México dejó ir una ventaja de dos goles y el partido amistoso terminó con un amargo empate.
Era un juego de inventario para la Selección Mexicana y terminó en otra noche bochornosa para el equipo de Javier Aguirre. Valencia, ninguneado por su visita a México, empató a dos goles contra el representativo mexicano, en el estadio Cuauhtémoc de Puebla.
La Selección Mexicana habla más fuera de la cancha que adentro. Se pide a la afición “reconectar” con el equipo y se asegura que en el césped habrá 11 futbolistas orgullosos de representar a México. En la práctica, el conjunto del 'Vasco' Aguirre titiritea con el más mínimo susto, ahora fue contra el Valencia, que traía un equipo que apenas rebasaba el promedio de 23 años y 11 bajas.
Se decía que el Valencia era mejor que nada. Ante la falta de rivales, la Federación Mexicana de Futbol apostó por uno de los clubes que menos le cobraba por venir a México y la apuesta salió más cara de lo pensado.
El Cuauhtémoc le dio una nueva oportunidad a México. Al estadio del Puebla llegaron más 40 mil aficionados que esperaban una victoria de su equipo, ante un equipo dirigido por el español Rubén Baraja, que apenas entrenó una hora y media en el Cuauhtémoc y se paseó por la ciudad de Puebla.
Alexis Vega, que regresaba al Tricolor, hizo el 1-0 y después Ozziel Herrera anotó el 2-0. Era el primer tiempo y México se sentó a esperar que transcurrieran los minutos, sin importar las rabietas que hacía Javier el 'Vasco' Aguirre.
Por el contrario, el Valencia encontró que México sin el balón es débil y trabajó las vías para llegar a la portería de Raúl Rangel. Dani Gómez, ante las facilidades del Tricolor hizo el 2-1. Los españoles buscaban más, pero el árbitro los mandó al descanso del mediotiempo.
En el regreso de los vestidores, el conjunto de Ruben Baraja siguió por el mismo camino: balón en los pies y la grada se puso de su lado. El estadio Cuauhtémoc comenzó a corear cada uno de los pases del Valencia con el “¡Olé!! Olé!”, mientras que México correteaba la pelota.
Dani Gómez apareció de nuevo, para empatar el partido a dos goles y provocar el coraje de Javier Aguirre, por la displicencia de sus futbolistas. Entonces, para evitar el bochorno, quemó sus naves y metió a jugadores que estaban reservados para el compromiso de Estados Unidos: Raúl Jiménez, César Huerta y Orbelín Pineda a la cancha.
No funcionó la apuesta, porque el Valencia vino a cobrar 500 mil euros por jugar en el Cuauhtémoc, paseó por la ciudad de Puebla y provocó la vergüenza de la Selección Mexicana.
México no pudo contra uno de los peores equipos de España. No sólo eso, el siguiente partido es contra los Estados Unidos de Mauricio Pochettino.