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El Barça de Luis Enrique, la tortura del 'Cholo'

BARCELONA -- Simeone sigue sin encontrar la tecla y cada partido que le enfrenta al Barcelona de Luis Enrique acaba siendo una tortura para su Atlético.

Se diría que la penitencia por derrumbar al Barça del ‘Tata’ Martino está convirtiéndose en un tormento para el ‘Cholo’.

Liga y Copa y Champions, el doble enfrentamiento de la pasada temporada, cuatro partidos, favoreció de manera absoluta al Barcelona, que eliminó a los colchoneros en el torneo del KO y le derrotó igualmente en los dos choques ligueros en su cabalgar hacia el triplete.

Y este curso, en los dos choques de Liga volvió a ganarle por idéntico marcador (2-1) dejándole a Simeone ese poso de decepción ante un rival que una y otra vez le lanza a la lona sin lugar al ánimo por reivindicarse.

El asalto atlético en la Champions de la temporada 2013-14 y el alirón con que cerró aquel curso liguero en el propio Camp Nou, con el gol de Godín instalado en la leyenda del club, fue quedando enterrado ante el tridente y el atropello con que sentenció todos sus duelos el Barça.

Y faltaba el reencuentro en la Champions, el segundo duelo en el máximo torneo, una suerte de desquite para el Barça por lo sucedido hace dos temporadas y una suerte de venganza para ese Atlético tan dinamitado por su rival.

Y a la séptima no fue la vencida, sino que el séptimo día volvió a golpear el Barça a un Atlético que abrazó la hazaña y acabó arrodillado ante la furia dirigida por Luis Suárez.

El Barça, influido por la derrota del Clásico, nervioso por las dudas que pudo provocar esa derrota ante el equipo de Zidane, se presentó con demasiadas imprecisiones frente a los de Simeone, que se plantó con una insolencia excepcional en el Camp Nou.

Y el Atlético disfrutó, y marcó y dominó. Y provocó que las dudas se fueran haciendo presentes por el graderío hasta que en el descanso pasó algo.

Luis Enrique tocó a arrebato, abrió el campo, pidió juego por bandas… Y vértigo. Se entregó a la pasión por encima del fútbol, aparcó el rondo y se puso en manos de la furia.

Ahí apareció una chilena de Messi y un disparo al larguero de Neymar mezclados con dos ocasiones del Atlético. Hasta que apareció Suárez.

Y Simeone se rindió a la evidencia. 7-0 y el tormento de nunca acabar.