El triunfo inexorable de Lionel Messi en una premiación individual es un lugar común. Ya van casi dos décadas de reinado absoluto y de superioridad indiscutible por parte del argentino. Sin embargo, su victoria en The Best 2023 puede considerarse "sorpresiva", aunque parezca contradictorio.
Quizás por primera vez en su carrera, Messi no era favorito en la previa. Es cierto que ha perdido en otras ocasiones contra Cristiano Ronaldo, pero siempre llegaba por detrás del luso en la consideración previa. Esta vez, era Erling Haaland el principal candidato por haber conseguido el triplete con Manchester City. Sin embargo, el aura divina del rosarino pudo más.
A mediados de año, tras el final de la temporada europea 2022/2023, Messi decidió dejar el fútbol europeo. Después de 18 años, el mejor futbolista de la historia de ese continente se mudó a la MLS para vestir la camiseta de Inter Miami. Fue una determinación que excedía el ámbito de lo deportivo. Él quiso comenzar una nueva vida lejos de las presiones.
Ese cambio, se imaginaba, implicaba resignar también cierto protagonismo en el panorama del fútbol mundial. No participar de las ligas más importantes de Europa lo alejaba de la élite, se suponía. Sin embargo, su figura es tan luminosa que aún en otro continente ilumina. Sus pares volvieron a elegirlo como el mejor de todos, sin importarles demasiado dónde despliega su juego todas las semanas.
El período de tiempo que abarcó está elección fue entre el 19 de diciembre de 2022 (el día posterior a la final del mundo que Argentina le ganó a Francia) y el 20 de agosto de 2023. Es decir que incluye su último semestre en PSG, en el que ganó la Ligue 1 y fue hombre destacado en la campaña, y sus primeros partidos en Inter Miami, en los que se coronó campeón de la Leagues Cup como gran estrella.
En ese tiempo, compartió el ataque con Mbappé y vio como Haaland se coronaba campeón de la Premier, la Champions y la FA Cup. Con él igualó la elección en puntos, pero ganó por mayor votos de los futbolistas. Está claro, sus colegas son los que lo elevan hasta el olimpo.
Messi ganó ocho Balones de Oro y en casi todos fue el candidato indiscutible. Quizás, el único que puede tildarse como "sorpresivo" fue el de 2010, cuando superó a Andrés Iniesta y Xavi Hernández, campeones del mundo con España. De todos modos, aquel era un Messi imparable, pletórico y extraordinario.