Apenas dos victorias en tres partidos necesitó Coco Gauff para plantarse en los cuartos de final del WTA 1000 de Cincinnati. Por ser cabeza de serie y porque una de sus rivales (Dayana Yastremska) siquiera saltó a la cancha y le regaló un walkover.
Ahora "empieza lo bueno" para ella y para el torneo. Sin embargo, se la nota bien analítica antes del match ante Jasmine Paolini: “Siempre se trata de aprender. Quizás de pequeña me tomaba las cosas mucho más de corazón porque siendo junior no compites cada semana, entonces todo se magnifica, aunque en esa etapa solía ganar muchos partidos. En el momento que perdías, igual pasaban tres semanas hasta jugar un nuevo torneo. Ahora, en el circuito profesional, es muy difícil ganar cada semana, así que te acostumbras a perder más que a ganar. Intento olvidar esas derrotas y centrarme en los objetivos que tengo marcados a largo plazo".
La número 2 del mundo ya obtuvo el título en esta ciudad (2023) y se postula como seria candidata al US Open (lo ganó en el mismo año) que se aproxima del 24 de agosto al 7 de septiembre.
“Estoy en una situación similar a cuando gané el US Open, guardo ese equilibrio dentro y fuera de la cancha. La verdad es que cuando ganas un Grand Slam, luego encarás con más calma el resto de la temporada. Y nadie podrá decirte que ha sido un mal año. Digamos que todo se vuelve un poco más fácil", aclaró respecto a lo que se viene en Nueva York.
Pero no se olvida desde dónde viene: "Esto no siempre fue así para mí, ya que los fans esperan que gane cada semana, pero esto no es fácil cuando compites en un calendario de once meses, así que es tan normal encadenar 3-4 semanas buenas como encadenar 3-4 semanas malas, así es como está construido el circuito”.
Ya es un gran año para ella. Empezó en Oceanía con título en la United Cup con el equipo estadounidense (invicta durante todo el torneo), hizo cuartos de final en el Australian open, llegó a las finales de Madrid y Roma, ganó un inolvidable Roland Garros. Y todavía no terminó.
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