Cristina Cosentino será quien cuide del arco de Las Leonas en París 2024, la guardameta del Club Banco Nación hará realidad su sueño de disputar la máxima cita del deporte con el agregado de ser la número uno para el entrenador, Fernando Ferrara.
La vida es una historia donde los momentos duros son los que nos vuelven a eje, para así apreciar las pequeñas cosas que poseé el mundo que nos cobija y, aunque es fácil decirlo, lo complejo está en llevarlo a la práctica para utilizar esos instantes fallidos como combustible de los cometidos que quedan por cumplir.
Cosentino se quedó en la puerta de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 -disputados en 2021- Belén Succi viajó de primera arquera y Clara Barberi fue de reserva. Esos días fueron pesados de digerir, pero con el tiempo Cris comenzó a vislumbrar con mayor claridad el pasado y resultó una inmersión de aprendizaje para el porvenir: “En el momento duele y duele bastante, ahora viéndolo con el diario del lunes entendí que todo eso sirve para sumar. Así como quedé afuera del Juego de Tokio, creo que de todo se aprende, no era el momento y seguramente no estaba preparada. Todo eso te ayuda e impulsa para, al final, usarlo como motivación. Te hace crecer como persona, como jugador, es parte del camino, de todo lo que uno va afianzando, sumando a su juego y a las experiencias de vida”.
Los aprendizajes que le dieron los golpes, tanto de bochazos como pasajes del camino, fueron forjando una China distinta que aprendió a decir y hacer lo que le dictaba su voz interior y así lograr la mejor versión de ella para el conjunto: “Estuve trabajando mucho estos años, me pasaba que en el club lo podía hacer, sentirme plenamente yo, creo que es muy importante en el rol del arquero tener una voz y que el equipo pueda guiarse con tus palabras, al final sos el último jugador y el que ve todo en la cancha. Es un ejercicio de años, no es que se hace de un día para el otro, es ganar confianza porque había veces que quizás no decía cosas en el seleccionado por miedo a que me digan: 'no, estuvo mal lo que dijiste’ y era algo interno mío, porque si te equivocás nadie te lo va a echar en cara, sino que debía soltarme y este rol que tengo en Banco intentar trasladarlo a Las Leonas, que es lo que hoy necesita el equipo de mí, para poder afianzar más aún la defensa”.
Además, Cosentino hizo énfasis en las formas que optó para poder alcanzar su misión y afianzarse en el rol: “Cuando estás en Las Leonas te sentís más observada que en el club, con la presión de que querés hacer todo bien, pero lo que me ha servido fue soltarme y dejar que las situaciones fluyan porque sino salen las cosas al revés, mientras más lo pensás más querés que vaya todo bien y termina saliendo todo distinto. Aprendí eso en este proceso, soltarme justamente a ser yo como soy en Banco y, obviamente, siempre con la mejor intención. Poder hablar y también saber cómo necesita cada una que le hable, eso es fundamental, no es lo mismo dirigirse a una que a la otra, requieren en diferentes momentos del partido distinta motivación y eso es un rol muy importante de la arquera”, aseveró Cris.
Si bien a la China se la conoce por defender el azul y blanco del Club Banco Nación, sus inicios fueron con otros colores y en el predio de Belgrano Athletic por Pinazo: “A fines de 2015 yo estaba en el BAC, hasta que me fui porque no tenía lugar como arquera titular y no había espacio para crecer. En ese momento estaba en el proceso Junior y nos pedían que atajemos en Primera para poder ganar rose, el cambio fue una decisión de mi carrera, de querer jugármela a lo que quería, que por suerte me llevó a donde estoy hoy. Fue un momento difícil cambiarme del club de toda mi vida, pero, por suerte, Banco Nación me recibió muy bien, yo conocía a Mili y Magui Fernández Ladra y a Agos (Alonso), que me pinchó bastante para que venga. Acá pude encontrar un lugar, obviamente me lo tuve que ganar, no fue que caí un día y de repente era titular, pero había espacio para crecer", confesó la arquera de Argentina.
