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Bienvenidos a la Clínica Regenerativa 'El Tata', en el búnker de la Selección Mexicana en Girona

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Martino: "No planificamos un partido pensando que ganarle a Irak solucionaría todos los problemas" (2:00)

El DT de la selección mexicana habla del encuentro en Girona donde golearon a Irak previo al Mundial. (2:00)

GIRONA -- Clínica Regenerativa 'El Tata'. Bien podría llamarse así el búnker de la Selección Mexicana en Girona. Gerardo Martino, como el título del libro de Taylor Caldwell, está metido a “Médico de Cuerpos y Almas”.

Poco a poco, el técnico de la Selección Mexicana ha empezado a revelar lo que ocurre detrás de los muros del Hotel El Camiral y en las entrañas de las instalaciones de La Vinya, el complejo deportivo del Girona.

Se trata de futbol, pero principalmente se trata del futbolista. Ahí, hay atención personalizada. Abundan los casos específicos.

1.- RAÚL JIMÉNEZ


Hace unas semanas, “parecía imposible que llegara al Mundial”, lo explica el mismo Martino. Hoy, lo ratifica él mismo, “está más dentro que fuera”.

Los cuidados del Wolverhampton Wanderers para restablecer uno de sus activos más valiosos, y los tratamientos del cuerpo técnico y médico del Tri, permiten ver a Jiménez golpear de nuevo con potencia el balón y sin mengua física.

Algo es evidente: el jugador se exige al máximo, como desafiando cualquier vestigio de pubalgia. Es un acto de imprudente valentía: si truena, que truene de una vez, si está sano, que no se enferme ya jamás. “Y lo que duela que duela, si es que tiene que doler”, en términos de Anita Tijoux.

Cada día, Martino suma porcentaje a su recuperación, esa que deba garantizarle al jugador y al Tri, un atleta “capaz de competir a la altura de una Copa del Mundo”. Su más reciente valoración fue del 85%.

¿Para qué alcanzará la forma top de Jiménez ante Polonia, Argentina y Arabia Saudita, especialmente tras la dramática lesión craneana, cuya fisura aún no cierra? No hay apuestas, sólo esperanzas.

2.- LOS DEL 5%

Apenas el miércoles, Gerardo Martino reveló el pacto, el ultimátum con algunos jugadores enclaustrados en el reducto ubicado a 25 minutos al sur de Girona.

Los invitó a esta Clínica Regenerativa 'El Tata'. Les advirtió a esos futbolistas que “sólo tenían un 5% o un 10%” de ir a Qatar 2022. Lo puntualiza: “los futbolistas sabían en qué condiciones venían”.

Obviamente oculta las cifras exactas de los emplazados, y claro, sus nombres. Pero, los susodichos se filtran en sus diferentes discursos. Uno de ellos ha sido Alexis Vega, anotador del primer gol en el 4-0 sobre un desastre ataviado con el uniforme de la Selección de Irak.

Y en la previa al juego contra los iraquíes, El Tata había dado una semblanza sobre el atacante de Chivas. “Lo siento como un futbolista que está a punto de jugar lo más importante que le ha tocado. Y siento que él siente que las chances de estar ahí en el primer equipo son muy altas, por lo menos es lo que él nos muestra en cada entrenamiento. Fue de los primeros que llegó a entrenar aquí”.

Todo indica que Alexis Vega podrá entonar el Himno en el Estadio 974 ante Polonia. ¿Cómo está? Más delgado, más potente, más decidido. Cierto, la pregunta resurge: ¿Y para qué alcanza en Qatar 2022?

3.- LAS COMPLICIDADES

Esta Selección Mexicana ha montado una bóveda. Permeada e impenetrable. Martino festina que ese pacto con la legión de los 5% y los 10%, se haya mantenido en secreto, y no se haya filtrado a los medios, sino hasta que él decidió revelarlo el miércoles.

Así como otros aparentemente se negaron al sacrificio para una última oportunidad de sanar y poder jugar el Mundial, algo que sí hizo, por ejemplo, Raúl Jiménez, esa atmósfera de reciprocidad y confianza mutua, ha fortalecido al grupo.

Tal vez, al menos teóricamente, al menos hipotéticamente, Andrés Guardado tenía razón con aquello de cerrar filas, bajar las puertas del búnker, y dar la sorpresa en el Mundial, con la fortaleza del colectivo. Y la pregunta rebrota: ¿y eso en qué mejora las posibilidades para el Mundial?

Hay una situación peculiar en este proceso. Históricamente, los seleccionados nacionales mexicanos, antes de una Copa del Mundo, han pedido permiso, o simplemente lo han decidido, lanzarse a gozar de una noche de esparcimiento. Una noche de solteros antes de ir las nupcias de un altar mundialista.

Recurrentemente, los técnicos mundialistas han sido generosos. La más reciente, la caligulesca sesión en Las Lomas, antes de viajar a Rusia 2018. El mismo técnico Juan Carlos Osorio reconoció que dio permiso a los jugadores para esa bacanal, y que pudieran así liberarse del estrés premundialista.

4.- HÉCTOR HERRERA

Llegó a Girona fuera de forma física, fuera de ritmo, con sobrepeso a pesar de su escuálida humanidad. Muy lejos de ser uno de esos adonis mundialistas que reclama una competencia cuatrienal, como la mayor fiesta del futbol profesional.

Su más reciente comparecencia pública fue llenarse la garganta con un buen tequila, al ritmo del Grupo Firme, mientras su equipo, el Houston Dynamo FC, era considerado zona de desastre, y él la peor inversión del equipo en su corta historia.

Irak no fue una gran referencia. Incluso, en balones de disputa larga, o encares ofensivos y defensivos, salió mal librado, conforme a la misión de ser más impactante que Edson Alvarez. Al menos físicamente está más cerca del nivel que requiere.

Para Martino, lo de Herrera es alentador. Explica que es un jugador cuyo talento sólo estaba oxidado detrás del exceso de peso, la falta de ritmo, la carencia de futbol en cancha, y la exigencia competitiva. “El talento está ahí, no se pierde, sólo necesita estar en forma y jugar para que regrese”, dijo.

El Tata espera ver su mejor versión en el Mundial, sin dejar de lamentar que haya elegido el vellocino de oro de la MLS, por encima de la ruda y exigente competencia en el Atlético de Madrid.

Y seguramente habrá otros pacientes específicos y particulares dentro de la Clínica Recreativa 'El Tata'. Y sí, renace la interrogante. ¿Y todo eso para qué le alcanza a México ante Polonia, Argentina o Arabia Saudita? Nadie apuesta.