Diego Lugano fue el emblemático capitán de la era el técnico Oscar Tabárez, comenzó con la Selección de Uruguay en 2009. Estuvo en los Mundiales de 2010 y 2014. Además ganó la Copa América 2011.
En su trayectoria por clubes fue campeón de la Copa Libertadores 2005 con Sao Paulo. Con el equipo brasileño también conquistó esa edición del Mundial de Clubes tras vencer en la final 1-0 a Liverpool. Cerró su etapa como futbolista a comienzos de 2018 y en NEXO de ESPN recorrió su trayectoria en clubes y con su seleccionado.
Vestir la camiseta de la Selección: Es lo máximo. En Uruguay la Celeste es una marca que nos identifica desde que nacemos, ponértela es un sueño. El mundial de Sudáfrica 2010 fue volver a poner a Uruguay arriba, entre los mejores del mundo. Ser líder de esa generación, lo recuerdo como algo muy grato, no tengo nostalgia porque lo viví con mucha pasión.
Los requisitos de un capitán: Tiene que estimular, que liderar con el ejemplo, no hay mucho misterio. El ejemplo es diario, permanente, actitud, solo así y te ganas la confianza y el respeto de todos los que te rodean. Mi mayor trofeo como jugador o como capitán, todos mis compañeros me recuerdan con mucho cariño y respeto.
Cuarto en el Mundial 2010: Significó mucho para nosotros, por volver a ser competitivos. No solo es jugar bien al fútbol, hay que dar ejemplo. Recuerdo el partido de Ghana, la imagen del vestuario con los compañeros que eran todos amigos porque una cosa es ganar con compañeros y otra con amigos, se disfruta mucho más. Me quedé con la espina que esa final la merecía jugar Uruguay.
"El Maestro" Tabárez: Significó para nosotros y la sociedad uruguaya mucho más que fútbol. Él dirige enseñando y educando, pero no son palabras, son hechos. Nos enseñó que representar a un país significa mucho más que patear una pelota. Nunca levantó la voz, nunca dijo una palabra, pero es la persona con más convicción para tomar decisiones que vi en el fútbol.
Partido con Colombia en Brasil 2014: Ese partido para nosotros significó mucho por lo que vivimos con Luis Suárez, llegamos a Brasil con mejor equipo que en Sudáfrica, estábamos bien. Estuvimos tres días tratando de defender a Suárez. Llegamos al partido así sin la concentración necesaria frente a una generación notable de Colombia, les dimos segundos y perdimos.
El colombiano más difícil de marcar: Cuadrado. Porque con los delanteros de área era más fácil por mi fuerza física. Fue el que me dio más trabajo.
Yerry Mina y Dávinson Sánchez: Jugué contra Mina en Brasil, hizo un Mundial tremendo es un zaguero bueno. A Dávinson lo enfrenté en la Libertadores 2016, tiene velocidad y potencia, típico zaguero colombiano.