De a poco, paso a paso, Boca Juniors se fue metiendo en problemas en la serie de octavos de final de la CONMEBOL Sudamericana ante Cruzeiro, al punto de ser eliminado. Apenas ganó 1-0 en la ida en casa, cuando pudo hacerlo por mayor diferencia, y para la revancha en Brasil le faltó Edinson Cavani, su estrella y goleador del año. Ni bien comenzó el desquite, fue expulsado Luis Advíncula y, tras pelear con 10 y perdiendo 2-0 a los 21 minutos de juego, pudo tirar de épica y llevar la definición a los penales, donde justo erró el decisivo Miguel Merentiel, el mejor y más regular del Xeneize en 2024.
Sin dudas, lejos de ser culpables -que quede bien en claro- quedaron en distintas fotos de una película que llevó al equipo de Diego Martínez a quedarse prematuramente afuera, tras la caída 2-1 en los 90 minutos y por 5-4 en la definición desde los 12 pasos.
Una semana atrás, Cavani, Advíncula y Merentiel, como en cada partido de Boca en La Bombonera, ocuparon el podio del aplausómetro de sus fervientes hinchas. Y es lógico, los tres extranjeros son de lo mejor, los más firmes y determinantes del conjunto de Martínez y se ganaron sin vueltas el cariño de los simpatizantes. Otro que es muy respaldado por la gente es Sergio Romero, ya que Chiquito fue clave, sobre todo, en el camino a la final de la Libertadores 2023 con sus penales atajados contra Nacional de Uruguay, Racing y Palmeiras, en ese orden de los mata-mata. Y luego aparecen otros, pero ellos son los que cuentan con más apoyo general.
Ahora bien, en esta oportunidad, Boca llegó con diferentes inconvenientes a cuestas a octavos de final. Porque no pudo cerrar el duelo clave de local frente a Fortaleza en la fase de grupos y ese empate lo llevó a ser segundo y a forzar a disputar un repechaje. Porque arribó a la repesca ante Independiente del Valle sin tres valores claves del mediocampo, como Cristian Medina, Ezequiel Fernández y Kevin Zenón, que fueron llevados por Javier Mascherano a la Selección Argentina Sub 23 que accedió a cuartos en los Juegos Olímpicos de París y además no pudo improvisar con sustitutos recién llegados por un problema administrativo al inscribirlos fuera de tiempo. Y porque Equi Fernández no estuvo en la serie con Cruzeiro al ser vendido al fútbol árabe, también faltó la gran promesa del defensor central Aaron Anselmino al ser vendido al Chelsea (igual continuará un tiempo más en Boca) y se sumó el problema muscular de Cavani en el sóleo izquierdo que le impidió jugar.
Sin Cavani, que no viajó a Belo Horizonte, fue un dolor de cabeza
Por lo que representa para sus compañeros y para los rivales, Cavani, de exitosa carrera en grandes de Europa y la Selección de Uruguay, es una pieza determinante en Boca. Muchos lo criticaron por su falta de gol en 2023, cuando metió tres, pese a su gran aporte para el equipo. Y se destapó, ya bien adaptado, en 2024, al convertir 17 tantos, sumando 20 en el Xeneize. Por algo hizo 15 en los últimos 20 encuentros. Por algo marcó varias veces poniendo a su conjunto 1-0 arriba, siendo clave para "abrir" los partidos. Por eso, fue valioso por su gol en la victoria en este cruce copero en La Bombonera. Por eso mismo, la baja obligada del Matador en el desquite frente a Cruzeiro resultó un problema sin solución, más allá que justo su reemplazante directo, Milton Giménez, recién llegado de Banfield, volvió a convertir y se destacó en la dupla con Merentiel.
A sus 37 años, acumula en su debe el tema de sus bajas recurrentes por problemas físicos, no pudiendo disputar varios encuentros de Boca. Y justamente Martínez y compañía lo sufren cuando falta como visitante, donde el equipo tiene una eficacia muy por debajo de la que consigue en casa. Se lo necesita en casi todas las citas y por eso se lo extraña ante cada ausencia. Y eso lleva a darles una ventaja a los rivales de turno, como la vivió Cruzeiro en la noche del jueves. De hecho, ahora no podrá disputar un encuentro oficial durante tres semanas, perdiéndose el duelo ante Talleres de Córdoba por octavos de la Copa Argentina, y llegaría con lo justo al Superclásico del Torneo de la Liga. Vale recordar que fue decisivo en el triunfo sobre River en Córdoba, en cuartos de la Copa de la Liga.
Sin Advíncula al arrancar la revancha, todo se hizo cuesta arriba
Desde su gol a Deportivo Pereira en la Libertadores del año pasado, con otros tantos y actuaciones de primera, incluido el del empate parcial ante Fluminense en la final de esa Copa en 2023, Advíncula fue siempre un aluvión en Boca por la banda derecha. Un auténtico "tractor" el peruano, firme en la marca y con calidad y convicción para ir al ataque, generando centros y asistencias de mucho peso en distintos escenarios. Por eso los hinchas lo adoran y se lo hacen saber en cada compromiso. Por eso, indudablemente, su expulsión antes del primer minuto de juego en Brasil fue un problema casi sin solución.
