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Cinco tramas más interesantes de la NBA en la temporada 2015-16

La NBA regresa al centro del escenario con la promesa, o al menos la expectativa, de contar con una de las temporadas más cautivantes y entretenidas de su historia. No de la década, no del siglo XXI, de su historia.

La Conferencia Oeste cuenta con el vigente campeón, los Golden State Warriors, y de alguna manera se ha vuelto aun más formidable con el fortalecimiento de los San Antonio Spurs y el crecimiento de los Los Angeles Clippers, los Houston Rockets, el Oklahoma City Thunder y los New Orleans Pelicans.

El Este sigue siendo el hermanito menor pero a la misma vez cuenta con un candidato de fierro al título en los Cleveland Cavaliers de LeBron James. Sin embargo, LeBron y compañía no la tendrán tan fácil para acceder a las Finales como durante la campaña pasada con el regreso de el Miami Heat y los Indiana Pacers a los primeros planos.

Eso es apenas lo más superficial de una temporada digna del mejor melodrama de la televisión estadounidense. ¨Scandal¨ y ¨The Walking Dead¨ son un poroto comparado con un triple dramático de Steph Curry, las locuras de Metta World Peace o el drama de los playoffs.

Así que pongámonos las pilas y repasemos a las cinco tramas más jugosas de la temporada 2015-16 en la mejor liga de básquetbol del planeta.

1. ¿Podrán los Warriors defender su corona?

Tengo buenas y malas noticias para los Warriors. La buena es que, según el Departamento de Estadísticas e Información de ESPN, todos los equipos que han ganado 67 juegos o más en la temporada anterior han regresado a las Finales de la NBA al año siguiente, y los últimos cuatro de ellos han festejado como bicampeones desde que la NBA y la ABA se fusionaron.

La mala noticia es que ellos no contaran con su entrenador Steve Kerr durante un tiempo indeterminado debido a la cirugía en la espalda y las jaquecas que lo tienen a maltraer desde fines de julio.

Luke Walton será el interino a cargo durante su ausencia, pero Walton no cuenta ni con la experiencia como entrenador ni con el anillo que ya tiene Kerr tras apenas un año a cargo del equipo.

Kerr no será Curry o Klay Thompson, pero su ausencia será una baja estratégica importante cuando Golden se tenga que enfrentar a rivales con entrenadores del calibre de Gregg Popovich o Doc Rivers.

Esa puede llegar a ser la diferencia entre definir el séptimo juego de las Finales de la Conferencia Oeste en casa o en un territorio hostil como Los Ángeles o San Antonio.

2. ¿Se acaba la sequía en Cleveland?

La ciudad de Cleveland no festeja un título de ningún tipo a nivel profesional desde 1964, y allí se desviven por tener un desfile de campeones que termine con más de medio siglo de angustias.

La cosa es que no es el talento de su plantel lo que detiene a los Cavaliers, es su salud.

Kyrie Irving no jugaría hasta enero ya que todavía arrastra la lesión en la rodilla que lo marginó de las Finales la temporada pasada, LeBron ya empieza a demostrar que es humano con una espalda frágil que lo dejó viendo gran parte de esta pretemporada desde la platea, y ni hablar del historial de lesiones de un componente anímico clave como el brasileño Anderson Varejao.

LeBron, por su parte, está a punto de hacer historia.

Sin él en la cancha, no hay anillo. Así de simple. Se puede lesionar medio equipo, pero no LeBron. Tengamos en cuenta que ningún jugador de la NBA ha jugado más minutos en los playoffs que él desde el 2003, y eso eventualmente se paga caro por más espectacular que seas físicamente.

Las llegadas de Mo Williams y Richard Jefferson como refuerzos y el regreso de Varejao les dará el recambio que los Cavs tanto añoraban durante la postemporada más reciente, pero el contar con el sexto equipo más veterano de la liga también viene con una camilla de regalo, por si acaso.

3. ¿El adiós de una dinastía?

Manu, Tony, Tim, Pop. No hace falta que te diga sus apellidos, ya que seguro que los reconoces tras verlos disputar cinco Finales de la NBA juntos desde el 2003 hasta la actualidad.

Sin embargo, su sana costumbre de ganar al menos 50 juegos cada año en la temporada regular desde 1999 y luego vender cara su eliminación en los playoffs si no levantan la copa podría llegar a uno de sus últimos capítulos, sino el último de todos, con el tridente Ginóbili-Duncan-Parker intacto.

