Raúl Jiménez brilló en Guadalajara, con gol y asistencia para despedir a Andrés Guardado y acabar con la racha maldita ante EE.UU
Raúl Jimenez para todo, para lucir en la cancha, para anotar gol, para dar asistencia, para ganar el aplauso del Estadio Akron y para sacudirse cinco años de México sin ganarle a Estados Unidos. El jugador del Fulham impulsó a la Selección Mexicana en la victoria de 2-0 sobre el equipo de Mauricio Pochettino.
A México le pasa de todo. Horas antes del partido, se olvidó la estadística y la mirada estuvo en el dueño del banquillo mexicano. El rumor de que Javier Aguirre había sido internado de emergencia en un hospital de Guadalajara, Jalisco, puso nervioso a más de uno. Todo terminó con un “cómo crees que no”, “estoy a toda madre”, refiriéndose que estaría en el partido contra los Estados Unidos, tras salir caminando del lugar en el que se hizo un chequeo médico.
No había más tiempo para sustos y lo sabían los jugadores de la Selección Mexicana, porque el rival era Estados Unidos y era el día del homenaje de Andrés Guardado. El que mejor lo entendió fue Raúl Jiménez, el delantero predilecto en la era de Gerardo Tata Martino y que quiere recuperar ese estatus con Javier Aguirre.
Para reclamar hay que actuar y Jiménez lo hizo con todas las palmas. El espectáculo inició con un disparo de tiro libre que arrancó el grito de “Golazo”, a los 43 mil asistentes al estadio Akron. Había más del jugador del Fulham, oneroso, sacó la chilena, una rabona, un disparo desde afuera del área, todo lo que fuera necesario para borrar a los Estados Unidos.
En el segundo tiempo, con todo el foco sobre él, Jiménez se sintió en su elemento. Se escapó y cuando parecía que perdía la oportunidad del mano a mano, enseñó el orgullo y se tiró dentro del área, para convertir un balón perdido en una asistencia de gol para César Huerta, el jugador que salió despreciado de Chivas.
Huerta anotó el 2-0 y había fiesta en el Akron, porque desde el primer tiempo se había ido para siempre Andrés Guardado y en el segundo tiempo se acabó la racha de cinco años sin ganarle a los Estados Unidos.
Todo, en gran parte, gracias a Raúl Jiménez, que recupera la versión que lo hizo la estrella de la Selección Mexicana en los primeros años de Tata Martino en México. El Vasco Aguirre encontró a su líder, ahora espera que no se le pierda como en la época anterior. Por ahora, México le festeja a Estados Unidos con el símbolico 2-0, el grito que por años le restregaba el rival norteamericano en cada derrota.