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La historia detrás del idilio entre Roger Federer y Halle, uno de sus torneos favoritos

Roger Federer ha ganado, a lo largo de toda su carrera, 103 títulos ATP a lo largo de todo el planeta. Según el registro oficial, Su Majestad compitió en más de 50 ciudades a lo largo de su trayectoria como profesional y ha sido campeón en la gran mayoría. Sin embargo, hay una de ellas que permanecerá ligada por siempre a su historia y viceversa, en una relación que ya forma parte de las grandes memorias del tenis: Halle (Alemania).

Este pueblo, de no más de 22 mil habitantes, se ubica dentro del estado de Renania del Norte-Westfalia y la ciudad más importante que tiene cerca de sus fronteras es Bielefeld, que se encuentra a aproximadamente 15 kilómetros. Sin embargo, antes de la inauguración del torneo de tenis que se disputa allí, este lugar no gozaba de tradición deportiva alguna.

En cambio, a mediados de los años 90 todo cambió. Luego de un exitoso torneo Challenger que se disputó en 1992 y batió récords de asistencia para un evento de esta categoría (11 mil espectadores), surgió la idea de promocionar y hacer evolucionar este torneo, que hasta ese momento se disputaba sobre polvo de ladrillo.

El principal ideólogo e inversor de todo esto fue el empresario alemán Gerhard Weber, quien fundó una empresa de moda y tuvo como embajadora publicitaria a Steffi Graf en sus inicios. Pero, para dar el salto, primero había que invertir. Es por eso que el nacido en Halle en 1941 creó un estadio desde cero que se llamó Gerry Weber Stadion hasta 2020 y OWL Stadium en la actualidad por cuestiones de patrocinio.

Edificado el estadio y definida la superficie (césped) dio inicio la historia de uno de los torneos más emblemáticos que tiene el circuito. En su primera edición (1993), el francés Henri Leconte se consagró campeón después de vencer en la final al ucraniano Andriy Medvédev. Además, contó con varios jugadores de importante reconocimiento como André Agassi, Thomas Enqvist, Michael Chang y Petr Korda.

Sin embargo, la historia del torneo cambiaría radicalmente a principios del siglo XXI. En el año 2000, un joven Roger Federer hizo su primera presentación sobre el césped de Halle en lo que sería, sin saberlo, uno de sus torneos predilectos. No obstante, aquel debut no fue como se esperaba: quien era el número 38 del mundo y aún no tenía trofeos ATP llegó hasta los cuartos de final (venció a Arnaud Clement y Magnus Larsson) pero no pudo superar la barrera llamada Michael Chang.

El tiempo pasó y el suizo siguió optando por preparar Wimbledon en el pequeño pueblo de Halle. Y el esfuerzo dio sus frutos. En 2003, después de derrotar consecutivamente a Sargis Sargsian, Fernando Vicente, Younes El Aynaoui, Mikhail Youzhny y Nicolás Kiefer en la final, Su Majestad levantó el primero de sus 10 trofeos en Alemania. "Mucha gente me criticó después de París (perdió en primera ronda de Roland Garros frente al peruano Luis Horna), pero ganar un evento sobre césped, y uno tan grande como este, es para mí la preparación perfecta para Wimbledon" manifestó. Y vaya si lo fue. Dos semanas después venció a Mark Philippoussis y obtuvo su primer torneo de Grand Slam.

Con el correr de los años, Federer siguió asistiendo a Halle y repitió las consagraciones en 2004 (vs. Mardy Fish), 2005 (vs. Marat Safin), 2006 (vs. Tomas Berdych) y 2008 (vs. Philipp Kohlschreiber). En las ediciones de 2007 y 2009, el suizo no participó aduciendo cansancio, priorizando su físico para llegar de la mejor manera a Wimbledon. Y en el 2010, la relación entre uno de los mejores jugadores de la historia y Halle dio un paso más allá.

Weber, dueño del torneo, le propuso un contrato de por vida para asegurarse que el ex N°1 del mundo no se vaya a Queen's y dispute hasta el final de su carrera el ATP de Halle, que fue 250 hasta 2015 y luego recibió un ascenso para ser 500. "Estoy encantado, siento un poco como si me fuera a casar. Quería planificar a más largo plazo. Quiero construir amistades y me llevo muy bien con los organizadores, Ralf y Gerhard Weber" expresó Federer luego de haberse consumado el arreglo.

De todos modos, en 2011 Roger no pudo decir presente por una lesión en la ingle y reapareció en 2012. Una buena semana lo depositó en la final en la que no pudo derrotar a Tommy Haas. Su sexto título en el pasto germano tuvo que esperar cinco años ya que recién en 2013 pudo volver a festejar ante Youzhny, ahora si como vitalicio.

Los éxitos se sucedieron: 2014 (vs. Alejandro Falla), 2015 (vs. Andreas Seppi), 2017 (vs. Alexander Zverev) y 2019 (vs. David Goffin). En 2020 y a raíz de la pandemia de COVID-19, el torneo no se llevó a cabo. Además, el suizo decidió parar en ese año y operarse de su rodilla derecha. Y en 2021, jugó por última vez en su querido Halle. Tan solo se llevó una victoria: 7-6 (4) y 7-5 frente al bielorruso Ilya Ivashka. En la segunda ronda, el canadiense Félix Auger-Aliassime (luego subcampeón), se encargó de sacar a Su Majestad y terminar con su historia deportiva allí.

Pese a algunas especulaciones sobre su participación en 2022, finalmente el anuncio del retiro le puso fin al sueño del pueblo de Halle de ver, una vez más, a su querido rey. En 2023, a 30 años de la creación del torneo, la organización decretó al miércoles como "el día de Roger Federer" en reconocimiento al jugador más importante que tuvo el certamen.

"Esta es la primera vez que vuelvo a un torneo desde que me retiré, así que se siente un poco extraño en el buen sentido" expresó Federer, quien fue invitado por los organizadores en 2023. Luego dijo "Más que una simple colaboración, con los años también se ha convertido en una amistad con la familia Weber, primero con Gerhard Weber y luego con Ralf, que ahora es el director del torneo. Así que ha sido un tiempo maravilloso, obviamente también tuve mucho éxito aquí".

En resumen, Roger Federer ha jugado durante 22 años en Halle, siendo campeón en 10 ocasiones y habiendo jugado otras tres finales. Es decir, llegó al partido decisivo en más del 50% de sus participaciones allí. Solo Rafael Nadal en Monte-Carlo (11), Barcelona (12) y Roland Garros (14) superan un idilio como este.