Luis Díaz falló un penal en el mejor momento de Colombia ante Ecuador. El guajiro fue desequilibrante en ataque pero la falta de gol en la Eliminatoria le juega en contra.
Su titularidad es indiscutida. Le corresponde por el nivel con el que juega en Liverpool. Es extremo, no goleador. Sin embargo, siente que necesita uno para estar más liberado. Más suelto de responsabilidades.
En este 0-0 de Quito fue sacrificio cuando Colombia lo necesitó. Tuvo buena sociedad con Déiver Machado para salir por la izquierda en velocidad e intercambiando. Uno afuera, otro adentro.
El VAR le anuló una jugada de gol en el primer tiempo por fuera de juego tras pase de James. Insistió fue por más y con sus diagonales que lo perfilaron hacia su mejor remate, generó peligro a los locales.
En el segundo tiempo demostró que tiene soluciones aunque lo encierren contra la banda. Ante Uruguay salió con balón dominado e inició la secuencia del segundo gol de Matheus Uribe. En la altura, aguantó la marca y habilitó a Jhon Arias, derribado en el área.
Pidió cobrar ese penal. El portero Moisés Ramirez atajó su remate con derecha a los 59'
Díaz bajó en ánimo pero el técnico Néstor Lorenzo lo mantuvo en cancha hasta el final. Dolió pero nunca se rindió.
Tendrá un mes para recuperarse en Liverpool. Es mimado en Anfield y volverá con más energía para terminar con la mala racha. Quiere un gol. Ya vendrá.