CLEVELAND — LeBron James le echó una última mirada al tablero electrónico del Oracle Arena, solo para constatar lo que había ocurrido. Todo era tan surreal.
Se abrazó con Kevin Love cuando vio solo ceros en el reloj. Acababa de terminar el séptimo partido de la serie final de la NBA, con una memorable remontada. El reinado de un año de Golden State Warriors había llegado a su fin, y también la sequía de 52 años sin títulos de los equipos profesionales de Cleveland.
James cumplió con su promesa de darle una corona a su ciudad en junio. Y aunque es una gesta irrepetible, el astro de los Cleveland Cavaliers y sus compañeros no se duermen en los laureles. Ambicionan más.
"Seguimos con hambre", dijo James, quien a sus 31 años se mantiene como el jugador más completo del planeta. "No nos damos por satisfechos con lo logrado".
Triple campeón de la NBA, James, quien ha reconocido que quiere emular a Michael Jordan y sus seis títulos de liga, volverá a liderar a Cleveland que es inmenso favorito para ganar la Conferencia del Este y disputar su tercera serie final seguida.
No parecen tener rivales de peso en el Este.
El tridente de Cleveland — James, Love and Kyrie Irving — finalmente ha engranado tras dos turbulentas cuando las tres estrellas a menudo desafinaban. Pero sea lo que los impedía entrar en sintonía, todo parece resuelto y están determinados en apuntalar su legado.
"La mentalidad de este equipo es muy distinta a la de los primeros años", dijo Love, quien finalmente está en armonía con James y los aficionados de Cleveland tras un comienzo que se caracterizó por episodios tirantes. "Desde el primer día, uno emprende cada año con el deseo de competir por un campeonato, pero ahora sentimos que sabemos exactamente lo que se necesita para hacerlo realidad. La serenidad es lo que lo hace distinto. Hemos avanzado muchísimo con respecto a los primeros dos años".
Ese es uno de los factores con los que a menudo se subestima a los Cavs: su núcleo para inicia su tercer año juntos. Y este es el primero en el que se encuentran en su mejor forma al arranque y dirigidos por un entrenador que adoran.
El nombramiento de Tyronn Lue tras el despido de David Blatt en enero revolucionó a los Cavs. Lue se ganó el respeto de todo el plantel — incluso James —al hacerles saber que no iban a conquistar nada sin rendir con absoluta entrega.
Le dieron la vuelta a un 3-1 en contra para fulminar a los Warriors. Con el título en las vitrinas, Lue confía que su equipo jugará con más libertad.
"Cuando te sacas ese peso de encima, con la corona de campeón, en la cima de la montaña, creo que es más fácil", comentó Lue, quien como jugador ganó el título en 2011 con los Lakers. "Ahora puedes respirar hondo y jugar al máximo de tu capacidad".