BARCELONA -- Kevin-Prince Boateng empieza a ser un ‘Expediente X’ en el Barcelona. Ernesto Valverde le dejó fuera de la lista de convocados para el partido de este sábado en Sevilla y, llevándose a cuatro centrales a la capital andaluza, le señaló de manera inequívoca. El delantero de origen alemán cuenta entre poco y nada para el entrenador azulgrana.
Si el jugador cedido por el Sassuolo proclamó durante su presentación su deseo de quedarse en el Barça más allá del final de esta temporada, esta posibilidad parece haberse evaporado en apenas un mes, en el que solamente ha tomado parte de 123 minutos repartidos en dos partidos de los ocho disputados por el equipo azulgrana desde su aterrizaje en el club.
Desapercibido durante el partido de la pasada jornada liguera frente al Valladolid, en el que permaneció durante la primera hora en el campo sin ofrecer ninguna solución ofensiva al equipo, Boateng fue descartado por Valverde en Lyon, quedándose extrañamente en la grada a pesar de que en el banquillo se juntaron dos centrales suplentes… Y la situación se repitió este viernes, cuando el técnico citó a 18 futbolistas, cuatro de ellos centrales dejándole en casa.
Fichado por sorpresa el 21 de enero, el internacional ghanés debutó a toda prisa dos días más tarde en el Sánchez Pizjuán, en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey y habiendo realizado solamente un entrenamiento con sus nuevos compañeros.
Su protagonismo en Sevilla, como se esperaba, fue muy limitado pero, bien recibido en el vestuario y apadrinado por las buenas palabras de Valverde, se entendió que, como dijo el entrenador, Boateng fuera el sustituto ideal para dar descanso a Luis Suárez… Y sin embargo desapareció del plano.
En el club se guarda un escrupuloso silencio y simplemente se da a entender que su presencia o ausencia en el campo es decisión técnica de Valverde, no atendiendo a las primeras especulaciones que ya apuntan a que su estado físico no es el mejor y que ello le obliga a descansar más de lo deseable.
En aquel partido de Copa duró 63 minutos en el campo hasta ser sustituido por el uruguayo y permaneció los siguientes cinco encuentros en el banquillo, hasta el 16 de febrero, cuando el técnico resolvió dar otra pausa a Suárez y le juntó por fin, como tanto deseaba, con Messi ante el Valladolid. Remató sin peligro una vez a puerta, pasó desapercibido, perdido en el campo y sin trascender hasta que fue sustituido a los 60 minutos por el ‘9’. Y hasta ahí.
Boateng entró en la lista de expedicionarios a Lyon, en una lista de 21 futbolistas, y fue descartado por el entrenador en la ciudad francesa, condenado a ver el partido ante el Olympique desde la grada, y en puertas del doble enfrentamiento con el Real Madrid en el Bernabéu, cuando pudo pensarse que tendría opciones de entrar en el once para dar otra vez descanso a Suárez, Valverde resolvió dejarle en casa.
Hubo quien pensó que, confiando en su rendimiento a la sombra del goleador uruguayo durante esta media temporada, el Barcelona hiciera efectiva la opción de compra, cifrada en 9 millones de dólares y que el próximo ejercicio permaneciera en el Camp Nou, dando tiempo al club azulgrana a elegir sin prisa y con tiento el ‘9’ llamado a heredar el puesto de Suárez en el futuro.
Toda esa especulación, sin embargo, ha desaparecido. Y Boateng ha pasado de ser un remedio de urgencia y un suplente de lujo a convertirse, simplemente, en un futbolista invisible.