Por lo que representan los detalles, los que definen series de este tipo en las Copas, su roja pesó demasiado. Entró mal, muy fuerte, innecesariamente, y varios creyeron que bien pudo recibir la tarjeta amarilla. Su infracción desmedida fue un boomerang para Boca, pero no queda en el centro de la tormenta porque no suele realizar esta clase de situaciones. En cambio, otros defensores, con menores o mayores antecedentes, sí hubiesen sido muy criticados en el caso de haber cometido esa falta. El propio Juan Román Riquelme, ídolo máximo y actual presidente del club, dijo más de una vez que los partidos, en especial los importantes, deben disputarse 11 contra 11 hasta el final. Y ahora se repitió esto en el Xeneize, que lo pagó caro porque complicó el planteo de Martínez, quien igualmente no "tiró" a sus dirigidos para atrás, sacando un delantero, porque excluyó a un volante.
Así y todo, el Xeneize dio la cara. Claro que en 10 minutos iba 0-1, luego de una gran falla de Jorge Figal en la salida desde el fondo, que desembocó en el primer tanto de Cruzeiro, y que a los 21 estaba 0-2. En el medio, Zenón desaprovechó una chance muy clara. Pero apareció Romero para aportar grandes atajadas y apareció el descuento de Giménez en el cierre de la primera mitad para generar confianza y salir con otra imagen muy distinta en el segundo tiempo. Allí sí Boca fue otro equipo, más firme, con más posesión y siendo más punzante, pese a actuar con 10 futbolistas. ¿Qué no pasó en Brasil? La revancha dejó muchísima tela para cortar, sin dudas, y el visitante sufrió con momentos que resultaron determinantes. Por eso, si bien casi lo gana en el cierre con una escapada del ingresado Marcelo Saracchi, que se la cedió a Merentiel, llegó a la definición por penales con la frente en alto.
Sin patear bien Merentiel el penal decisivo, se terminó la ilusión
Así arribaron a la definición desde los 12 pasos. Y allí se registraron hechos poco vistos antes justo en el Xeneize. Porque marcaron impecablemente cuatro defensores, en orden, Marcos Rojo, Cristian Lema (una de las figuras del encuentro), Lautaro Blanco y el citado Figal. Porque Chiquito Romero, clave el año último en estas definiciones, no sólo no atajó disparos sino que le costó acertar a qué lugar patearon sus cinco adversarios. Así el equipo sufrió otra despedida por penales, como este año contra Estudiantes de La Plata en semifinales de la Copa de la liga. Y porque cuando llegó el 10º tiro, con la ventaja de 5-4 para el conjunto brasileño, fue Merentiel, el segundo más goleador de Boca en este año y el más consistente del plantel, quien se equivocó, ya que el uruguayo le pegó alto y así se desvaneció la esperanza en la Sudamericana. Y vaya si le dolió, que también lloró, como dos horas antes lo había hecho Advíncula.
Boca sigue soñando con la séptima Copa Libertadores, tras la derrota en 2023, y no se clasificó para poder jugarla en 2024, por lo que debió conformarse con estar en la Sudamericana. Y tampoco se le dio ahora, con el plus de quedar ya eliminado en octavos de final. Es el club que acumula más triunfos sobre los equipos brasileños en las Copas y tiene una gran ventaja en los cruces ante esos rivales, pero en este caso volvió a sufrir ante otro conjunto de ese país. Muchos dirigen las críticas hacia el entrenador Martínez y/o a la dirigencia, encabezada por Riquelme, más otros exdestacados jugadores que integran el Consejo de Fútbol. Esta vez el hincha, si bien está impactado por la eliminación, contó con un claro atenuante, el de tener como protagonistas a los más queridos y mimados.
Así y todo, en Boca no hay tiempo para lamentos. Luego del débil mercado de pases, con nombres pero no de gran peso actual, sufrió otro duro golpe. La gente alentó a Merentiel, también lo hicieron el mismo Martínez y sus compañeros ni bien falló el penal, y los hinchas lo apoyaron en el estadio y en la vuelta al hotel en Belo Horizonte. Para Boca, es tiempo de dar vuelta rápido esta página y ya pensar en poder ganar la Copa Argentina o bien el Torneo de la Liga, con el objetivo de conseguir la clasificación a la próxima Libertadores. Justo antes de pisar la cancha en este desquite con Cruzeiro, el Xeneize se aseguró un lugar en el Mundial de Clubes 2025, pero eso no alcanza. Martínez, que logró un mejor y más fluido funcionamiento que otros técnicos anteriores, quiere su primer título con esta camiseta y en Boca todos apuntan a la Libertadores. Sin vueltas.