Pasaron 182 días desde aquel último partido de Facundo Campazzo en Denver Nuggets hasta el debut en Dallas Mavericks. Parecieron muchos más. La incertidumbre sobre la continuidad del base argentino en la NBA había pasado por todas las emociones: tranquilidad, confianza, impaciencia, frustración, bronca, esperanza y alegría.
Tras perderse un par de partidos por cuestiones legales de su visado de trabajo, Facu se vistió con el uniforme de los Mavericks a la espera de su primera oportunidad en el equipo que dirige Jason Kidd y lidera Luka Doncic.
El cronómetro marcaba 2:30 para la finalización del primer cuarto cuando Campazzo hizo su primer ingreso al partido, en el que permaneció 7 minutos. Su segundo segmento de tiempo en cancha fue apenas más breve: 6 minutos entre el final del tercer cuarto y los primeros pasajes del último.
LAS LUCES DE FACU
Su formación y desarrollo como basquetbolista en el ámbito FIBA le hicieron entender que lo colectivo es más importante que lo individual. Y de esa manera juega. La asistencia para Josh Green en una penetración en la que Campazzo podría haber lanzado es una clara muestra de eso.
La energía y astucia defensiva que lo caracterizan estuvieron a la orden del día. El cordobés se involucró en la tarea de obstaculizar la fluidez del ataque de los Pelicans. Y en línea con el apodo de Bandido que había adquirido en sus temporadas en los Nuggets, robó un par de pelotas: en la primera cortó una pase de Larry Nance Jr. y en la segunda uno de Jaxson Hayes. En ambas ocasiones hubo una mezcla de malas entregas con inteligencia y rapidez de Campazzo.
La confianza de Jason Kidd en su aporte al equipo. "Su juego es algo que no tenemos", había dicho el entrenador de los Mavericks previo al encuentro. Y si bien el argentino recién se sumó al equipo, el coach decidió darle 13 minutos de acción. Es cierto que las ausencias de Tim Hardaway Jr. y Frank Ntilikina, ambos por lesión, le abrieron la puerta a Facu para ir a jugar.
Acertó en el único intento de tres puntos que lanzó bien posicionado y producto de una acción colectiva. Sprencer Dinwiddie lo encontró solo en la esquina y Campazzo no dudó en ejecutar y acertar.
— Dallas Mavericks (@dallasmavs) October 26, 2022
LAS SOMBRAS DE CAMPAZZO
La ausencia de egoísmo, destacada entre sus virtudes, es un arma de doble filo. Para conseguir más minutos y oportunidades en la NBA, Campazzo necesitará, en ciertas situaciones, pensar más en él que en sus compañeros. Esto no lo hará mejor jugador, pero sí alguien más valorado en la mejor liga del mundo. En uno de sus primeras intervenciones en ataque, Facu tuvo la opción de un tiro abierto a 45 grados que no tomó y se espera que lo haga. En este sentido, el base también entró con excesiva cautela al partido, desprendiéndose muy rápido de la pelota.
Los tres intentos al aro que falló. En un par pareció no haber tomado la mejor decisión. El primero fue una bandeja que debió corregir en el aire y terminó en un lanzamiento que no tocó el aro. En el segundo recibió la pelota al filo del reloj de posesión y no tuvo otra opción que lanzar el triple, aunque su ejecución tampoco tocó el canasto. Y en el tercero, después de que Dinwiddie tuviera mucho el balón en las manos, se lo cedió a Facu, quien con tiempo para decidir no logró sacar ventajas y volvió a probar de tres puntos, nuevamente con mala puntería.
Su compromiso defensivo es innegable, pero se aprovechan de la diferencia física. Los rivales saben que es un buen negocio atacar a Campazzo por su baja estatura y porque consiguen superarlo atléticamente.
Este primer panorama de la participación de Campazzo en los Mavericks es apenas una foto de lo que será su película en este equipo. Facu tuvo una oportunidad. No brilló, pero tampoco hizo un mal trabajo. La dinámica de una liga con gran cantidad de partidos obliga a dar vuelta la página rápidamente, tanto en las buenas como en las malas, y dar el paso siguiente hacia el objetivo.