La primera consagración de Roger Federer en el US Open cumple 20 años. El suizo, quien en ese entonces tenía tan solo 23 primaveras y ya era N°1 del ranking mundial ATP, ganó su primer trofeo en Nueva York después de haberse consagrado campeón en el Abierto de Australia y Wimbledon en esa misma temporada. Y la pregunta que ya empezaba a surgir en el mundillo del tenis era si este joven de Basilea, que había explotado en esos últimos 18 meses y contaba con cuatro trofeos de Grand Slam, iba camino a superar los récords de Pete Sampras y convertirse en el mejor jugador de todos los tiempos.
Pero empecemos por el principio. Federer arribó a la "Gran Manzana" como el principal favorito (llegó con récord de 58-6) pese a que nunca había tenido éxito en la ciudad que nunca duerme y sus logros post gira sobre césped eran muy escasos. En este contexto y pese a lo mencionado, el mundo del tenis creía y confiaba en que Roger ganase aquel año su primer US Open. "Creo que es el momento de dar un paso más porque he jugado muy bien en los últimos Grand Slams. Conozco la superficie. No tengo problemas con Nueva York o, ¿Cómo se dice?, con el público o con la vida ajetreada y grandiosa. Es un cambio agradable para mí. Realmente espero poder jugar mejor este año" reveló en el media day quien nunca había superado la cuarta ronda hasta ese entonces.
El debut en Nueva York fue ante el español Albert Costa, quien sorpresivamente había sido uno de los pocos afortunados en el año en vencer al suizo. Sin embargo, Federer no dejó rondar a los fantasmas y derrotó fácilmente a su rival de turno: 7-5, 6-2 y 6-4. "Siempre esperas empezar bien contra todo el mundo. En un partido al mejor de cinco, siempre es bueno ganar el primer set, porque te da tiempo para analizar lo que ha estado sucediendo. Pero tienes razón, contra Costa, si le das un set, su juego cambia y sabe que puede confiar en todos sus tiros. Y si estás por encima de él, empieza a pensar y tal vez a cambiar su plan de juego. Ahí es cuando puedes sacar ventaja. Eso es lo que pasó hoy" expresó post partido.
Para la segunda ronda le tocó enfrentar a un joven debutante que, posteriormente, sería un integrante del Top 10: Marcos Baghdatis. El chipriota, de apenas 19 años, nunca había jugado en Grand Slam. Pese a que todo el mundo creía que el suizo iba a replicar una actuación como en la primera instancia, la realidad terminó siendo muy distinta. Si bien logró la victoria, fue más trabajada que su duelo anterior. 6-2, 6-7 (4), 6-3 y 6-1 para viajar a la tercera fase. Sin embargo, Roger se mostró muy autocrítico en el post partido: "Debería haber aprendido algo del partido de primera ronda. En ambas ocasiones estuve con un quiebre, en el primer set dos veces, y hoy otra vez. Es algo que pasa. Pero pensé que, para que él pudiera recuperarse, tenía que hacer algunos tiros realmente buenos. Lo hizo en el momento justo. Así que, obviamente, me sorprendió con algunos de ellos porque fueron tiros realmente buenos. Pero, ya sabes, normalmente no debería pasar, pero pasó. Una vez que recuperé la concentración, en el tercer y cuarto set ya no tuve problemas, así que estuvo bien".
En tercera, el rival a vencer era Fabrice Santoró. El francés, de 31 años, llegaba con dos victorias en el lomo ante el nacido en Basilea pero ambas cuando Federer era mucho más joven: Toulouse 1999 y Madrid 2002. A partir de allí, el nacido en Tahití no venció nunca más a Su Majestad. Y en el US Open 2004, la derrota fue muy dolorosa: 6-0, 6-4 y 7-6 (7). De todos modos, dejó un momento risueño entre ambos en la red: "Le dije que habíamos jugado un gran partido y que me gustaba jugar contra él. Y él me respondió: "Bueno, espero que me dejes ganar la próxima vez". Ambos nos reímos porque creo que entendemos mucho de tenis, jugamos con mucha sensibilidad. Cuando jugamos, siempre tenemos grandes puntos. Creo que siempre apreciamos mucho los golpes del oponente".
