Racing derrotó a Cruzeiro en Asunción en una final apasionante por la CONMEBOL Sudamericana y se consagró campeón internacionalmente, luego de 36 años, con Gustavo Costas como entrenador y líder del grupo.
Como es costumbre, uno de los que más siente y vive los partidos es el entrenador de la Academia y este encuentro no fue la excepción.
A los 2 minutos, su equipo pegó gracias a Gastón Martirena, desatando la euforia del entrenador, pero con el correr de los segundos, la situación comenzó a complicarse con la revisión del VAR y el trazado de líneas, que terminó determinando el offside de Maxi Salas, que anuló toda la acción.
Esto fue vivido con mucha incertidumbre por el entrenador, que terminó estallando de bronca con la determinación del VAR.
Por fortuna, su equipo no bajó los brazos y tuvo rápidamente revancha y por partida doble, con una ráfaga de cinco minutos, en los cuales anotó dos goles, desatando nuevamente la euforia del DT, que se abrazó con todos en el banco.
Para el segundo gol de Maravilla Martínez, Costas lo celebró con una corrida como en sus mejores épocas de futbolista.
Pero sus celebraciones no fueron solo por los goles. Al DT se lo vio muy emocionado todo el encuentro y reaccionando a cada jugada de sus dirigidos, incluyendo una atajada de Arias que festejó como si hubiese sido el tercer gol.
Como se suele decir habitualmente: 'si no se sufre no vale', Cruzeiro llegó al descuento en el inicio del segundo tiempo y provocó una furiosa reacción de Costas, quién estuvo a punto de patear una heladerita al costado del banco.
Desde el gol de Cruzeiro el segundo tiempo de Costas se convirtió en un verdadero suplicio, sufriendo con cada pelota que se acercaba al área de Arias.
La explosión llegó con el gol de Roger Martínez que dejó salir toda la tensión y la emoción de una vida dedicada al club de sus amores.
Emocionado hasta las lágrimas, el entrenador logró uno de los mayores logros de su vida deportiva.