Martina Van der Molen está hace seis años en el Club Ciudad de Buenos Aires, pero el sentimiento que le drena en las venas por Muni parece que viene desde hace más de una vida y en esta entrevista con ESPN.com se explayó acerca de lo que acontecen sus días.
Los inicios de Martina fueron lejos de Muni, pero cerca del arco y tuvo la injerencia de un leyenda del puesto para motivarla: “El primer recuerdo que tengo defendiendo los tres palos, era cuando antes jugaba Manuel Belgrano, que un día faltó la arquera que teníamos en octava, tenía de entrenadora a Belén Succi, y preguntó si alguien quiere ser arquera, y yo levanté la mano. Mágicamente, desde el primer día que la tuve, ella entrenadora, me picó el bichito de querer ser arquera, me puse los pads y de ahí no me los saqué”.
Ahora así, hablando del Club Ciudad, la arquera tiene bien fresco sus inicios en las inmediaciones de la institución que hace de local en Avenida del Libertador: “El primer recuerdo que tengo de Muni es en los entrenamientos con Marisol (Saenz), cuando me tomó la prueba en 2017. Me acerqué porque quería buscar más competencia, que lamentablemente Belgrano no me la daba, y después de quedar en el primer seleccionado en Buenos Aires que jugué con 14, vinieron a llamar por un contacto amigo de mi mamá, me dijeron, che, ¿te querés probar? Ni lo dudé”.
Y añadió: “Marisol me vio, dijo que me quería ver Marcelo Blanco, que era el entrenador de arqueros, que sigue siendo del club, y volví a entrenar en la semana con ellos. Ahí me dieron el ok, esto fue en fin de año de 2017, en diciembre de 2017 empecé a entrenar con los equipos, y en 2018 arranqué a jugar en sexta en el club”, rememoró la portera.
A Van der Molen le tocó iniciar su camino en la Primera de Muni en un plantel repleto de baluartes, pero el golpe no fue tan fuerte ya que en Menores tuvo a grandes leyendas del hockey nacional e internacional: “Por suerte me sentí parte bastante rápido, las chicas me adoptaron muy bien, al principio era entrar al club y ver a Carlita (Rebecchi), estaba Juli Jankunas, y arranqué teniendo de entrenadora a Maru Scarone, a Marianita González Oliva, y era: wow. Después lo naturalizas, no sé si está tan bueno, porque le perdés un poco el respeto, pero también es creérsela, sentir que estás a la altura, sin perder la humildad, ni que el ego te gane, nunca me desmerecí, siempre sentí que estaba para el puesto que estaba ocupando y tuve la mentalidad de decir: ‘Me lo voy a tener que ganar’, y una vez que me lo gané, ahora lo tengo que mantener, y me gusta esto, estar compitiendo constantemente, para eso me cambié el club, y para eso estoy en el Club Ciudad de Buenos Aires, que es un montón, y cada tanto que caigo, digo, desde los 18 años que estoy, tengo 21, ya estoy hace tres años en Primera, que me parece un montón, pero después digo, la verdad es que por algo es”.
La ansiada presentación en Primera no tardó en llegar, en medio del cambio de guardia (porque Marisol Saenz había anunciado su retiro) el director técnico de turno le profesó que era su momento y ella así se sintió preparada: “Juan Pacheco era el entrenador, y me dijo: ‘El sábado vas a jugar vos’, los nervios, y un montón de emociones me atravesaron, pero la verdad es que me sentí bien, muy apoyada por el equipo, me comprendieron mucho, porque el puesto de arquero se hace con los años, y con los goles que te comes, la única manera es tener cancha, que no es fácil conseguir ruedo, no es como un jugador cualquiera que entra dos minutos y te sacan, y vas teniendo de a poco, yo siempre digo, a mi me tiraron a la jaula de los leones, y bueno, arréglate, pero por suerte me sentí muy acompañada”.
Además, hizo énfasis en la situación de las frustraciones con la que convive el puesto: “Y eso del ego, primero hay que destruirlo, para después dominarlo, y entender cuándo utilizarlo, ni por atajar bien un partido sos la más capa, ni por comerte un gol sos una basura, es algo que hay que laburlarlo con el tiempo, la cabeza del arquero es muy así, no te podés quedar con la pelota anterior, porque siempre va a venir otra, y si te quedás en la última, la que sigue probablemente sea gol. Lo que hace a un arquero en gran parte es la mentalidad, podés ser ágil, rapidísimo, pero si no tenés la cabeza bien fuerte, es muy complicado, ahí también está la confianza que transmitís a tu equipo, y a uno mismo”.
Si bien Martina es consciente que la importancia en la creación de futuros arqueros está lejos de ser la adecuada, también intenta dejar su legado en el club que la sigue formando a ella: “El puesto es muy difícil y la mayoría de los entrenadores, al no ser arqueros, no están capacitados para entrenar arqueros. Muchas veces los estímulos son aburridos para vos porque hacen una ruta de pelota y terminan con un tiro al arco, que si tiran al arco… y todo lo que ya sabemos, pero mi granito de arena en el club intento hacerlo estando en los entrenamientos, dándole algún consejo a alguna arquera de, ‘Che, parate de esta manera, agarra el palo así, cuando vienen de frente, ponete así’. Estaría bueno empezar a capacitarse, necesitamos una parte física enfocada a lo que hacemos nosotras, coordinación, reacción, movimientos explosivos, pero también queda en nosotras, con los años de experiencia, que los míos son muy pocos, aportar esto, lo que sentimos que sea necesario, y poder aportar de a poco a hacer crecer al puesto”.
Tal vez el año de Ciudad de Buenos Aires no terminó como esperaba, las expectativas del Club de Núñez siempre es pelear los puestos de arriba, pero en este presente le invade otras preocupaciones y es formar un equipo que tengas las herramientas para aspirar a más: “Para mí lo principal es entender que somos un equipo muy joven, el promedio de edad es 22 años, somos todas pibas que por la situación del club salimos de menores y arrancamos a jugar en la Primera, que no era algo que pasaba en Muni antes, y nos falta esa madurez, de estar más pillas, tolerar más las frustraciones. creo que eso principalmente se gana con los años, con pelear los descensos, con estar abajo de la tabla, y entender eso, partido a partido, año a año. Después, la parte del juego, siento que nos falta un poco más trabajar las áreas, tanto defensivas como ofensivas, estar un segundo antes, son detalles, porque, por lo visto en el año, la verdad es que le hacemos partido a muchos equipos, pero, esos detalles son los que nos hacen estar hoy donde estamos”, afirmó la guardameta.
También hubo tiempo para dar las gracias, y antes de finiquitar la entrevista Martina se tomó un instante para pensar: “Agradecerle a mi equipo, porque estoy muy feliz donde estoy, y al club entero, en realidad este año sentimos mucho el apoyo, de todo el club, de todas las nenas que nos vinieron a ver todos los partidos, y más que nada agradecerle al club que abrió las puertas, me dio la posibilidad de crecer, y convertirme en la persona que soy hoy”, concluyó Van der Molen.