Cerca de la una de la madrugada en Melbourne, Andy Murray ganó lo que podría denominarse "el punto imposible". ¿Por qué? Porque Thanasi Kokkinakis tuvo no menos de cuatro opciones claras de llevarse el peloteo y falló.
Derechas, reveses, smashes. Todo devolvió el británico (tiene 35 años y 2 operaciones de cadera) con mucho de lectura y una dosis de suerte y resignación. Pero la falla estuvo del otro lado de la red y un australiano que perdió la paciencia y no se animó a descargar el brazo . Al menos durante el punto porque después su raqueta si lo sintió.
El implemento estallado contra el suelo del Rod Laver Arena en medio de un griterío infernal del público que, si bien sufrió con su compatriota, deliró por el tenis vivido. El warning de la umpire estaba al caer y cayó.