La conexión argentina de una finalista en Dubai

No es la tenista del momento pero es finalista por primera vez del WTA 1000 de Dubai. Se llama Anna Nikolayevna Kalinskaya. Nació el 2 de diciembre de 1998 en Moscú y llegó al deporte gracias a sus padres, avezados jugadores de bádminton. Incluso, su hermano mayor Nikolay, es un futbolista profesional de 30 años que actualmente se desempeña en el FC Pari Nizhny Novgorod. Es un mediocampista con llegada al gol que tuvo participación en los seleccionados juveniles rusos y utiliza el número 78 (?) en su actual club.

Pero Anna, la que miraba idealizando a Anastasia Myskina y Dinara Safina cuando era niña, y la conexión argentina es el tema en cuestión. Levan Nanava era su coach en la época de Junior y necesitaba dar un salto a todo nivel cuando se pasó al profesionalismo.

Allí aparece Patricia Tarabini. Se conocieron justo antes de Wimbledon 2019 e inmediatamente llegaron resultados de esos que dejan huella. Durante ese año, la rusa ganó dos torneos de la ITF y su primer título de la WTA, jugando en dobles junto a Viktoria Kuzmova en el Abierto de Praga. Hizo semifinal en Washington y entró entre las 100 mejores jugadoras de la clasificación mundial. "Aprendo mucho de ella todos los días. Es exjugadora y sabe mucho sobre cómo me siento. Tenemos una buena conexión", desprende Kalinskaya.

La platense, como jugadora, era conocida por ser una doblista de excepción. Ganó un total de quince títulos de dobles de alto nivel en su carrera entre los cuales se destaca el del dobles mixtos de Roland Garros en 1996 (con Javier Frana) y se colgó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, junto a Paola Suárez.

El ranking de dobles más alto de su carrera fue el número 12 y después del retiro, en 2006, Patricia comenzó su carrera del otro lado de la línea como entrenadora asistente en la Universidad de San Diego. Su aprendiz más famosa fue Conchita Martínez.

Desde el puesto 75 del ranking WTA llegó a colarse entre las cuatro mejores de un Grand Slam en singles. Algo que no se imaginó en tan corto plazo pero en lo que trabajó duro. Con la mirada argentina posada en sus espaldas como ocurre con tantos entrenadores en todo el mundo. Sea en el deporte que sea. Como por ejemplo con Julio Velasco en la Selección italiana de Vóley, con Gonzalo Quesada en el seleccionado italiano de rugby, con Diego Simeone hace años en Atlético de Madrid, Mauricio Pochettino en Chelsea, Pablo Prigioni como asistente de los Minnesota Timberwolves en la NBA y varios casos más.