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Así se sienten los secundarios jugando en los súper Warriors

Todos los focos de la NBA apuntan directamente y sin escrúpulos a Golden State Warriors. Para lo bueno y para lo malo. Los hay que quieren verles triunfar, engrandecer el juego a base de espectáculo con un equipo como hacía tiempo no se veía. También hay quien les quiere ver fracasar, precisamente por eso, por buenos, por las expectativas que está generando un grupo de jugadores demasiado virtuoso.

Los Warriors oscilan en esa dicotomía de la que son culpables Stephen Curry, Kevin Durant, Klay Thompson, Draymond Green y el resto de sus acompañantes, esos que, en un segundo plano, se mueven entre la admiración y la presión por no desentonar. No es fácil ser una de las estrellas del equipo, pero tampoco lo es ser uno de los actores secundarios.

La incorporación del exjugador de Oklahoma City Thunder colocó automáticamente al conjunto californiano en lo más alto de la lista de candidatos para llegar a las Finales de la NBA. Por si todavía quedaba alguna duda. Se trata de una pieza nueva en un sistema que se mantiene y que no ha variado lo más mínimo en el fondo.

“Están encontrando su ritmo. Necesitan jugar de arriba abajo. ¿Crees que alguna vez le tengo que decir cuándo deben lanzar un triple?”, afirmó Steven Kerr. “Tanto Curry como el resto de los jugadores saben a la perfección lo que tienen que hacer. Les decimos que compartan el balón que abran el juego y que se muevan. Los lanzamientos los gestionan ellos. Cuando cuidamos el balón siempre tenemos oportunidades de tiro, siempre llegan”, afirmó a poco, muy poco de que comience la temporada, nada más y nada menos que ante San Antonio Spurs.

UN TALENTO CON RIESGOS

Tener un equipo basado en el talento tiene sus riesgos. El trío formado por Durant, Curry y Thompson carbura cada vez mejor, algo de lo que se congratula Kerr, que vio cómo mejoraron en sus lanzamientos, en la manera en la que cada uno alimenta a los otros, en su agresividad y en su evolución. Sin embargo, hay algo que preocupa al coach.

“Tenemos una tendencia de jugar de la manera más espectacular y a veces cuando eso sucede los contrarios nos acaban haciendo daño. Si jugamos sencillo las oportunidades salen, con el básquetbol espectáculo llegan las pérdidas de balón. Muchos equipos tienen jugadores que anotan muy bien de triples en transición así que debemos tener cuidado”, agregó.

Kerr sabe a la perfección cómo gestionar un vestuario formado por jugadores excepcionales, otros buenísimos y algunos de la media. El entrenador opera en una fina línea en la que tiene que tratar a todos por igual, en mantener conectados a los que menos participan, en impedir que los egos hagan acto de presencia entre los más habituales.

"No lo encuentro como un reto, lo veo divertido, son unos chicos muy fáciles a la hora de entrenarles, quieren ganar y jugar juntos. El verdadero reto es lograr victorias y cumplir con las expectativas. Obviamente todo el mundo espera que ganemos todos los partidos y eso no va a suceder, pero no podemos preocuparnos mucho de eso, simplemente trabajar para seguir siendo mejores”, señaló.

GANAS DE AGRADAR

Y en esa búsqueda para seguir siendo mejores hay algunos jugadores que deben estar preparados para su momento. Algunos de ellos son Anderson Varejão, Zaza Pachulia o Kevon Looney entre otros muchos. En ellos se refleja otro contraste interesante, el del goce por tener la fortuna de formar parte de un equipazo, y el de la presión por no desentonar. Nadie dijo que fuera a ser fácil estar en los Warriors esta temporada.

“Jugar con ese tipo de jugadores te obliga a no fallar, a no cometer errores”. Looney fue claro y conciso en su exposición. Disfruta el proceso y se siente afortunado, pero su nivel de alerta es total para estar listo en los momentos más determinantes. Esta será su segunda temporada como profesional y tiene mucho que demostrar después de participar en tan solo cinco partidos de temporada regular el año pasado. Los Warriors no son el equipo ideal para que este tipo de jugadores cuenten con minutos, pero las lecciones que uno aprende rodeado de tanto talento deben servir para el futuro.

Para el pívot georgiano, quien afronta su cuarta campaña en la liga y su primera en Golden State, la situación es más compleja.

“Es un proceso, mucha gente piensa que es fácil jugar con tantas estrellas, pero no lo es. Cada día sirve para intentar mejorar, especialmente para hacer el trabajo que yo hago que no es precisamente el de ser protagonista. Defensivamente y ofensivamente uno trata de ayudar, de estar en la posición correcta… hay tantas cosas pequeñas. Cada día nos sentimos más cómodos y la comunicación es clave. Esa es la mejor manera de estar en la misma página. Es una cuestión de equipo, ganamos juntos y perdemos juntos. Todos tenemos que hacer lo que sabemos, así es cuando se disfruta”, apuntó.

Varejão, por su parte, ya sabe lo que es ser un jugador secundario con capacidad para marcar la diferencia cuando más falta hace. Así sucedió durante las Finales de la temporada pasada, cuando tuvo algunas apariciones estelares a pesar de contar con pocos minutos de juego.

“Nos espera una buena temporada, es una campaña con muchas expectativas. ¿Qué va a pasar? La llegada de KD… pero nosotros estamos tranquilos, entrenando y estamos haciendo una buena pretemporada para el comienzo del día 25. Es un nuevo sistema para algunos jugadores nuevos, pero Kerr se lo ha explicado para que aprendan lo que el equipo viene haciendo desde hace tiempo”, señaló consciente pero sosegado con su rol dentro del equipo. El internacional brasileño tiene más ganas que presión y se siente muy afortunado de poder estar en los mejores Warriors de la historia, así como de compartir muchos momentos con Durant.

“Es increíble, me siento muy orgulloso de ser parte de un equipo como éste, de poder ayudar, para eso estoy aquí y la verdad es que es una cosa que voy a llevar para el resto de mi vida. El jugar con jugadores así. A KD No lo conocía, es un gran jugador, pero como persona es un 10 también. Es una excelente persona y esto hace que me guste todavía más”, sentenció a ESPN Digital.