Sin dudas que la historia del deporte argentino le tiene asegurado un lugar en el panteón de leyendas a Federico Delbonis. El azuleño, que recientemente anunció su retiro del tenis profesional, fue el héroe del equipo nacional en aquella recordada final ante Croacia en Zagreb.
El 25 de noviembre de 2016, Argentina arribaba a Zagreb, capital de Croacia, para disputar una nueva final de Copa Davis. Aquel trofeo, tan buscado y anhelado tanto por tenistas como por el público del deporte argentino en general, se venía negando desde hacía décadas.
En 1981, el equipo sudamericano con Guillermo Vilas y José Luis Clerc había perdido en la definición frente a Estados Unidos por 3-1 en Cincinnati. 25 años después, Rusia derrotó por 3-2 a la Argentina de Juan Ignacio Chela, David Nalbandian, José Acasuso y Agustín Calleri. En 2008 y 2011, el combinado nacional tampoco pudo en Mar del Plata y Sevilla contra España, que ganó por 3-1 ambas finales.
Frente a ese contexto, Argentina llegaba con cierta presión para poder levantar el trofeo que tanto se le venía negando. Los capitaneados por Daniel Orsanic llegaron a la definición tras derrotar a Polonia, Italia y Gran Bretaña, con un Delbonis más que importante. Es que el azuleño le otorgó dos de los tres puntos a los sudamericanos frente a los azzurros en los cuartos de final que se jugaron en Pessaro ante Andrea Seppi y Fabio Fognini.
Del otro lado aparecía Croacia, que tenía en sus filas a Marin Cilic (N°6 del mundo en ese momento y campeón del US Open 2014), a Ivo Karlovic (uno de los mejores sacadores de la historia) y a Ivan Dodig (de los mejores doblistas de la temporada 2016). Su arribo a la final se dio tras vencer consecutivamente a Bélgica, Estados Unidos y Francia.
Delbonis fue quien abrió la serie ante los balcánicos en el Arena Zagreb, estadio indoor, frente a Cilic. Pese a que jugó un gran partido, el local se llevó la victoria en cinco sets por 6-3, 7-5, 3-6, 1-6 y 6-2. Con esa desventaja, apareció el as de espadas de ese equipo argentino: Juan Martín del Potro. El ex N°3 del ranking mundial ganó las dos series de singles que jugó (no pudo en el dobles junto a Mayer) ante Karlovic y Cilic (remontando un impresionante 0-2) y le dejó la definición del último punto al azuleño.
En una charla con el diario La Nación en 2017, a un año de la gesta, Delbonis recordó los momentos previos al partido: "Teníamos los vestuarios casi pegados y en un momento paso por el de Croacia, tenían la puerta abierta y lo veo de espaldas al televisor (NdR: a Ivo Karlovic) poniéndole los grips a las raquetas y ahí me di cuenta que sentía la presión. Yo también la sentí cuando me tuve que ir al vestuario sin ver el quinto set de Juan Martín y Cilic. No tenía contactos, escuchaba los gritos y fue durísimo. Pasé de estar a menos de una uña de no jugar, a entrar en uno de los partidos más importantes de mi vida. Fue durísimo. Pero después fue todo una locura"
El rival con el que le tocaba medirse no era fácil pero tampoco imposible. Experimentado jugador sobre cemento, Karlovic había sido campeón de un torneo sobre esa superficie aquel año (Los Cabos) y finalista en Washington. Pero Delbo ya lo conocía: en enero el sudamericano y el europeo se habían enfrentado por la primera ronda del Abierto de Australia y el argentino se había alzado ganador tras ir en ventaja 7-6 (4), 6-4 y 2-1, con posterior retiro de su rival.
Bajo la atenta mirada de Diego Armando Maradona, prócer del deporte nacional argentino, Federico Delbonis subió al Olimpo de las leyendas y venció a la torre croata por 6-3, 6-4 y 6-2. "Se me caen las lágrimas cada vez que veo cómo ganamos la Davis. Me sigo emocionando cuando me veo en el punto final. Pero tengo que agradecerle a los chicos, porque sin ellos no hubiera llegado a esa instancia. Fue hermoso lo que me tocó, pero una responsabilidad enorme. Aunque estaba tranquilo porque lo más importante, que era dejar todo, lo iba a hacer. Por suerte se pudo dar y quedará el recuerdo para siempre" le recordó a La Nación allá por 2017.
Tras oficializar su retiro, Federico Delbonis colgará la raqueta pero su recuerdo siempre seguirá en la memoria de los argentinos, que presenciaron desde Zagreb o el televisor, solos o en familia, como el tenista azuleño le dio la gloria al deporte nacional tras una gesta que será inigualable para el tenis albiceleste.