jeroglífico que solventó el Atlético con celeridad, en cuanto Simeone recolocó sus piezas para resolver cualquier fisura atrás.

De inicio, Guardiola removió su alineación. John Stones, en duda por una lesión con su selección, fue uno de los dos centrales, junto a Aymeric Laporte. Al lateral derecho fue Joao Cancelo para suplir la baja de Kyle Walker. A Nathan Aké lo trasladó al izquierdo. Y, en ataque, contó con Bernardo Silva y Riyad Mahrez. Ni, sobre todo, con Phil Foden ni con Jack Grealish, por el que el poderoso club inglés pagó 117 millones de euros el pasado verano, aunque luego recurrió a los dos cuando detectó que el duelo no iba para lado que quería.

Simeone apenas tocó su once. Tan sólo dos cambios respecto al 4-1 del pasado sábado frente al Alavés. Uno, además, fue obligado. No estaba disponible José María Giménez, lesionado. En su sitio entró Felipe Monteiro. Era previsible. También la vuelta de Koke, que relegó a Thomas Lemar. La novedad, quizá, la representó la continuidad de Sime Vrsaljko en el carril derecho. Se esperaba ahí a Marcos Llorente, que sostuvo su puesto en el interior derecho, el mejor lugar para él, la posición en la que mejor lucen sus cualidades.

Después, durante el choque, el 5-3-2 de partida se transformó en un plan ultra defensivo, hasta el punto de que, por momentos, fue un 5-5-0. Cinco atrás y cinco en el medio, con Joao Félix y Antoine Griezmann -de inicio delanteros- posicionados en las bandas para la misión prioritaria, la retaguardia. Luego, al 5-4-1. Y la hora de encuentro, con los cambios para agitar el duelo: De Paul por Koke, Correa por Griezmann, Matheus Cunha por Llorente.

Fue entonces, cuando se intuía un paso adelante que finalmente no dio del todo (ya en el inicio del segundo tiempo lo aparentó con unas cuantas salidas al contragolpe de Griezmann, Llorente y Joao Félix que terminaron en nada), cuando el Manchester City aprovechó su oportunidad, quizá en la única concesión del Atlético, pero tan al filo del más mínimo detalle que, con un adversario de tanto nivel, con De Bruyne enfrente, no es suficiente.

Necesita mucho más en el duelo de vuelta en el Wanda Metropolitano. De momento, al menos un gol. Y ganar. No le queda otra para avanzar a las semifinales. No bastará sólo con defender.