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De casi perder un ojo en un accidente de auto a su primer Mundial: la historia del árbitro Mario Escobar

El guatemalteco ya se encuentra en Doha, Catar, en el seminario de árbitros de la FIFA previo a la Copa del Mundo

CIUDAD DE GUATEMALA -- Un día como hoy, pero del 2012, el árbitro guatemalteco Mario Alberto Escobar Toca vivía uno de los momentos más difíciles de su vida. Se dirigía a entrenar cuando sufrió un terrible accidente automovilístico. Diez años después se encuentra en Doha, Catar, preparando su debut en la Copa del Mundo de la FIFA Qatar 2022.

“Tuve tres fracturas en el rostro, específicamente en el arco cigomático. Me tuvieron que operar y pasé internado cuatro días. Mi primera pregunta al doctor fue si no tenía alguna lesión en las piernas. Eran mis inicios en el arbitraje y se había previsto para el siguiente año -2013- que recibiera el gafete internacional”.

Escobar se dirigía sobre el Anillo Periférico, tenía que virar a la derecha en un cruce para buscar el Parque Erick Barrondo, ahí se encontraba detenido un camión sin señalización y ya no hubo tiempo para evitar el impacto.

“Fue un golpe bastante duro, me pasaron muchas cosas por la mente. Estaba sangrando demasiado, estuve a nada de perder el ojo derecho por una lesión, estuve a milímetros de lesionarme el ojo. Gracias a Dios solo fueron las fracturas en el rostro, pude recuperarme, recibí el gafete FIFA en 2013 y ahora estoy en el Mundial”. Desde el 2013 es internacional.

Mario Alberto Escobar Toca, de 36 años, representará a Guatemala en la Copa del Mundo de la FIFA Qatar 2022. Es hijo del exárbitro Mario Efraín Escobar y será el cuarto árbitro que figure por el país en un Mundial, tras Rómulo Méndez en España 1982 y México 1986, Carlos Batres en Corea y Japón 2022 y Sudáfrica 2010 y Walter López en Brasil 2014, aunque él no tuvo la oportunidad de dirigir algún partido.

“En el primer año de Universidad me decido por el arbitraje. Mi familia es de árbitros -su tío también fue central-, creo que eso pudo haber influido. Ver a mi papá viajando, en la televisión. Siempre me gustó la justicia, yo trato, en el terreno de juego, de hacer mi mejor trabajo, sin beneficiar, ni perjudicar a nadie. Trato de ser lo más justo con base a las consideraciones de las reglas de juego”.

Escobar creció en Mixco, estudió en el Liceo Guatemala y comparte el arbitraje con la profesión de Ingeniero Químico, siendo egresado de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Desde siempre le apasionó el fútbol, estuvo en la selección escolar y fue el segundo capitán. Se desempeñaba como defensa central.

El guatemalteco reconoce que ser hijo de un árbitro le facilitó su llegada al arbitraje. “Creo que las oportunidades se facilitaron en un principio, más no en el hecho de trascender en la carrera. Llegar cuesta y esas oportunidades por ser hijo de Mario Efraín se dieron, pero recuerdo que antes era conocido como ‘el hijo de…’, hoy por hoy la gente me conoce como Mario Escobar”.

Fue difícil entregarse al arbitraje y alejarse de la profesión que había estudiado. “En los inicios llevaba las dos carreras. Lo logré, siempre tuve el apoyo de mi mamá, fue incondicional, pero cuando todavía no era FIFA y me había decidido por el arbitraje -no por ejercer como ingeniero químico- ella me preguntaba por qué el arbitraje, por qué después tantos años de estudios. Hoy por hoy ella está feliz de ver lo que se ha conseguido, pero en ese momento si se preguntaba si valdría la pena. Hay que tener paciencia, convicción, disciplina, constancia y una disposición de trabajar fuerte”.

El Mundial

Mario Alberto Escobar Toca, que dirigió en la Copa del Mundo Sub-17 de la FIFA Brasil 2019, la final de la Copa Oro 2019 y participó en la Copa Africana de Naciones, será uno de los cinco árbitros de la Concacaf en el Mundial de Qatar 2022.

El guatemalteco trabajará en la competición con los árbitros asistentes Juan Carlos Mora, de Costa Rica, y Caleb Wales, de Trinidad y Tobago.

“Será una experiencia inolvidable, ya hemos estado en torneos FIFA y la convivencia con los colegas se vive de una manera tranquila, porque todos estamos en el mismo sentir. Hay una competencia sana, donde entrenamos juntos, estamos mucho tiempo conviviendo juntos durante ese mes. Sabemos que tenemos una responsabilidad enorme, hay un poco de ansiedad. Es el gran evento, la expectativa es enorme”.

Escobar Toca se motiva al saber que representa al fútbol de Guatemala. “Es un orgullo representar al país. Es una emoción que pocos pueden sentir. Estoy contento de poder llevar la bandera de Guatemala. Muchos dirán ‘a mí no me representa’, pero soy guatemalteco y no lo dejaré de ser jamás y para mi es un honor representarla”.

Justo 10 años después de aquel accidente automovilistico que casi le cuesta la perdida de un ojo, Mario Escobar se encuentra en el último seminario FIFA a la espera de un nombramiento en la Copa del Mundo de la FIFA Catar 2022.