CIUDAD DE MÉXICO-- La complexión delgada y sonrisa delatan una adolescencia apenas superada. Su estilo de juego, despreocupado y desafiante, muestra que para Devin Booker el baloncesto sigue siendo un juego de niños.
Pese al aura de desenfado que acompañada a la estrella de los Phoenix Suns, un nuevo y significativo capítulo se abrió y le da un significado especial a su estancia en este país: Booker lleva sangre mexicana en las venas.
“Ha sido una gran experiencia estar en México. La afición es muy entusiasta. No paran de apoyar. Creo que ha sido más agradable de lo que esperaba”, sentencia Booker, de solo dos décadas de vida y quien es el hijo del ex jugador de la NBA, Melvin Booker, y de Verónica Gutiérrez, una mujer con ascendencia mexicana y puertorriqueña.
"Le debo todo a mí mamá, al crecer me crió a mí, a mi hermano y hermana y nunca la vi fruncir una ceja, siempre estaba positiva", asevera Booker al referir su infancia, la misma que careció estabilidad pues su padre, además de la NBA, probó suerte en las ligas de Europa.
Fue por eso que Verónica, su mamá, fungió como el ancla del barco familiar: "Realmente se preocupaba por mí y nunca le importó el lado del básquetbol, lo que le importaba era que yo fuera feliz. El tener el apoyo así de tu madre es algo increíble". Su talento ganó la atención de las federaciones de Puerto Rico, México y
Estados Unidos, países por lo que podía jugar. Booker se decantó por el equipo estadunidense y en el que seguramente será un referente gracias a su calidad.
A pesar de la estabilidad que le dio su madre, Devin vive vertiginosamente. Luego de culminar su elegibilidad colegial con Kentucky, fue tomado en el turno 13 del draft por los Suns en el draft 2015,
Su llegada a la NBA terminó por detonar su talento, el cual le permite promediar 19.8 puntos por encuentro en la actual temporada, los cuales le hacen el segundo mejor anotador de los Suns, sólo detrás de Eric Bledsoe. El pasado jueves, en su primer juego en la CDMX, dejó con la boca abierta a los asistentes al anotar 28 unidades en el último periodo frente a los Dallas Mavericks, mostrándose lo que puede aportar a su equipo.
“Fue una noche especial, la gente se comportó de forma espectacular. Gritaban todo el tiempo. Eso te inspira”, relata Booker respecto a su sobresaliente noche en la Arena Ciudad de México.
De cara a este sábado, en el que los Suns enfrentan a los poderosos San Antonio Spurs, Booker toma el reto con el desenfado que da la juventud:
“No siento una presión especial por enfrentar a los Spurs. No tomo mi rol como algo especial, al final de cuentas el basquetbol es un deporte de equipo. Yo trato de dar lo mejor de mí, pero siempre será más importante el esfuerzo colectivo”, agrega Booker. Sin embargo los Spurs deben estar atentos la tarde del sábado: al talento que siempre acompaña a Booker, se le agregará la inspiración de jugar en suelo mexicano, la tierra de su querida madre.