"Somos locales otra vez" es el grito de guerra que todas las hinchadas cantan al unísono cuando se sienten como en casa. O cuando quieren sentirse así. Desde días antes del debut de la Selección Argentina ante Arabia Saudita en la Copa del Mundo de Qatar 2022, las calles de Doha hablaron y dejaron un mensaje más que claro: los de Scaloni no iban a estar solos. Pero tras los emocionantes himnos en Lusail (88.012 hinchas presentes), los fanáticos árabes invadieron cada rincón del estadio con gritos ensordecedores, incluso después del primer gol del partido, el de Leo Messi. Los intentos de aliento de los hinchas argentinos se vieron opacados por la multitudinaria marea verde. Y para peor, el equipo de Hervé Renard hizo historia y se quedó con una victoria que también lo fue en las tribunas.
Derrota en el primer partido y momento de duelo clave, que se empezó a jugar desde muy temprano en las calles de Barwa. Cientos de argentinos armaron una juntada en un barrio que se tiñó de celeste y blanco casi 10 horas antes del encuentro ante México, el equipo de Tata Martino que buscaba una victoria para encaminar su clasificación a los octavos de final. Banderas gigantes, camisetas de todos los clubes, la famosa 10 de Messi, una pelota y hamburguesas para todos. Sí, el fuego dijo presente y los seguidores de la Scaloneta se sintieron por un ratito como en casa. Luego de comer, tiempo de la caravana en buses, metro y autos.
Ya en Lusail, una vez más, los argentinos vivieron un nuevo "duelo" en las tribunas, pero en esta ocasión algo más parejo (88.966 personas asistieron al partido por el Grupo C, en la fecha 2). ¿El detalle favorable? Muchísimos bombos, redoblantes y repiques aparecieron para acompañar los gritos en la tribuna. Un clima impresionante para una victoria comandada por Leo Messi que dio tranquilidad. Y también ilusión.
¡CADA VEZ MÁS LOCALES!
El duelo contra Polonia definía todo. Argentina quería ganar para terminar en el primer puesto del Grupo C y así evitar a rivales como Francia, España o Portugal en una zona del cuadro que será apasionante. El escenario de la fiesta fue el 974 (con 44.089 presentes), famosísimo por sus contenedores. Y se movía al ritmo de los argentinos. Desde la previa, en el himno y durante el partido, los fanáticos de la Selección se sintieron verdaderamente (y por primera vez, quizás) locales en Qatar. Todo comenzó en las calles de Doha y hasta al ritmo de Los Totora la gente palpitó el cruce en el Maradona Fest. El partido se abrió por Alexis Mac Allister y la fiesta fue completa gracias a una obra de arte de Julián Álvarez. Ahora, tiempo de festejar y a pensar en los octavos de final.
Primer "mano a mano". El famoso mata-mata. Ganar o irse a casa. Argentina se medía con Australia y, de manera increíble, más argentinos aparecieron por Doha para armar una fiesta espectacular desde casi las 11 de la mañana local. Primero por Souq Waqif, luego en Al Rayyan Park hasta terminar en el estadio Ahmad bin Ali.
El escenario del espectáculo tiene capacidad para 45.032 personas. Y 45.032 hinchas dieron el presente para ver un nuevo show de Leo Messi. Sí, todo full, todo vendido. Casi un 90% eran argentinos (o fanáticos de la Selección). Y durante el partido se notó. En el himno, el estadio retumbó y se vivió un clima emocionante con los jugadores ya en la cancha. Al minuto 10, recordando al siempre presente Diego Armando Maradona, también se notó esa localía que Argentina aprovecharía para festejar al final. Llegaron los goles (Leo Messi y Julián Álvarez). Y también el sufrimiento: Licha Martínez se transformó en héroe con un cruce estilo Mascherano-Robben. ¿Dibu Martínez? Tapó una pelota agónica que encima terminó en sus manos, de manera increíble. Mucha tensión, para luego pasar al desahogo total. Triunfo 2-1 ante los Socceroos y clasificación a los cuartos de final de la Copa del Mundo, donde se viene un viejo conocido mundialista: Países Bajos.
Argentina sufrió. Argentina ganó. Por momentos dominó y en otros pasajes del partido supo convivir con el ataque rival para luego celebrar. ¿Qué pasará contra el equipo de van Gaal? Nadie lo sabe, pero de algo todos están seguros: ahora sí "somos locales otra vez".