El 2016 los verá otorgándole cada vez más protagonismo a la dupla de Kawhi Leonard y LaMarcus Aldridge, quien arribó en San Antonio como agente libre proveniente de Portland por cuatro años y 80 millones de dólares para ser el eventual sucesor de Duncan.

Aldridge dejó a millones de dólares en la mesa porque él sabe que los Spurs conocen la receta para ser campeones y él nunca ha llegado ni siquiera a las Finales en su carrera hasta ahora.

Leonard, por su parte, es considerado por varios como el mejor defensor de la liga. Sin embargo, lo peculiar sobre este gran alero que ya supo anular a LeBron y ser MVP de las Finales en el 2014 es que todavía no ha participado en un Juego de las Estrellas.

Si eso no sucede esta temporada, hay algo seriamente mal con el proceso de selección.

Cuando no esté jugando el quinteto titular, Manu Ginóbili, David West y Boris Diaw serán más que capaces de abrumar a los suplentes rivales siempre y cuando se mantengan bien físicamente.

4. El Show de los Novatos

El Draft de este año ofreció un Top 10 muy variado e inexperimentado que a la misma vez genera un montón de expectativa y esperanza por el futuro de la NBA ya que su potencial es ilimitado.

Todo comienza con Karl-Anthony Towns, la primera selección del Draft que se debe encargar de hacer olvidar a Kevin Love volcando alley-oop tras alley-oop cortesía de Ricky Rubio mientras enorgullece a toda Latinoamérica como el sexto jugador dominicano o dominicano-americano de la historia de la NBA.

Las comparaciones con Al Horford serán tan inevitables como frecuentes al igual que al ritmo de juego y el desgaste físico y psicológico a los que Towns no está acostumbrado.

Él promedió 21 minutos por partido en 39 juegos con la Universidad de Kentucky enfrentando a oponentes más pequeños y fuertes que él, pero ahora eso se va a incrementar a treinta y pico de minutos en 82 partidos enfrentando a otros grandotes más fuertes, habilidosos y experimentados que él.

Luego no hay que olvidarse de D´Angelo Russell, el base novato de los Los Angeles Lakers que cuenta con un ego tan saludable como su habilidad.

Me imagino que un intercambio entre él y Kobe en Denver en enero será más o menos así:

Russell: ¨Kobe, ¿me pasas el balón?¨

Kobe: ¨No¨

También está el experimento de Willie Cauley-Stein como ala pivot titular junto al volátil DeMarcus Cousins en Sacramento bajo la tutela de un entrenador irascible como George Karl, el enigma de Kristaps Porzingis en Nueva York y el potencial enorme de Justise Winslow en Miami jugando para un candidato al título con Dwyane Wade y Luol Deng como mentores.

Levanten el telón, que el show está por comenzar.

5. El ¨Plan¨ de los Sixers

En Filadelfia ganaron 19 y 18 juegos respectivamente durante las últimas dos temporadas. Perdieron 127.

Sam Hinkie, su gerente general, dice que tiene un plan mientras acumula a jugadores grandotes pero a la misma vez contó con un plantel que promedió al menos 30 intentos de triples por partido durante esta pretemporada.

Solamente los Rockets, los Cavs y los Trail Blazers mantuvieron ese ritmo, pero la diferencia es que ellos encestan un buen porcentaje de sus lanzamientos. Los Sixers encestaron apenas 31 de sus 99 triples en sus últimos tres partidos de la pretemporada.

El pivot novato Jahlil Okafor podría llegar a destacarse tras ser la segunda selección del Draft este año complementándose con Nerlens Noel. Por lo menos va a jugar, no como la tercer selección del Draft del 2014, Joel Embiid. Embiid es más dolor de cabeza que productividad para Filadelfia.

El problema es que si yo sería Okafor no esperaría que me llegue mucho la pelota cuando tu base titular es Isaiah Canaan, quien jugó 72 partidos en sus dos años de carrera en la liga promediando 1,7 asistencias por partido hasta ahora.

Lo más probable es que los Sixers vuelvan a ganar menos de 20 juegos durante la próxima campaña, y la verdadera imcógnita será cuando se colmará la paciencia en la ciudad que alguna vez supo abuchear a Papá Noel.