Termina el 2019 y con él hay que ponerle el broche de oro a una década. Diez años que, en materia futbolística, encerraron 3 campeonatos mundiales entre Sudáfrica, Brasil y Rusia, que coronaron a tres diferentes selecciones europeas: España, Alemania y Francia.
Una década rica en historias en cuanto a la UEFA Champions League, en la que 6 equipos tuvieron la oportunidad de levantar La Orejona y en la que Real Madrid fue el claro dominador ya que no solo levantó 4, sino que tres de ellas las hizo de manera consecutiva convirtiéndose en el primer y único equipo que ha conseguido semejante logro.
Pero más allá de este tipo de resultados, fue una década marcada por una rivalidad sin igual, que inclusive superó las fronteras del fútbol para convertirse en la más importante en material deportiva: la de Cristiano Ronaldo con Lionel Messi.
Ambos dominaron el fútbol tanto dentro como fuera de la cancha. No solo disputaron títulos, sino además premios. Imposible hablar de uno de ellos sin hacer referencia al otro.
Por eso juntamos a dos de nuestros especialistas, Alfonso Duro y Jordi Blanco, para que debatan sobre esta rivalidad sin igual. Acaso en esta nota pretendan emular la rivalidad de los dos protagonistas de la misma. A disfrutarla entonces
¿Es la mayor rivalidad de la década?
Jordi Blanco: Es la mayor rivalidad de la década. Porque, no nos engañemos, se ha necesitado elevar a Cristiano Ronaldo a una consideración que no disfrutaría de no haber sido futbolista del Real Madrid. Leo Messi nunca se ha preocupado de alimentar este debate creado a partir del día en que el portugués llegó a Madrid para convertirse en su alter ego y crear un cara a cara similar, por decirlo de alguna manera, al que protagonizaron en su momento Larry Bird y Magic Johnson. Aunque bien pudiera decirse que en este caso Messi sería Mozart y Cristiano tomaría el papel de Salieri.
Alfonso Duro: Sin duda es la mayor rivalidad de la década, y en el mundo del fútbol no se recuerda algo igual. Si se recuerdan algunas memorables en otros deportes como dice Jordi. Ahí están las mencionadas entre Magic Johnson y Larry Bird, pero también la turbulenta entre Alain Prost y Ayrton Senna o la más amistosa entre Rafa Nadal y Roger Federer.
Pero contrariamente a lo que comenta Jordi, una rivalidad de esta magnitud no se podría haber creado de forma antinatural. Imposible. Messi podrá acabar siendo el mejor futbolista de todos los tiempos, pero si lo logra --sería bueno que para ello levantara algún título a nivel de selecciones-- será en gran parte gracias a su competencia con Ronaldo durante esta década.
JB: Messi, querido Alfonso, ha acabado por convertirse en el sucesor de Maradona, superando incluso al Pelusa porque ha sido capaz de mantener su magia durante quince años y a cada día que pasa su figura sigue creciendo a ojos de todo el mundo, mientras que Cristiano, futbolista descomunal, disfruta de sus momentos de gloria determinados. Ese gol, ese salto, esa celebración... Pero nunca con la regularidad y belleza futbolística que Leo ha regalado a todo el mundo.
AD: Seamos claros Jordi: solo el empuje constante del portugués ha hecho que el argentino no pudiera despistarse en lo más mínimo, que tuviera que ser constante en el esfuerzo y en la producción, y que no acabara perdiéndose en la fugacidad del éxito que ha perseguido a otras grandes glorias culés, como Romario, Rivaldo o Ronaldinho. Si el cara a cara entre ambos está siendo reconocido como el más importante del mundo del deporte en estos últimos coletazos de la presente década, es justamente por la tremenda impronta de ambos protagonistas, que han dominado tanto que no han dejado a nadie más compartir el foco con ellos.
JB: El fútbol, por cierto, nunca vivió una situación igual. Fue Di Stéfano, fue Pelé, fue Cruyff y fue Maradona. Ni Kubala, ni Charlton, Beckenbauer o Platini, por citar jugadores de indiscutible consideración, hicieron sombra al número uno porque, sencillamente, no existió la necesidad ni la tentación de prefabricar a un futbolista por encima de sí mismo. Eso es lo que se hizo con Cristiano y eso es lo que ha motivado que para la historia quede, a pesar de la injusticia de ello, que hubo un tiempo en que el fútbol lo dominaron dos personajes singulares. Por más que, en el fondo, todos sepamos el lugar que le corresponde a cada uno de ellos: Messi fue el número uno. Y Cristiano el segundo. No hay más.
AD: Vamos a ser claros y justos: esto no se hubiera logrado de manera impostada, por pura necesidad de buscarle un rival digno a Messi para así encumbrarle como el mito viviente que es hoy. Para nada. Su rivalidad ha sido feroz y Ronaldo lo ha logrado, además, en desigualdad de condiciones, pues mientras el 10 blaugrana ha compartido sus éxitos con Xavi, Iniesta, Dani Alves o Luis Suárez, CR7 pasó gran parte de la década brillando junto a futbolistas como Arbeloa, Khedira o Lass Diarra.
