Marcos Delía es una fija en el seleccionado argentino de básquetbol. Desde el Campeonato FIBA Américas de 2013 hasta la Copa del Mundo de 2019 no se perdió ninguno de los 11 torneos de ese período y registró una racha de 48 encuentros consecutivos disputados. Luego de participar en los Juegos Olímpicos de Tokio, apenas estuvo ausente en la primera ventana de clasificación a la Copa del Mundo 2023 por su incipiente paternidad, pero retornó para los partidos siguientes. "Es importante para mí. Siempre es lindo estar en la Selección. Me gusta tener un nuevo desafío. Formar parte de un proceso que se inició hace poco y estar desde el comienzo requiere de un esfuerzo extra para entender las ideas del entrenador y para saber a qué queremos jugar. Estamos en un momento lindo, conociéndonos sobre todo con el entrenador. Tengo muchas ganas y expectativas", dijo Delía.
Argentina afrontará dos partidos como visitante en la tercera ventana de Eliminatorias rumbo al Mundial: contra Venezuela el 30 de junio y frente a Panamá el 3 de julio. Con todas las ligas de los distintos países finalizadas -Delía jugó las últimas dos temporadas en Trieste de Italia-, el tiempo de preparación en esta oportunidad es más extenso. Así lo vive Marcos: "En las ventanas que son durante la temporada es difícil conseguir una impronta de juego porque llegamos de viaje, tenemos 3 días para prepararnos y ya estamos jugando. En cambio, ahora tenemos más entrenamientos, podemos ir practicando lo que queremos y nos estamos sintiendo bien. Es un proceso largo y la clasificación al Mundial es difícil. También es difícil el Mundial, así que ahora tenemos un año hasta ese gran torneo y creo que vamos a llegar de la mejor manera".
El pivote de 2,06 metros, oriundo de Saladillo, explicó que la prioridad es fortalecer el desarrollo propio y darle rodaje a la idea del entrenador Néstor García: "Estamos más enfocados en nosotros, tratando de encontrar una identidad. Ya jugamos contra los dos equipos y los conocemos. Más cerca de los partidos los estudiaremos más en profundidad. Los dos partidos de visitante van a ser difíciles. Más allá de que ya estamos clasificados para la próxima fase, lo importante es conseguir nuestro máximo nivel".
Delía detalló cuáles son los factores determinantes en la propuesta del Che García al mando del seleccionado: "Fundamentalmente que juguemos con paciencia, en equipo, compartiendo la pelota y buscando el pase extra. Es la identidad que siempre tuvo Argentina. Tenemos jugadores que individualmente pueden crear juego para los otros y también generarse tiros propios. Es importante que todos toquen la pelota y se sientan cómodos. Además, jugar con intensidad en defensa".
En todo su recorrido en el seleccionado argentino, Delía siempre tuvo a Luis Scola como su maestro, guía y compañero. El gran capitán lo marcó por su manera de trabajar y su conducta tanto dentro como fuera de la cancha. Desde el retiro de Scola, Delía pasó a ser el jugador con más experiencia en el equipo e intenta ofrecerles el legado a los más jóvenes, especialmente a los jugadores internos. "Se trabaja con el ejemplo. Trato de transmitirles todo lo que aprendí de los veteranos cuando yo era de los más jóvenes. La responsabilidad en cada entrenamiento, la manera de manejarse y el respeto en el día a día. En la cancha, cada uno con sus características va encontrando su forma, pero siempre partiendo desde lo anterior para encontrar buenos caminos".
Desde su calma y claridad para hablar, que contrasta con la ferocidad con la que se mueve en la cancha, Delía sabe que a los 30 años ya es un referente del seleccionado argentino de básquetbol y asume ese rol de líder.