<
>

Gallos Blancos regresa a La Corregidora en medio de la soledad

El equipo emplumado retorna a su casa para recibir a Tigres, pero lo hace a puerta cerrada por el veto que pesa sobre el inmueble

QUERÉTARO -- En el arribo de los Gallos Blancos al estadio La Corregidora, tras la gresca entre aficionados de Querétaro y Atlas, detonó el sonido de los radios de comunicación que sirven para coordinar el operativo de seguridad, retumbó el ruido del motor de las motos y se iluminó con las sirenas de las patrullas, pero no hubo un solo grito de apoyo para los dirigidos por Hernán Cristante. Ante la sanción de jugar sin público, ninguno de los seguidores de los emplumados se acercaron a recibir a su equipo previo al compromiso ante Tigres.

El Estadio La Corregidora se rodeó de perros de seguridad, elementos de la policía, unidades de protección civil y personal de la Fiscalía. Ningún aficionado.

Los seguidores al futbol se quedaron castigados, porque un grupo de aficionados del Querétaro y Atlas protagonizó una fuerte riña en el Estadio La Corregidora, que dejó un saldo de 26 lesionados y un veto de un año sin jugar con público en el inmueble que fue sede del Mundial de México 86.

El castigo también fue de los seguidores de los Gallos Blancos para el Estadio La Corregidora, ya que ninguno se acercó a sus alrededores. El Querétaro llegó sin el sonido de un tambor o grito de apoyo, mientras que a Tigres un puñado de sus más fieles fueron a apoyarlo al hotel de concentración, pero nadie se acercó a la sede del partido.

En lugar de playeras negriblancas, sólo había más de 600 elementos de seguridad, decenas de patrullas y motos de la policía, vigilando un estadio desierto de aficionados. Las taquillas empolvadas tras más de un mes sin futbol.

El Estadio La Corregidora vuelve a recibir a los Gallos después del cinco de marzo, pero el inmueble que jugadores como Ronaldinho o Tiago Volpi alguna vez abarrotaron, ahora está sin aficionados, por un grupo y errores de logística que provocaron un veto sin público de un año.