Cuando el Rey mira por encima del hombro es que no hay nada que hacer. Stephen Curry quedó ninguneado en el momento en el que LeBron James se ajustó la corona y soltó un repertorio encandilador en la victoria de Cleveland Cavaliers ante Golden State Warriors (115-110). Taponó la penetración del armador a falta de 4.30 minutos para el final del Juego 6 y le dejó a la altura del betún. Poco antes, había asistido a Tristan Thompson por tercera vez para que alcanzara su tercer ‘alley-oop’ del encuentro. Poco después, Curry perdió los estribos y fue expulsado por primera vez en su carrera tras sumar seis faltas personales y una técnica.
“Es un gran jugador, no cometamos ese error. Son el mejor equipo de la liga por alguna razón, lograron un 73-9 por alguna razón, ventaja de campo durante los playoffs por alguna razón, mucho de eso es gracias a él. No todo porque tienen a Klay (Thompson), Andre (Iguodala) o Draymond (Green) en el grupo. Pero les contuvimos muy bien. Tenemos nuestro orgullo. Aunque seamos un equipo joven disfrutamos el momento”, comentó James.
LeBron voló, hizo volar, dominó, penetró, anotó desde donde le plació, defendió, desquició y venció a lo grande. Rozó el triple doble (41 puntos, 11 asistencias y ocho rebotes) y lideró a un grupo que vuelve a soñar después de remontar un 2-0 en la serie, luego un 3-1 para forzar el Juego 7 en Oakland. James aprendió a dejar a Andre Iguodala y Draymond Green atrás después de sus intentos fallidos en siete encuentros desde las Finales del año pasado. Salvó sus defensas e insistió en la idea que persiguió cuando la suerte no le acompañó al comienzo de la eliminatoria: agresividad.
“Fui agresivo. Tengo unos grandes compañeros y un staff técnico que me pusieron en posición de ser exitoso. Hicimos todo lo posible para ganar. Los Warriors son un gran, gran equipo. No podemos permitirnos cometer errores. Debemos limpiar varias cosas de cara al Juego 7. Lo dimos todo esta noche y salimos con la victoria”, afirmó.
Con sus 41 puntos, James acumuló 81 unidades en los dos últimos juegos y es el primer jugador en sumar más de 40 puntos en juegos consecutivos en unas Finales desde Shaquille O´Neal en el año 2000. Su balance de 16-de-27 en tiros de campo y 3-de-6 en desde el perímetro fue imposible de contestar por unos Golden State Warriors irreconocibles. Su presencia ofensiva fue tal, que el alero anotó o asistió 35 de los 36 puntos de los Cavs desde que restaban poco más de cinco minutos del tercer periodo hasta los tres para la conclusión de la cita. Genio y figura, maestro y sólido como él solo, LeBron le ha dado la vuelta a las Finales, sus séptimas consecutivas. Ahora cuenta con una oportunidad de oro para alzarse con su tercer anillo después de remontar una serie que estaba en contra.
“Los records están hechos para romperlos. Al final somos un equipo que perseveró durante todo el año, que trabajó alejado del ruido. Fuimos capaces de vencer a un gran equipo durante dos partidos consecutivos y de forzar un Juego 7. No puedo esperar más”, sentenció.