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Ángel Di María, un as bajo la manga que puede ser clave de Argentina

Di María fue reemplazado a los 59 minutos en el partido ante Polonia y ahora es duda. AFA

DOHA (Enviado especial) -- En la Selección Argentina hay una sensación. Y en la Copa del Mundo de las emociones y de lo intangible, una corazonada puede ser más importante que el más sesudo plan táctico o que la estrategia mejor calculada. Ángel Di María es el protagonista de esa premonición, que lo ubica como un as bajo la manga para la gran final de la Copa del Mundo de Qatar 2022. Como el hombre capaz de convertir los sueños en realidad.

Su historia en la Albiceleste es una historia de lucha, de superación, de tristezas y alegrías. Es la historia de un amor como cualquiera. Autor de goles históricos y fundamentales, también fue víctima de un repudio exagerado en los peores momentos del seleccionado. Más allá de todo, su compromiso y su identificación con la camiseta nacional siempre fue conmovedor y tuvo su premio con la coronación en la Copa América y con el reconocimiento ya unánime del país entero.

Llegó a Qatar 2022 para jugar su cuarto Mundial con la certeza de que sería el último. Y también con la esperanza de que sea el de la redención definitiva. El del paso a la eternidad. Una esperanza que se mezcla con un presagio dichoso. Di María trabajó toda su vida para este partido. Lo soñó desde su niñez en Rosario. No lo pudo jugar en Brasil 2014, pero el destino le regaló una segunda oportunidad. Y ni piensa en desaprovecharla.

Comenzó el torneo como titular en el esquema de siempre, una especie de 4-3-3 con Alejandro Gómez en lugar de Giovanni Lo Celso. La actuación contra Arabia Saudita no fue buena y frente a México ingresó Alexis Mac Allister para darle más dinámica al mediocampo. El equipo mejoró y luego potenció ese progreso frente a Polonia, con la aparición de Enzo Fernández como titular.

En ese tercer encuentro, el número 11 sufrió una molestia muscular y todavía no pudo volver a ser titular. Entonces, comenzó a prepararse cada día en lo físico y en lo mental para el momento en el que el seleccionado lo necesitara. Arriesgar absolutamente todo desde lo personal no sería un problema para él, siempre y cuando fuera necesario y no pusiera en riesgo el futuro argentino en la Copa.

No ingresó frente a Australia y sí lo hizo contra Países Bajos, en el momento más difícil. Tras el empate agónico y un primer tiempo de la prórroga parejo, Di María entró para sacar al equipo hacia adelante y dominar de forma total la segunda etapa del suplementario. Su ingreso le dio una anergía superior al conjunto nacional, que estuvo a punto de ganar sin necesidad de pasar por los penales. Su irrupción fue muy importante para llegar a la definición con el ánimo bien arriba.

Todavía con molestias, volvió al banco en las semis frente a Croacia. El encuentro se resolvió de manera mucho más simple de lo esperado y no hubo necesidad de arriesgarlo ni siquiera unos minutos. La extraordinaria actuación de su amigo Lionel Messi le permitió sumar más tiempo de descanso y recuperación para llegar óptimo al día más deseado.

El domingo, Di María cumplirá 18 días sin jugar más de 20 minutos. Llegará al duelo contra Francia concentrado, sin desgaste y enfocado como nunca. Él conoce a los rivales mejor que nadie. Jugó en esa liga durante siete años y comprende muy bien las virtudes y los defectos del combinado galo. Ellos también saben de lo que es capaz. Lo respetan. Quizás le temen.

Lionel Scaloni tiene como plan incial volver al 5-3-, pero el rosarino es un arma que se guarda en el banco, porque sabe que él puede generar el caos necesario para aprovechar las ocasiones que en cada partido ofrece el cuadro dirigido por Didier Deschamps.

La banda izquierda es la principal debilidad defensiva de los franceses. Allí juegan Theo Hernández y Kylian Mbappé, que piensan más en atacar que en retroceder. La presencia amenazante de un desequilibrante como Ángel allí no solo servirá para aprovechar esa deficiencia sino también para dividir la atención de los marcadores entre él y Messi, quien en este torneo le ha sumado a sus incontables virtudes la de la invisibilidad. Por eso, darle a los franceses otro centro de miradas puede ser muy importante para la Albiceleste.

Ángel Di María sabe que no hay mañana. Que por fin llegó el día que puede justificar todo el sufrimiento y la angustia. Tuvo tres entrenamientos para preparar el partido y para terminar de ponerse a punto. Dejó todo para generar las condiciones que le permitiera ir desde el arranque. Luego, es decisión del cuerpo técnico de acuerdo al plan de juego. Pero todos, en lo más profundo, sienten que el destino tiene algo más guardado para el autor del gol del título en el Maracaná.