BARCELONA -- Lionel Messi se reintegró este miércoles a los entrenamientos del Barcelona y las opciones de que esté en condiciones de reaparecer el domingo en el partido de Liga frente al Betis en el Camp Nou aumentaron considerablemente. El crack argentino, a esta hora, no ha sido aún dado de alta médica pero todo hace pensar que antes del sábado podría recibirla y entrar sin más complicaciones en la relación de convocados que ofrezca Ernesto Valverde.
Lesionado en el sóleo de la pierna derecha el cinco de agosto, en su primer entrenamiento tras las vacaciones, el capitán azulgrana se perdió tanto la gira de pretemporada por Estados Unidos como el estreno liguero, desafortunado, en San Mamés. El entrenador, en la víspera, anunció claramente que “no vamos a correr ningún riesgo con Leo” y de esta manera no se aceleraron sus plazos de recuperación, cumpliéndose a rajatabla los quince días que se aventuraron en un principio de baja.
Messi se reincorporó al trabajo colectivo en la sesión vespertina de este miércoles, después de seguir su plan solitario de los últimos días, acompañado de un recuperador y forzando este miércoles por la mañana ya sin más problemas físicos.
EN CUADRO
La presencia del capitán el domingo, sin ser imprescindible, se aventura necesaria a la vista de las lesiones que han atacado especialmente al ataque azulgrana, que ahora mismo solo tiene disponible a Antoine Griezmann. Por si acaso, a Carles Pérez y Abel Ruiz, jugadores del Barcelona B, Valverde sumó en el entrenamiento de este miércoles al juvenil Ansu Fati, de 16 años y considerado uno de los jóvenes con mejor futuro en el club.
Disfrutando el jueves de jornada festiva, hasta el partido del domingo la plantilla azulgrana tiene previsto realizar dos entrenamientos (viernes y sábado), entendiéndose tiempo suficiente para que el jugador argentino pueda alcanzar el punto justo de trabajo colectivo para liderar al equipo, en un momento especialmente delicado por las bajas que sufre el Barça en la delantera.
Como se recordará, la presencia de Luis Suárez en San Mamés se limitó a poco más de media hora de partido hasta caer lesionado y confirmarse al día siguiente que sufre, como Messi, una lesión en el sóleo que le mantendrá fuera de juego hasta después del primer parón, perdiéndose tanto el partido del Betis como, muy probablemente, el desplazamiento a Pamplona para jugar ante Osasuna. Más preocupante, y polémico, es el caso de Ousmane Dembélé. El joven exterior francés acabó con molestias el partido de Bilbao pero descartó someterse a ninguna clase de pruebas médicas, marchándose los dos días de fiesta que concedió Valverde a la plantilla y regresando sin más noticias el lunes. Cuando solo pudo realizar la primera parte del entrenamiento hasta dar cuenta de sus dolores, que desembocaron en un examen médico en el que se le diagnosticó una rotura fibrilar que le apartará de los campos hasta el mes de octubre.
De esta manera, sin Suárez ni Dembélé, la reaparición de Messi se considera importante para el entrenador azulgrana, que podría formar una línea de ataque con el argentino junto a Griezmann y acompañados ambos de Rafinha Alcántara, cuya permanencia en el Barça se mantendrá en duda hasta el final del mercado.