La WNBA está dejando claro que no tolera este tipo de comportamiento.
La policía de College Park, Georgia, informó a ESPN que arrestó a Delbert Carver el sábado tras presuntamente lanzar un juguete sexual a la cancha durante el partido Golden State Valkyries-Atlanta Dream del martes pasado en el Gateway Center Arena.
Carver, de 23 años, enfrenta cargos de alteración del orden público, indecencia pública/exposición indecente y allanamiento de morada, según los registros policiales. Los registros indican que ingresó en la cárcel del condado de Clayton a las 7:42 p.m. Fue liberado el domingo por la noche bajo fianza no revelada.
La próxima posible fecha de comparecencia de Carver ante el tribunal aún no se ha fijado, y el sitio web del sistema judicial del condado de Clayton indica que el caso está "pendiente".
Según la declaración jurada de la policía, Carver supuestamente estaba en el partido con amigos cuando el juguete sexual fue lanzado a la cancha.
En la declaración jurada, Carver supuestamente le dijo a la policía: "Se suponía que esto era una broma y que esta broma se haría viral".
La WNBA anunció el sábado que se había realizado un arresto en relación con el caso.
"La seguridad y el bienestar de todos en nuestros estadios es una prioridad absoluta para nuestra liga. Cualquier objeto arrojado a la cancha o a las gradas puede representar un riesgo para la seguridad de las jugadoras, los árbitros y los aficionados", escribió la WNBA en su comunicado. "De acuerdo con las Normas de Seguridad de los Estadios de la WNBA, cualquier aficionado que arroje intencionalmente un objeto a la cancha será expulsado inmediatamente y se enfrentará a una suspensión mínima de un año, además de ser arrestado y procesado por las autoridades locales".
Un segundo juguete sexual fue arrojado a la cancha el viernes durante el tercer cuarto del partido de las Valkyries contra el Chicago Sky. Al ser preguntado por ESPN si se había realizado un arresto o se había presentado un informe de incidente en el caso Sky-Valkyries, la policía de Chicago respondió por correo electrónico el lunes que "no hemos visto ninguna llamada de servicio por ese incidente".
