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Fabricio Oberto y un diálogo exclusivo con ESPN por los 25 años de SportsCenter

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Oberto definió a cada integrante de la Generación Dorada (2:42)

En diálogo con SportsCenter, Fabricio repasó uno por uno a sus excompañeros campeones olímpicos. (2:42)

Desde San Antonio, en una ciudad que siente como su propia ciudad natal, Fabricio Oberto volvió a hablar de básquetbol, de vida y de pertenencia. Lo hizo junto a Leo Montero en una charla especial por los 25 años de SportsCenter, el programa que acompañó toda su carrera y que también fue testigo privilegiado de la Generación Dorada. A los 50 años, el ex interno de Las Varillas repasó su recorrido, sus títulos y los vínculos que lo marcaron para siempre.

Fabricio Oberto, una carrera construida a base de trabajo

Oberto construyó una trayectoria extensa y sólida, sin atajos. Debutó profesionalmente en Atenas en 1993 y allí dio sus primeros pasos hasta 1998, antes de iniciar su camino europeo.

Jugó en Olympiacos, TAU Cerámica y Pamesa Valencia, donde se consolidó como uno de los internos más confiables del básquetbol FIBA. En ese período ganó la Liga ACB y la Copa del Rey en 2002, además de la Copa ULEB en 2003, logros que terminaron de abrirle la puerta de la NBA.

Su llegada a San Antonio Spurs en 2005 fue la culminación de un proceso largo. “Me preparé toda mi vida para jugar en San Antonio. Eso es lo que sentí estando en la NBA acá”, resumió.

San Antonio, un hogar adoptado por Oberto

Oberto no habla de San Antonio como un destino más. Lo hace como si fuera su lugar en el mundo. “Mi felicidad está cercana al 10 sobre 10. Siempre estoy buscando desafíos, Texas, y más precisamente San Antonio, me hacen pensar que nací acá. Siento esa energía”, contó, recordando que fue allí donde ganó el anillo de campeón NBA en 2007 superando en las Finales a los Cavaliers de LeBron James.

Esa sensación convive con sus raíces. "Paso también mucho tiempo en Córdoba, soy de ahí, en Buenos Aires viajo también por amigos. Hace más de 10 años que hago televisión con partidos y otras cosas. Siempre busco situaciones nuevas, soy inquieto, pero siento San Antonio como mi Córdoba natal".

SportsCenter y ESPN, una compañía permanente

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Oberto, el Mundial de Indianápolis 2002 y el presagio de Schmidt

El integrante de la Generación Dorada rememoró lo que fue aquel torneo en Estados Unidos y el sabor amargo que les quedó tras la derrota con Yugoslavia en la final.

El vínculo con ESPN atraviesa toda su historia deportiva. "SportsCenter siempre estuvo en mi vida. En Indianápolis 2002, recuerdo habernos metido a un móvil festejando después de haberle ganado a Estados Unidos y haber llegado a la final del Mundial contra Serbia", evocó.

Para Oberto, el programa fue más que un noticiero. "Con la Selección siempre estuve conectado al canal y a SportsCenter. Lo vi siempre como el MTV del deporte", explicó, graficando su influencia cultural en toda una generación de deportistas.

Gregg Popovich y la cultura Spurs

Hablar de San Antonio es hablar de Gregg Popovich. Oberto lo definió sin rodeos: "Gregg Popovich es el ADN de San Antonio. Marcó la cultura como entrenador pero también como persona. Con sus valores, consistencia. Mantuvo siempre la compostura y esta franquicia fue siempre así".

Esa cultura, grabada a fuego por Jacob Riis en la parábola del cantero en los pasillos cercanos al vestuario de los Spurs, se apoyó en nombres propios. "Manu Ginóbili, Tim Duncan, Tony Parker, David Robinson son la columna vertebral de estos valores. Esta es la primera franquicia que dijo al ganar un título: ‘somos campeones NBA’ y no ‘campeones del mundo’. Es respeto por todo".

