Lo de Matteo Berrettini en esta porción de temporada es sencillamente contundente. Partido en el que se para, partido que saca adelante. Ante Dominic Thiem en las semifinales de Gstaad no fue la excepción y 6-1 y 6-4 marcó la chapa final.
Solo el COVID y las lesiones pudieron frenar el andar del italiano en lo que va de año. De hecho, su última caída fue concretamente en Indian Wells (Miomir Kecmanovic en cuarta ronda fue el último que se fue vencedor en su cara).
Desde entonces se perdió Miami y la gira de polvo de ladrillo por molestias físicas, volvió en césped ganando dos títulos consecutivos (Stuttgart y Queen´s) y el positivo en coronavirus lo bajó de Wimbledon donde seguramente daría que hablar.
Para Thiem fue el reencuentro con mucho más que buenas sensaciones en Suiza. Tres victorias seguidas (Hugo Gaston, Federico Delbonis y Juan Pablo Varillas) era algo que necesitaba para creer en un regreso a "las grandes ligas".