"Luis Enrique comunica que no va a seguir como seleccionador de España. Tengo que darle las gracias, no tenemos el más mínimo reproche y le he trasmitido que siempre va a tener las puertas abiertas".
Las palabras de Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), a mediados de 2019 fueron un cimbronazo para la Selección de España, que apuntaba a reconstruirse de la mano de Luis Enrique Martínez García de cara a la Euro 2020 y la Copa del Mundo de Qatar 2022.
El asturiano había asumido como entrenador de la Roja a mediados de 2018, tras una Copa del Mundo que empezó con la desprolija salida de Julen Lopetegui (y el inmediato arribo de Fernando Hierro) y terminó con la prematura eliminación ante Rusia en octavos de final.
El objetivo de renovar al seleccionado más ganador en la historia de un país con fuerte tradición futbolística no se antojaba sencillo, pero el entrenador multicampeón con FC Barcelona entre 2014 y 2017 era el hombre indicado por los dirigentes debido a su "carácter y compromiso".
No obstante, tras siete partidos en el banco de la Furia y algunas ausencias por motivos personales, Luis Enrique renunció: "problemas familiares" le ponían fin a un ciclo de once meses que sería continuado por su ayudante Robert Moreno.
71 días después, el exjugador de Sporting de Gijón, su ciudad natal, Real Madrid y Barcelona comunicaron mediante sus redes sociales que Xana, su hija de 9 años, había fallecido después de luchar durante cinco meses contra un osteosarcoma, un cáncer óseo.
Mientras el integrante de la lista FIFA 100 se abocaba a su familia, la España de Moreno terminaba invicta la Clasificación para la Eurocopa, prevista para 2020, pero postergada para 2021 por la pandemia de coronavirus. Un día después del último partido de las Eliminatorias, el 18 de noviembre ante Rumania en Madrid, el mismo Rubiales anunciaba la salida de Robert Moreno y el regreso de Luis Enrique.
"Siempre he dicho que Luis Enrique tenía las puertas abiertas para volver cuando quisiera. Él es el líder del proyecto en el que confiamos y, si se daba la ocasión, teníamos la obligación moral y profesional de que volviera para dejarle terminar lo que comenzó".
Menos de un año y medio separa las dos frases de Rubiales, principal impulsor del proyecto Luis Enrique, aunque el asturiano de 52 años tuvo que esperar un poco más para volver al banquillo rojo, pues el covid-19 frenó toda actividad deportiva. Recién en septiembre de 2020, con el comienzo de la segunda edición de la UEFA Nations League, el mejor entrenador del mundo en 2015 se volvió a poner el saco.
Es prácticamente imposible cuestionar el éxito de Luis Enrique en su segunda etapa al mando de la Selección Española: llegó a las semifinales de la Euro 2020, donde cayó por penales ante la Italia campeona; sucumbió en la final de la UEFA Nations League 2020/21 ante Francia, vigente campeón del mundo, tras 'vengarse' de la Azzurra en semis; lideró su grupo de las Eliminatorias rumbo al Mundial de Qatar -a pesar de algún traspié, aventajó a Suecia-; y está puntera invicta de su zona en la presente edición de la UEFA Nations League, que culminará en junio de 2023.
Pero los resultados son solo una parte de los logros de Lucho, que llevó a cabo el siempre difícil recambio generacional -mucho más complicado post Generación Dorada-, potenció a muchos jóvenes que hoy son figuras y le dio su impronta a un equipo que se ilusiona con dar la nota en tierras árabes. Y así lo determinó Rubiales cuando comunicó el regreso del "líder", que sueña con que la Roja repita lo logrado en 2010, en esa ocasión de la mano de Vicente del Bosque.
"Luis Enrique es el líder de este proyecto. Tenía nuestra promesa de volver en cualquier momento. Es un proyecto que comenzó con la clasificación para la Eurocopa y continuará con el Mundial de Qatar".
Allí, en Qatar, Luis Enrique Martínez García buscará terminar lo que comenzó hace cuatro años.