Si Sergio Busquets no fuera parte de la Selección de España en el Copa del Mundo de Qatar 2022, ningún jugador del plantel actual podría contar la intimidad de los festejos de aquel domingo 11 de julio de 2010.
Cuando el entrenador Luis Enrique, quien lo conoce como pocos de su laureado paso por el FC Barcelona, lo dejó fuera de la lista de convocados de cara a los amistosos de marzo ante Albania e Islandia para "darle descanso" y "ver su mejor versión en junio", la Roja se quedó sin campeones del mundo por primera vez desde 2010.
En aquella ocasión, Jordi Alba, uno de sus laderos en el conjunto catalán y el otro sobreviviente de la Eurocopa 2012, lo reemplazó como capitán.
"Es una decisión personal, es el jugador que más minutos acumula en su equipo, más de 3700, y quiero tener la mejor versión de nuestro capitán para los partidos de junio, por lo que he decidido que tenga unos días de descanso y vea el fútbol desde otro punto de vista. Lleva una temporada espectacular y nos ha mostrado siempre su gran nivel, pero ahora que disfrute una semana con quien quiera", justificó el director técnico asturiano.
Portar el brazalete -o gafete, según la jerga- se hizo costumbre últimamente para el nacido hace 33 años en Sabadell. Renovación del seleccionado mediante, superó a sus compinches Andrés Iniesta y Xavi Hernández y se erigió en el tercer jugador con más presencias en la historia de la Furia, marca que alcanzará pronto en el Barça, cuando en el corto plazo deje atrás al autor del icónico gol frente a Países Bajos. "Es una barbaridad", dijo Busi, que disfruta sin plantearse plazos, sobre el récord.
Con más de 800 cotejos en su espalda, Busquets ya no es solo el número '5' de quite y primer toque súper prolijo y efectivo, sino que también se convirtió en un referente para todos sus compañeros. Merced a su altísimo nivel en el elenco blaugrana, apareció como una joven e innovadora opción de Vicente del Bosque en vísperas de la Copa del Mundo de Sudáfrica, donde tomó una titularidad que no soltó más.
Entre 2009, año de su debut con la Selección Española, y 2022, Busquets disputó 137 partidos a nivel internacional. Luis Enrique lo dirigió durante tres temporadas en su club y sabe muy bien que los años pasan para todos, pero confía en el lungo mediocampista central como referencia dentro y fuera de la cancha.
Si bien en Sudáfrica el catalán era -junto con Javi Martínez- el más joven del plantel, su titularidad y capitanía en vísperas de Qatar no hacen más que confirmar su vigencia una década y fracción después. Con más de 50 partidos jugados con la camiseta del FC Barcelona en la 2021/22, el descanso que le otorgó el seleccionador tiene, al menos, sentido.
Su efectividad para frenar ataques gracias a una constante presión alta y su visión de juego para iniciar las jugadas lo convierten en el relojito de Luis Enrique y de Xavi Hernández, actual entrenador de Barcelona. Su experiencia, veteranía, profesionalismo y prédica con el ejemplo, en el referente y capitán de ambos equipos.
"Quiero que siga siendo líder de la selección, porque creo que tiene mucho fútbol, es un jugador indispensable para nosotros. Lo suyo es excepcional, podrá jugar los años que quiera", indicó el mes pasado Luis Enrique.
Este héroe sin capa -pero con brazalete- nunca busca el protagonismo, pero siempre, de alguna manera, lo consigue. Porque pasan los años, los campeones del mundo y los nuevos jóvenes con futuro y ambiciones, pero Sergio Busquets está ahí, presionando, quitando y distribuyendo. En él, también, la Selección Española se apoya para tratar de tocar el cielo, como aquel domingo 11 de julio de 2010.
Y no estaría nada mal ser el único bicampeón mundial de un país, ¿no?