Incluso recordó un gesto íntimo que pinta de cuerpo entero al entrenador: "Gregg Popovich llevó a mi hija a una charla técnica y la hizo participar. Era muy chiquita, en un entretiempo. No me lo olvidé jamás".

Manu Ginóbili y Fabricio Oberto, un lazo irrompible que perdura a través de los años

La relación con Manu Ginóbili excede cualquier análisis deportivo. "Manu es un familiar, un amigo, un hermano. Es todo eso junto", definió Oberto, apoyado en años de convivencia dentro y fuera de la cancha.

Ese entendimiento fue siempre automático. "Sin mirarnos sabemos ya lo que piensa o siente el otro. Manu es una persona que te hace mejor". También recordó su liderazgo silencioso: "Cuando Ginóbili habla hay que prestar atención. Dentro de la cancha se hacía cargo. Decía siempre: si en los primeros segundos la jugada no sale, dame la pelota a mí".

El vínculo se profundizó incluso en momentos delicados. "Manu estuvo presente a mi lado en mis tres reseteos de corazón. Le pedí que esté temprano conmigo porque sabía que él iba a preguntar más. Lo que iban a ser tres preguntas para mí, para él fueron 20 minutos".

Tim Duncan, los Spurs y la Generación Dorada

Oberto encontró similitudes claras entre sus dos mundos. "En los códigos y cómo nos manejábamos hay una similitud entre aquel equipo de Spurs y la Selección Argentina de 2002 y 2004", afirmó.

También destacó a Tim Duncan desde un costado humano. "Como amigo Tim Duncan es increíble. Como jugador obviamente también. En los Spurs elogiaban a la Selección Argentina campeona olímpica de 2004".

De Shaquille O’Neal a la cima de la NBA

Su bautismo NBA fue tan simbólico como brutal. "En mi comienzo en la NBA me mandaron a defender a Shaquille O’Neal. Fue como una prueba de fuego del cuerpo técnico. Cuando Shaq se paraba adelante se producía un eclipse", recordó entre risas.

Años después, llegaría el anillo. "En 2007 me di cuenta que era campeón recién cuando llegué al vestuario. Hasta ese momento no reaccionaba", confesó.

La Selección Argentina y una medalla irrepetible

En su historial con la Selección figuran la plata del Mundial 2002 y el oro olímpico de Atenas 2004, además del bronce en Beijing 2008. Para Oberto, hay una jerarquía clara. "La medalla de oro olímpico no se puede comparar con nada. Ni se compara con el título de 2007 con los Spurs, esa es la verdad".

Y marcó un punto de inflexión histórico: "Estoy seguro que sin lo que vivimos en Indianápolis 2002 no hubiese pasado Atenas 2004".

Al elegir a los compañeros más determinantes, no dudó: "Manu era el alquimista, el que lograba que pasen las cosas. La constancia y el apetito de Luifa nos marcó a todos. Y creo que Carlos Delfino fue el más talentoso de aquel equipo".

La mirada de juego de Fabricio Oberto y su legado

A la hora de hablar de influencias, dejó definiciones fuertes. "Mi top five de pivotes en la NBA: Tim Duncan, Luis Scola, Rasheed Wallace, Pau Gasol y Shaquille O’Neal".

También habló del aprendizaje constante. "En cuanto al juego en sí, copiar no es robar. Uno después le va poniendo su impronta".

Y destacó a Kobe Bryant como figura bisagra: "Kobe, por instinto, mejoraba a todos. Eso hizo que después de 2004 USA Basketball se recupere".

Trabajo, vulnerabilidad y presente de Fabricio Oberto

Con el paso del tiempo, Oberto mira su carrera con honestidad. "Mi fortaleza fue el trabajo, no tengo otra virtud. Mi debilidad es que me cuesta pedir ayuda, soy demasiado autosuficiente. Voy aprendiendo todos los días a mejorarlo".

A 50 años de vida, con una carrera que dejó huella en Europa, la NBA y la Selección Argentina, Fabricio Oberto sigue conectado con el básquetbol, con SportsCenter y con San Antonio. No desde la nostalgia, sino desde la certeza de haber construido algo que todavía hoy se sostiene.