El presidente de Saprissa hace un balance de sus 14 años al mando: habla del estadio que no se construyó, la solidez económica del club, el caso Jeaustin y el fichaje que más lamenta no haber logrado
Después de catorce años al frente del Deportivo Saprissa, Juan Carlos Rojas se despide del club que marcó buena parte de su vida.
Lo hace con la serenidad de quien cierra un ciclo que lo transformó, pero también con la emoción visible de quien deja atrás una etapa que lo define.
En su última entrevista tú a tú con ESPN como presidente morado —y la última que concede en el cargo—, Rojas habla sin filtros: de los aciertos, de los pendientes, del estadio que soñó construir, de los temas económicos que defendió durante años y, por supuesto, del fichaje que más le dolió no concretar.
Un cierre de ciclo y una carta difícil de escribir
“Tomar esta decisión no fue de la noche a la mañana”, confiesa Rojas. El expresidente relata que desde su ingreso a Genera Holdings hace casi dos años sabía que, tarde o temprano, sus nuevas responsabilidades harían difícil seguir al mando del Saprissa. “Yo soy creyente en los ciclos y en las etapas de vida. Sentí que era momento de cerrar este ciclo con paz y satisfacción”, asegura.
Su carta de despedida, publicada días atrás, fue el punto final de ese proceso. “Se me hizo más larga de la cuenta, pero era imposible resumir 14 años sin dejar fuera emociones, agradecimientos y recuerdos. Fue un alivio cuando la publiqué; sentí paz, y la certeza de que tomaba la decisión correcta”, afirma.
El proyecto del nuevo Ricardo Saprissa Aymá: una semilla que aún espera florecer, el mismo lo admite.
Rojas nunca escondió su ilusión de dejar como legado un nuevo estadio para Saprissa. Hoy, a la distancia, reconoce que no haberlo logrado no significa una deuda, sino una meta que sigue viva para el futuro del club.
“Hacer un estadio nuevo es un proyecto que un club grande debe tener. No lo veo como una deuda, sino como una ambición difícil y enorme. Estamos hablando de 50 o 60 millones de dólares o más. Ojalá se concrete algún día, ya sea un estadio nuevo o una remodelación completa del Ricardo Saprissa”, reflexiona.
Durante su gestión, la institución invirtió más de 8 millones de dólares en infraestructura: techos nuevos, butacas, iluminación, camerinos, zona mixta y el cambio de gramilla. “A veces se olvida cómo estaba el estadio en 2011. Prácticamente se caía. No es poca cosa lo que hicimos”, dice.
Más allá del cemento, el expresidente se enorgullece de haber transformado la “experiencia estadio”, un concepto que impulsó junto con Marcela Trejos. “Logramos devolverle vida a la cueva, llenar las gradas, conectar al equipo con la gente. Pasamos de tres mil a trece mil aficionados promedio. Eso no fue casualidad, fue planificación y pasión”, sentencia.
El manejo económico y los fantasmas de la deuda
Uno de los temas más recurrentes en torno a su gestión fueron los rumores sobre la situación financiera del club. Rojas los encara con firmeza.
“Llevamos 14 años escuchando lo mismo. Saprissa siempre ha cumplido con todas sus obligaciones. No está en riesgo ni ha estado nunca. Tenemos el patrimonio, los activos y el flujo de caja para hacer frente a todo”, enfatiza.
Explica que el equipo ha duplicado su inversión deportiva en los últimos seis años y que, a pesar de los desafíos, el Saprissa es más sólido institucionalmente que nunca. “Es cansado repetirlo, pero el club está en su punto más alto. Hay socios fuertes detrás, balances auditados, transparencia y disciplina. Saprissa está sano”, remarca.
Los famosos "puentes quemados" con Jeaustin
El tema Jeaustin Campos fue inevitable. El técnico, sancionado por razones disciplinarias en 2023, fue uno de los puntos más mediáticos de su presidencia. Ante eso, Rojas aclara que su posición no fue personal, sino institucional.
“No es que Juan Carlos Rojas tuviera algo con Jeaustin. Representé la visión de los socios y los valores del Saprissa. Siempre cuidé que mis declaraciones reflejaran la línea de la institución, no mis opiniones personales”, aclara.
Añade que, aunque ya no tendrá injerencia directa tras su salida formal en diciembre, confía en que el club mantendrá “una línea de principios claros y coherentes con su historia”.
Randall Azofeifa, el fichaje que no se dio y aún le duele recordar
Cuando se le pregunta si hubo un jugador que soñó traer al Saprissa y no pudo, Rojas no duda: “Sí, hay un exmorado que me duele no haber fichado, y aún me duele recordarlo”.
El expresidente se refiere a un fichaje que no se dio por circunstancias casi accidentales, como él mismo describe, y que terminó brillando con otro equipo en el país, se trata de Randall Azofeifa, exHerediano. “Nos habría ayudado mucho, era un gran jugador y una gran persona. Fue una lástima”, lamenta.
También confiesa que soñó con ver a Keylor Navas regresar algún día al Saprissa: “Me hubiera encantado estar ahí como presidente para su despedida. Lo veré como aficionado”.
Visión de futuro
Durante catorce años, Juan Carlos Rojas fue más que un presidente: fue un rostro constante en redes, una voz que modernizó la comunicación institucional del Saprissa. “Siempre me gustó usar X. En un mundo tan rápido, es una forma eficiente de comunicar y detener rumores. Claro, hay toxicidad, pero también una oportunidad para decir las cosas de frente”, comenta.
Hoy, al dejar su cargo, lo hace con orgullo por los 11 títulos ganados bajo su presidencia y la sensación de haber dejado un club mejor que el que recibió.
“Jamás podría considerarme el mejor presidente. Eso le pertenece a don Ricardo Saprissa. Pero me siento bendecido. Ganamos 11 títulos en 11 años, más que cualquier otro equipo en ese periodo. No puedo pedir más”, afirma con humildad.
Nuevos horizontes
Aunque se despide del palco presidencial, Rojas no se alejará del todo de la Cueva. “Voy a seguir yendo al estadio, ahora como aficionado. Va a ser bonito vivirlo sin el estrés de un presidente”, sonríe.
Fuera del fútbol, se concentrará en Genera Holdings, su empresa de inversiones. “Me enfocaré de lleno en ese proyecto, y también en disfrutar de mi familia. Mi hijo está en la universidad, quiero tener más tiempo para compartir con él”, dice.
La voz del exmandatario suena tranquila, pero al final deja una frase que resume su paso por el Saprissa:
“Me voy satisfecho, en paz y agradecido. Lo di todo. Y aunque me duele recordar ese fichaje que no se dio, me quedo con lo que sí logramos: un Saprissa fuerte, moderno y más morado que nunca.”
