Isaiah Thomas apenas encimó a Paul Pierce, cuando el ahora jugador de Los Angeles Clippers anotó la última canasta de su carrera en el TD Garden.
Junto a Kevin Garnett y Doc Rivers, el alero cimentó a unos Boston Celtics cuya base se fortaleció hace décadas y con la consecución del Trofeo Larry O´Brien en 2008, a Pierce le tocó pulir a la franquicia con más campeonatos de la NBA.
Aquel año, Thomas ingresó en la Universidad de Washington y tres temporadas más tarde fue elegido en el puesto 60 del Draft. Estorbar a la leyenda de los Celtics en su último baño de masas y en la acción final del partido hubiera sido un pecado irreparable.
Pierce no falló ante la lógica permisividad. Quedó claro entonces que su paso por el Garden, reflejaría a la perfección lo que significaron sus 15 años en Boston.
La simbología del triple final fue enorme para el segundo máximo anotador en la historia de la franquicia, detrás de John Havlicek, y el segundo con mejor balance porcentual tras Larry Bird.
El que su nombre esté junto al de figuras tan clave en el mejor equipo de la NBA es encomiable, como para esbozar una sonrisa a la hora de pronunciar su nombre en Boston.
Thomas tampoco falló y se llevó un pequeño premio añadido cuando Pierce afirmó que Thomas es, “fácilmente”, el mejor armador de la Conferencia Este. También, que el base es quien tiene ahora el testigo de los Celtics.
El presente se despidió del pasado con la condescendencia propia de la elegancia, mientras el rumbo del conjunto de Boston sigue firme. El pasado también le dijo adiós al presente y lo hizo con la sabiduría propia del que sabe de lo que habla y aguarda que el rumbo sea el que se marcó en 17 ocasiones.
“La noche anterior, (Paul) me dijo durante la cena: ‘Si ganas un campeonato aquí, te querrán para siempre’, y esa fue la definición de eso”, afirmó Thomas a ESPN un día después de uno de esos genuinos y raros adioses del deporte.
La experiencia de presenciar el cariño de los fans de los Celtics a Pierce es la situación perfecta para aumentar el deseo de Thomas de repetir la gesta.
Uno de los puntos más interesantes de la personalidad del base es que le gusta ser querido. Puede que a veces confunda conceptos y para ganarse a sus allegados utilice técnicas más propias de su amigo Floyd Mayweather, como aquella vez en la que Isaiah entró en una tienda junto a algunos miembros de la comitiva de los Celtics e insistió en que cada uno escogiera lo que quisiera sin la preocupación de pagar, pues él se encargaría de invitar y sólo uno de los invitados rechazó la oferta.
“No necesito que pague mis lujos para ser su amigo”, afirmó uno de los trabajadores del equipo.
En el Garden adoran a Isaiah, pero su sueño es que lo hagan hasta la eternidad y en ese deseo, la noche en la que Pierce dijo adiós tuvo mucho que ver.
Thomas está demostrando que en el apartado deportivo sabe manejar las riendas del equipo a la perfección. Después de seis nominaciones sin llevarse el galardón a Jugador de la Semana en la Conferencia Este, el All-Star de 27 años de edad lo logró la semana pasada.
Las cuatro victorias de su equipo (actualmente ligan siete triunfos) y sus 37.5 puntos por juego le valieron el premio. Enero fue su mes y alcanzó una media de 17.5 puntos por juego en los últimos cuartos.
Pierce no pierde detalle de lo que hacen sus Celtics y presenció el retorno de Thomas el 16 de diciembre, cuando se perdió cuatro partidos, de los cuales tres fueron derrotas para Boston.
Desde aquél momento, el balance del conjunto dirigido por Brad Stevens es espectacular con marca de 20-6. En ese periodo sólo hubo un plantel capaz de lograr mejor récord, los Golden State Warriors (20-4).
Ningún jugador anotó más puntos que él en ese lapso y en la actualidad se encuentra justo detrás de Russell Westbrook en la lista de máximos realizadores.
¿Se imaginan que Thomas se convirtiera en el líder anotador de la liga? Sin que eso haya sucedido desde la década de los 50, el lograrlo le acercaría a su deseo de ser eterno para los aficionados de los Celtics.
La manera en la que el equipo está evolucionando y las premisas que está adoptando gracias al gran trabajo de Stevens y a unas adquisiciones que dan solidez al grupo colocan a Boston como uno de los planteles más atractivos a medio plazo en el Este.
Que nadie se extrañe si logran colocar a la franquicia en el lugar en el que ha estado en tantas ocasiones.
El domingo, Pierce alimentó el gusanillo triunfalista de Thomas y en la ciudad de los tréboles queda la sensación de que la llama del éxito podría entrar en combustión más pronto que tarde.