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Para los Timberwolves, el tiempo de ser "promesa" ha pasado

Tom Thibodeau se sentó en lo alto de un podio en la parte trasera del Mercedez-Benz Arena en Shanghai, China, a principios de octubre, y pronunció un mensaje que definió su segunda temporada como entrenador y zar de baloncesto de los Minnesota Timberwolves.

“Si estás esperando el potencial, estás esperando perder” dijo Thibodeau esa noche. “Así que no podemos esperar más el potencial”.

Thibodeau sonaba como el tipo de comentario que había estado practicando durante mucho tiempo antes de decirlo para el consumo público. El mensaje no fue entregado para que los integrantes de los medios tuvieran una buena cita para completar una historia; fue un recordatorio para su equipo de hacer lo que hay qué hacer para evolucionar esta temporada. Thibodeau de hecho había estado practicando lo que quería decirle al mundo, pero su audiencia no era solo el reflejo que miraba en el espejo todas las mañanas.

“Siento que estaba diciendo que todo el campo de entrenamiento”, dijo el ala-pívot de Minnesota, Taj Gibson, cuando le preguntaron recientemente sobre la cita.

Thibodeau sabía que su mensaje llegaría a la conferencia de prensa porque él había plantado las semillas del cambio durante semanas dentro de su propio equipo. Esa noche de octubre, el veterano entrenador se sintió frustrado por la forma en que su equipo jugó en defensa -un tema común durante su decepcionante primera temporada cuando los Wolves terminaron con 31-51 y se perdieron los playoffs por décimo tercera temporada seguida-. Thibodeau estaba convencido que esta temporada sería muy diferente a la de hace un año y hasta ahora ha estado en lo cierto.

Los Timberwolves ganaron 10 de sus primeros 15 juegos esta temporada para el mejor comienzo que han tenido desde la campaña 2004-2005 -la última vez que terminaron con un récord ganador-.

Después de 15 juegos la campaña anterior, los Timberwolves estaban en el décimo lugar en eficiencia ofensiva y promediaron 105.3 puntos por cada 100 posesiones, según la investigación de ESPN Stats & Information, pero solo ganaron cinco juegos lo que torpedeó las esperanzas de playoffs que el equipo podía albergar en Thinodeau en su primera temporada al timón. Esta campaña, los Wolves están en el quinto lugar con 15 juegos, con promedio de 107.7 puntos por cada 100 posesiones.

Minnesota ya ha anotado un par de victorias contra los Oklahoma City Thunder y terminaron una racha de 12 victorias seguidas ante los San Antonio Spurs, lo que demostró que este equipo puede jugar y vencer a los contendientes de la Conferencia Oeste.

Gibson y su compañero veterano Jimmy Butler, dos de los preferidos de Thibodeau en sus días con los Chicago Bulls, han formado una antigua caja de resonancia para jóvenes talentosos como Karl-Anthony Towns y Andrew Higgins. Y aunque el puntaje de Butler ha bajado (16.5 puntos por juego después de su marca más alta de 23.9 con Chicago, la campaña anterior), su influencia ha sido inconfundible -no solo por el buen comienzo de los Timberwolves, sino por sus expectativas en el futuro-.

“Creo que podemos ser mucho mejores en muchas áreas”, dijo Butler. “La principal es la defensa”.

Hace un año, los Wolves terminaron en el lugar 27 de los 30 equipos de la liga en la calificación defensiva. Este año está en el lugar 22 pero aún no es donde Thinodeau quiere estar. Mientras Towns ha sido una estrella para el equipo en el lado ofensivo con 21.1 puntos por juego y un 53.8% en disparos, su defensiva todavía no cumple los estándares de Thibodeau. La defensiva real más-menos de Towns de -0.45 lo ubica en el puesto 69 de 70 centros en la liga; pero él aprende de su entrenador y le está escuchando, especialmente a la llamada de “hielo”, una directiva de posicionamiento defensivo que a menudo se le puede escuchar a Thibodeau ladrando desde las líneas laterales.

“Él lo dice todos los días”, dijo Towns. “Lo dice en cada momento que estás con él”.

Thibodeau, de 59 años y prisionero del baloncesto, ha hecho que repetir sus mensajes sea una parte habitual de su rutina cuando se trata de entrenar a este escuadrón de Timberwolves.

“Él sigue tratando de decirle a los chicos ‘no tenemos tiempo para perder’”, dijo Gibson. “Estamos tratando de hacer algo especial. Ya no tenemos tiempo para eso”.

Al observar la forma en que Thibodeau transformó la cultura en Chicago durante sus cinco años con los Bulls, Gibson entendió el punto que su entrenador estaba tratando de transmitir al núcleo joven de Minnesota.

“La mayoría de los muchachos en este vestuario nunca han tenido temporadas ganadoras, así que no se puede esperar mucho”, dijo Gibson. “La verdad está en el budín cuando entras y haces el trabajo. Una vez que los chicos comienzan a ver las victorias, cuando ganamos, todos se sienten bien, todos reciben una parte del premio”.

Thibodeau, a quien le encanta decir que siempre está preocupado por todo lo relacionado con su equipo, solo trata de mantener el enfoque del grupo en la tarea que tiene a mano cada día.

“Siempre hay altibajos”, dijo. “Si estás mirando hacia atrás o hacia adelante, vas a extrañar lo que tienes enfrente”.

Lo que hay enfrente de los Timberwolves es la oportunidad de convertirse en el tipo de equipo que Thibodeau siempre imaginó, con Butler con la mano firme que puede llegar los juegos hasta tarde, algo de lo que Thibodeau carecía hace un año.

“Muchas cosas han cambiado desde que estamos aquí, ya que este equipo ha estado junto para mejorar”, dijo Butler. “Creo que podemos continuar en esta dirección porque todos esperamos mucho del otro, de la organización”.

En el corto plazo, Gibson ya puede ver el cambio de turno que está teniendo alrededor de su nuevo equipo. Él sabe que el progreso está apareciendo en la duela, pero también puede ver que su entrenador exigente siempre ha cambiado el tono de su mensaje.

“Ahora él dice ‘tenemos la oportunidad de ser un equipo bueno y un gran equipo'”, afirmó Gibson. “'Y tenemos que mejorar todos los días’. Cuando más juegos peleados y más victorias contra buenos equipos, eso te hace empezar a creer”.

“Cada hombre en este equipo tenemos que poner cada onza de sudor, corazón, todo el juego, para ayudar al equipo a ganar. Y estás empezando a ver eso”.