Tras cargarse al francés, Roger Federer rompió el maleficio que tanto lo venía aquejando en el US Open ¿Por qué? Por una simple razón: su rival de cuarta ronda, Andrei Pavel, no se presentó a jugar y clasificó al número uno del mundo a los cuartos de final directamente. Lo más difícil, que era superar esa barrera, ya estaba hecho. Sin embargo, en el duelo por el pasaje a cuartos se daría el mejor partido de todo el torneo y el más exigente para el suizo. Y es que el rival de turno era nada más ni nada menos que una leyenda: André Agassi.
El partido duró tres horas y fue una batalla a cinco sets con un aliciente: el viento. Al final, fue el suizo quien festejó por 6-2, 2-6, 7-5, 3-6 y 6-3 y expresó que fue "una de las experiencias más duras que he tenido con el viento en un partido, especialmente en uno tan importante". De todos modos, dejó claro cual había sido su objetivo desde el principio: "Hoy jugamos más para ganar que para jugar bien. No sé qué decir. Fue difícil" .
En las semifinales esperaba Tim Henmann, número seis del mundo. No obstante, no fue un desafío para Federer. Su contundencia se hizo presente y se quedó con el duelo para meterse por primera vez en su carrera en la final del US Open: fue 6-3, 6-4 y 6-4. "Me sentí bien antes del partido de hoy. Al principio, contra él siempre es muy importante no ir perdiendo por un quiebre. No lo sé. Siempre tengo la sensación de que te pone bajo mucha presión. Siempre ha sido así cuando he jugado contra él y, ya sabes, el mal historial contra él siempre está en mi mente. Así que es como uno de esos partidos en los que sé, "Mira, si va bien, voy a ganar. Si va bien, hay una posibilidad de que gane". Pero, aun así, ya sabes, Tim siempre puede darle la vuelta a la situación". Sin embargo, no fue el caso y el británico no pudo dar vuelta las acciones. "Creo que eso quedó bastante claro hoy, jugando... está jugando un tenis absolutamente fenomenal. Desde el punto de vista de un competidor, siempre estás tratando de encontrar una manera de contrarrestar su forma de jugar. Es muy difícil hacerlo, porque creo que es muy completo en todas las áreas" concluyó en su análisis el británico.
La gran final fue contra Lleyton Hewitt, uno de los grandes rivales que tuvo Federer antes de la aparición de Rafael Nadal y Novak Djokovic. Y en la previa, el australiano expresó: "Obviamente, jugar contra Roger, el jugador número uno del mundo, va a tener que jugar un gran tenis para superarlo. Pero siento que estoy jugando bien en este momento y me doy una buena oportunidad". Pero el buen tenis apareció por otro lado: fue goleada de Su Majestad por 6-0, 7-6 (3) y 6-0 después de una hora y 49 minutos de juego.
En el post partido, el número uno del mundo no escondió su felicidad: "Creo que, dadas las circunstancias, contra Hewitt, mi primera final del US Open, no podría haber esperado más. Tuve el comienzo que quería, con el que soñaba. Sí, al final, ganar en sets corridos es fantástico. Porque, en realidad, honestamente, antes de esta final de hoy, tenía una sensación extraña, ya sabes, debido a todo lo que se decía, nadie ha ganado nunca cuatro Grand Slams seguidos. Así que empecé a preguntarme, ya sabes, así que... Ahora que lo hice, es genial".
Después de aquel éxito, Roger Federer extendió su racha hasta 2008 ganando en total cinco US Open de manera consecutiva, algo nunca antes hecho en la historia de este torneo en la Era Abierta. La racha se cortó en 2009, cuando llegó a la final pero Juan Martín del Potro apareció para destronarlo de la Gran Manzana. Curiosamente, nunca más volvió a ser campeón allí.