Cada cuatro años la historia se repite: a la lista de futbolistas mexicanos que asistirán a la Copa del Mundo le faltan algunos nombres y le sobran otros, situación que genera un debate colectivo interminable.
Cabe señalar que las aspiraciones de México por trascender en un Mundial son exactamente las mismas, más allá de si va o no cierto jugador que es aclamado por la opinión popular, pues el Tri no cuenta con un elemento capaz de resolver un partido por sí mismo.
Sin embargo, sí que es verdad que se espera que en la convocatoria a la máxima cita reine la congruencia y la llamada justicia deportiva, conceptos muy complejos y llenos de ambigüedad.
En esta ocasión la polémica en torno al conjunto nacional pasa por los delanteros que asistirán a Qatar: hay una aferración del técnico Gerardo Martino por llevar a Raúl Jiménez, futbolista que desde hace un buen rato no pasa por su mejor momento y que tiene dos meses y medio sin jugar por una lesión.
A esto se le suma que el entrenador también está empecinado —y lo hará— en subir al barco mundialista a su paisano Rogelio Funes Mori, jugador que en los últimos dos torneos con el Monterrey tuvo escasa actividad, también aquejado por las lesiones, y a quien por si fuera poco, le ha quedado grande la playera de la Selección Mexicana desde que decidió naturalizarse.
En días recientes, el ‘Tata’ acrecentó el debate al demeritar a otro de los delanteros que está en la pelea por un lugar entre los viajeros al Mundial, Santiago Giménez.
Tras prácticamente adjudicarse el “descubrimiento” del atacante y ponderar que él lo llamó a la Selección cuando era suplente en Cruz Azul, el técnico argentino ‘sepultó’ las aspiraciones del ‘Chaquito’ con el argumento más absurdo que se recuerde en mucho tiempo.
“¡Mete muchos goles en muy pocos minutos!”. Acto seguido, habló de la jerarquía de Raúl Jiménez y Henry Martín, la cual, bajo la visión de Martino es superior a la de Santiago, pero tramposamente omitió mencionar a su protegido Funes Mori.
Surgen una cantidad de dudas interminable tras la lamentable declaración del entrenador nacional: ¿pocos minutos en relación con quién?, porque Diego Lainez desde hace cuatro años es el mejor amigo de la banca, primero en el Betis y ahora en el muy modesto Braga.
Héctor Herrera, que en el Atlético de Madrid ya jugaba poco y nada, y en la MLS con el Houston Dynamo más que solución fue una carga y también sumó meses de inactividad por una lesión.
O qué decir del gran veterano Andrés Guardado que también es poco habitual en el Betis de Manuel Pellegrini, o de Héctor Moreno que ya ni titular indiscutible es en la Liga MX con Rayados, con todo y su pasado como internacional.
Lo de Martino con Funes Mori sencillamente no tiene defensa, se trata de un capricho absurdo del entrenador que pretende convencer con la farsa de que a Santiago Giménez todos le llevan ventaja por su juventud (21 años).
¿Qué acaso a una Copa del Mundo no deben ir los jugadores en mejor momento?, ¿México puede darse el lujo de desdeñar a un delantero que apostó por irse al extranjero y que hoy es el goleador de una competencia como la Europa League?
El entrenador del Tricolor extravió la brújula desde hace dos años y esto no solo resulta evidente en el pobre desempeño del equipo, si no también en sus declaraciones y argumentos poco convincentes que ofrece.
Llevar a Funes Mori a un Mundial es, como dicen en el país de estos dos personajes, un verdadero quilombo.