¿Quién fue el mejor de la década?
AD: Lo que comentaba anteriormente, querido Jordi, es quizás el mayor punto a favor del portugués para considerarse el mejor de la década. Ronaldo no sólo no cuenta con el talento innato de Messi, sino que ha compartido vestuario con jugadores que no deberían ni siquiera poder mirar a los ojos a la generación dorada del FC Barcelona.
JB: La duda ofende. Esta es una ‘frase hecha’ y que parece nacida para responder a la pregunta. Durante esta década Cristiano ha conquistado jugando en el Real Madrid cuatro veces la Champions, sí, pero sería interesante comprobar la trascendencia, más bien escasa, que tuvo en las finales ganadas al Atlético o el Liverpool, mientras que tanto en las finales de 2011 como de 2015 el peso específico de Messi estuvo fuera de toda sospecha.
AD: Vamos a ver: los equipos que lideró Cristiano Ronaldo, sobre todo en el primer tercio de la década, no fueron para nada comparables en calidad a las plantillas que confeccionaron año tras año Pep Guardiola, Tito Vilanova, Gerardo Martino o Luis Enrique. Mientras a Messi le resguardaban Puyol, Piqué y Valdés, Mourinho quiso dominar Europa con Diego López, Ricardo Carvalho y Pepe. Incluso en muchos casos con Raúl Albiol. Son sólo pequeños ejemplos, nada más, pero salta a la vista que el universo de Ronaldo nunca tuvo tantas estrellas como el de Messi, y sin embargo él siguió brillando mucho más que su gran rival argentino.
JB: No tan rápido querido Alfonso. Leo, que un día fue la guinda del pastel, siendo ese pastel el mejor Barça de todos los tiempos, ha acabado por ser el pastel entero, manteniendo el pulso de un equipo cuya brillantez y capacidad ha ido menguando con la marcha de sus dos escuderos (Xavi e Iniesta) para demostrar que más allá de los títulos, el fútbol ha quedado en deuda con él. Ha sumado Balones de Oro y Botas de Oro a una colección tangible como intangible es la leyenda que le acompañará por siempre, superando en ese imaginario al propio Maradona. Mientras tanto, querido Alfonso, Cristiano Ronaldo quedará en el recuerdo como un futbolista estelar como lo fue en su momento su compatriota Eusebio. O lo fueron Platini, Beckenbauer y tantos otros que estuvieron a la sombra de los número uno de su momento.
AD: Al final de cuentas, y lejos de los intangibles, lo que queda son las frías estadísticas, y esas no mienten: Cristiano Ronaldo ha levantado cuatro de las diez Champions Leagues de la década, mientras que Messi, ese mito inalcanzable, sólo fue capaz de ganar dos con unos equipos de ensueño.
¿Qué hubiera copiado Messi de Ronaldo y Ronaldo de Messi para ser mejor?
JB: ¿Qué no habría querido? Cristiano Ronaldo ha alcanzado la cúspide a través del esfuerzo y eso no solo no se le puede negar sino que, más aún, se le tiene que reconocer y aplaudir. Pero ese esfuerzo monumental del portugués por ser cada día mejor, por convertirse en un futbolista de referencia lo tiene innato, desde siempre, Leo Messi.
AD: Messi, ya lo he mencionado, es puro talento. Un talento descomunal. El argentino ha sido capaz de convertir sus defectos en virtudes y lograr ser un jugador imparable sobre el terreno de juego. Pero también he mencionado y espero que lo entiendas, que en gran parte su constancia se debe a esa presencia de Ronaldo, un obseso de la preparación física y de la competitividad.
JB: Pero hay una diferencia: Messi nació futbolista y Cristiano Ronaldo se hizo futbolista a través de los años. Al portugués le habría encantado disfrutar de la magia que disfruta Messi desde sus primeros días y que le sigue acompañando con el paso de los años. Hacer esa jugada inverosímil, convertir cada lanzamiento de falta en una pesadilla para el portero rival, poseer su visión de juego y ese pase, asistencia, inigualable.
AD: Ese es tal vez el gran atributo que podría haber hecho que Messi fuera un paso más allá y que lograra hacer tragar polvo al portugués en su rivalidad frente a frente. Porque aunque por más que el argentino hubiera vivido en el gimnasio, jamás podría haber alcanzado el nivel de superioridad física que ha alcanzado Ronaldo. La dedicación del portugués, su obsesión con la recuperación, con la alimentación, su culto al cuerpo, han sido cosas a las que Messi no ha prestado tanta atención en su carrera y que podrían haberle convertido en un jugador incluso más completo.
JB: Cristiano, estimado Alfonso, siempre miró, y sigue mirando, a Messi como un objetivo, no como un igual. No podría...