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Federer recordó la histórica final ante Nadal en Wimbledon 2008

Federer y Nadal se enfrentaron en 24 finales, nueve en torneos Grand Slam. AP

Durante su cómico y emotivo discurso en la Universidad de Darmouth, situada en Nueva Hampshire, Estados Unidos, el extenista suizo Roger Federer presentó sus tres "lecciones de tenis" aplicables a la vida, aprovechando para ejemplificar una de ellas a través de su histórica final ante el español Rafael Nadal (264°) en Wimbledon 2008.

"Traté de no perder, pero lo hice, a veces grande. Para mí una de las derrotas más importantes fue la final en Wimbledon 2008 contra Nadal. Algunos lo llaman como el mejor partido de todos los tiempos. Con todo respecto hacia Rafa, creo que habría sido mucho mejor si yo hubiese ganado", comenzó el ex número 1 del mundo, que enfrentó en 40 oportunidades al zurdo manacorí, quien se adueñó 24-16 del mano a mano entre sí.

En sintonía, el dueño de 103 títulos, que se proclamó en ocho ocasiones en el Grand Slam británico, remarcó una vez más su idilio con la competencia: "Perder en Wimbledon ha sido un gran tema, porque ganar en Wimbledon es todo. He jugado en algunos lugares impresionantes, pero una vez que entras en la cancha central, en la catedral del tenis, y terminas como campeón sientes la magnitud del momento. No hay nada como eso".

"En 2008 iba por el récord de seis títulos consecutivos, jugaba por la historia. No iré punto por punto porque estaríamos durante horas, casi cinco horas precisamente. Había interrumpciones por lluvia y el sol desapareció. Rafa ganó los dos primeros sets, yo los siguientes en tie-breaks y nos encontramos empatados en siete en el último", relató el nacido en Basilea, de 42 años, quien ese momento ya había levantado 53 trofeos, 12 de sus 20 Majors.

En consecuencia, el doble medallista olímpico reveló sus sensacions durante el inolvidable match en el All England: "Entiendo por qué la gente se centra en el final: en los últimos minutos se puso tan oscuro que apenas podía ver el césped. Aunque viendo hacia atrás siento que perdí en el primer punto del partido. Miré al otro lado de la red, vi a un chico que unas semanas antes me había aplastado en sets corridos en Roland Garros y pensé: 'Tiene más ambición que yo y finalmente entendió cómo jugarme'".

"Me tomó hasta el tercer set para recordar que era el cinco veces campeón defensor y que estaba en césped, donde sabía cómo hacerlo. Pero ya era demasiado tarde, Rafa ganó merecidamente. Algunas derrotas duelen más que otras, sabía que nunca tendría otra oportunidad para ganar seis títulos seguidos. Perdí Wimbledon y el número 1 del ranking, mientras la gente decía que había tenido una gran racha y ahora cambiaba el liderazgo", exclamó bajo la atenta mirada de las 11.000 personas presentes en el campus.

Por último, Federer, que posteriormente se consagraría en 2009, 2012 y 2017, compartió los aprendizajes incorporados en aquella fatídica final: "Yo sabía que tenía que seguir trabajando y compitiendo. En tenis la perfección no existe: jugué 1.526 partidos individuales durante mi carrera y gané casi el 80%, mientras que solo el 54% de los puntos disputados. No importa qué juegues en la vida, ya sea un punto, un partido, una temporada o un trabajo, a veces perderán. Es una montaña rusa con muchas subidas y bajadas. Volverte un maestro en superar momentos difíciles es el signo de un campeón para mí".