BARCELONA -- Luis Suárez ya es jugador del FC Barcelona. El Liverpool y el club catalán anunciaron casi al unísono el acuerdo entre ambos clubs para el traspaso del delantero uruguayo, que firmará un contrato de cinco temporadas y será presentado la próxima semana, probablemente el miércoles.
Por el futbolista, de 27 años y que esta última temporada marcó 31 goles con el Liverpool, el Barça pagará 81 millones de euros, de los que, de acuerdo a la negociación entre los dos clubs hará efectivos unos 40 inmediatamente, transfiriendo el resto en dos plazos, los dos próximos años.
Suárez es esperado en Barcelona entre el lunes y el martes y volverá a marcharse de vacaciones hasta final de mes. Curiosamente, la sanción que pesa sobre él impedirá que sea presentado en el césped del Camp Nou, aunque en este aspecto el Barça ya trabaja a fondo en la presentación inmediata de un recurso al TAS para rebajar la durísima sanción que pesa sobre el por parte de la FIFA.
El fichaje del delantero charrúa se gestó en cuanto Luis Enrique fue confirmado como nuevo entrenador del FC Barcelona. El técnico trató con Andoni Zubizarreta los planes del club para reforzar la plantilla, estando de acuerdo en los nombres que le presentaba el Director Deportivo... Y presentando una sola apuesta personal: Luis Suárez.
El asturiano presentó al uruguayo como un jugador providencial tanto por su fútbol como por su carácter en el terreno de juego y le mostró a Zubizarreta su convencimiento que era una pieza indispensable en sus planes, admitiendo que ocupase la plaza de un Alexis al que no consideró imprescindible.
No fue hasta la llegada de Luis Enrique que el Barça comenzó a mover los hilos para fichar al uruguayo, pensando en aquel momento, principios de junio, que el Real Madrid estaba en mejor disposición de conseguir su incorporación. Sin embargo, en la primera charla que mantuvieron los ejecutivos del club azulgrana con el representante de Suárez, Pere Guardiola, entendieron que la posibilidad de la operación era real, por cuanto el club merengue, que sí había hecho gestiones para su fichaje, había desestimado la contratación.
Según fuentes próximas a la negociación, Florentino Pérez fue el gran valedor del uruguayo, pero se echó atrás por deseo expreso de Cristiano Ronaldo, quien se mostró totalmente en contra del fichaje argumentando que con Di María, Benzema y él mismo el ataque del Real Madrid ya tenía suficientes primeros espadas. Y dando a entender que Suárez podría no encajar en el equipo.
Guardiola, el representante, comunicó entonces al Liverpool el deseo del FC Barcelona de establecer un contacto formal para tratar el traspaso en condiciones inferiores a los 90 millones en que se estipulaba la cláusula de liberación de su contrato con el club inglés y a partir de ahí comenzó una negociación muy laboriosa que acabó sonriendo al Barça, económicamente hablando, a partir de la sanción que cayó sobre el jugador en el Mundial.
Mientras por un lado el Barcelona traspasaba a Cesc al Chelsea y aceleraba la negociación para vender a Alexis (tuvo contactos con la Juventus pero en condiciones muy inferiores a lo que ofrecía el Arsenal), por otro sentaba las bases del acuerdo de pago por Suárez, cuyo precio acabó fijándose en una horquilla que va de los 72 a los 75 millones de euros, dependiendo de las fuentes.
El Liverpool, por si acaso, se ha reservado un derecho ante una posible futura venta por parte del FC Barcelona del jugador, que se ha rebajado el salario hasta los 10 millones de euros (en Anfield cobraba anualmente unos 12) para facilitar su fichaje.
Así, Suárez pasará a ser el cuarto jugador mejor pagado de la plantilla azulgrana, por debajo de Messi, Neymar e Iniesta y se convierte en el 15º uruguayo de la historia del Barça, desde Scarone, el primero en la década de los 30 del pasado siglo y hasta Martín Cáceres, defensa que hoy pertenece a la Juventus de Italia.