Ese cambio, a priori deportivo, le significó una modificación de rumbo para su vida porque creció dentro suyo un sentido de pertenencia hacia BN que sigue brillando y no claudica: “Me encontré con gente que tira para el mismo lado siempre, porque Banco, antes de tener la cancha en Olivares, que ahora podemos disfrutar, pasó por bastantes clubes y jugó en un montón de lugares que creo nos fortaleció como club y ahora eso se refleja en las actitudes que tenemos nosotras como grupo. También el querer incluir mucho a la gente que viene de afuera a buscar un sueño; tenemos un ejemplo claro con Ari Arias (jugadora de Las Leoncitas) que vino a Banco en momento complicado, terminamos descendiendo y ella decidió quedarse apostando al club; eso también es difícil, el mantener a la gente que quizás viene más de pasada y estos años pudimos lograr formar el equipo que somos hoy", enfatizó Cosentino.
El camino hacia el arco no siempre fue por elección, como la gran mayoría de las personas que ocupan su rol en el gremio, y la China no fue la excepción: “Arranqué por una cuestión de que no había arquera y rotábamos todo el tiempo, hasta que eventualmente me dio miedo decirle al entrenador que no quería y me terminó gustando. Considero que tiene ser que significativo el trabajo que sea hace en menores sobre todo porque no hay muchas y después esas pocas van a subir a reemplazar a las arqueras que estamos hoy. Es difícil porque es un puesto, como dicen todos, ingrato, pero creo que está muy bueno. Es un puesto especial, hay que ser fuerte psicológicamente, hoy en día te salva partidos y es súper importante, se están dando cuenta ahora de eso, aunque un poco tarde, pero se le tiene que dar mayor relevancia”.
Se dice que al trabajo del arquero es imprescindible no asociarlo con lo mental, la concentración extra que requiere ser el responsable de que no entre una pelota al arco, y Cristina se sinceró al contar cómo es lidiar con la frustración tras un gol en contra: “Pensar que van a haber más bochas en los próximos minutos, en que lo que pasó, pasó y no lo vas a poder cambiar. No quedarte enganchado en el ‘qué podría haber hecho’ está bueno verlo y analizarlo, pero después de que pasó inmediatamente no es el momento; tratar de despejarme y seguir concentrada en el partido. Es pensar que vas a tener otra pelota para redimir lo que hiciste antes y poder hacerlo mejor”, subrayó la China.
El arquero es más que el último eslabón hacia la línea de gol, posee distintos roles en un solo lugar, pero Cris encontró en la expresión su arma esencial, en llegarles a sus compañeras a través de las palabras, sus gestos y así sumar hasta, en algunas ocasiones, sin tener puestos los pads: “La comunicación es fundamental, lo aprendí con los años, antes era una arquera que no hablaba directamente y es muy importante, te podés safar de una salida, guiarlas para ver qué otras opciones tienen. Es tratar de transmitir al otro lo que uno percibe, que tal vez como tiene la pelota no está viendo lo mismo. Creo que la personalidad que tenés se refleja afuera de la cancha también y es valioso conocernos para poder sacar lo mejor porque, tal vez, hay una que está desmotivada y si vos la seguís pinchando se va para abajo entonces es tratar de identificar cómo puedo ayudarla para que levante su nivel”.
Para culminar, y dejando atrás los tramos y desafíos superados, la guardameta de Las Leonas en París 2024 se tomó el tiempo de recordar y reconocer el esfuerzo realizado: “Agradezco a las personas que me formaron y confiaron en mí, y agradacerme a mí por no dejar nada para reprocharme en este proceso, creo que en otros sí podría haber dado más, también se ve reflejado en las listas. Hoy estoy con la tranquilidad de volver a decir: 'pase lo que pase, de los procesos uno aprende', duelen, pero uno aprende y pasa todo por algo”, concluyó la China.